¡Exclusivo y revelador! Seis claves para entender la expansión y amenazas de la OTAN contra Rusia (Ver mapas)

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Ocho ampliaciones ha tenido el organismo desde su fundación en 1949. Foto Internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Si hay una verdad que no puede ocultar la prensa mundial, los capitales y gobiernos de derecha a los que responden, es que la Organización del Tratado Atlántico del Norte, OTAN, nació al calor de la Guerra Fría para ir en un principio contra la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. Hoy, según los objetivos definidos en su página web busca «garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros a través de medios políticos y militares». En 73 años desde su fundación no ha dejado de tener la mirada sobre Rusia.

De hecho, el primer secretario general de la OTAN, el británico, Lord Hastings Lionel Ismay, diría: “La OTAN se creó para mantener fuera a los soviéticos, dentro a los estadounidenses y abajo a los alemanes”, refiere con orgullo la propia organización en su web.

Desde su fundación, en abril de 1949, tras la firma del Tratado de Washington, con 12 países (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido), la OTAN se ha ido extendiendo con el pasar de los años hasta cercar cada vez más a Rusia, una denuncia que no solo la nación euroasiática lleva décadas haciendo, sino también expertos occidentales.

En la actualidad las grandes agencias internacionales presentan la narrativa de que la operación militar especial que desarrolla Rusia desde el pasado 24 de febrero en Ucrania, no tiene nada que ver con la expansión de OTAN, y se dedican a presentar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, como impulsor «de la guerra», lo acusan de querer destruir la «democracia» ucraniana. Tratan de hacer ver a la nación rusa como la mala de la película, la señalan de presuntamente «invadir» de «atropellar», de cometer «crímenes de guerra! y «asesinar» al pueblo ucraniano.

Ante esta narrativa imperial y europea, presentamos seis (6) claves para comprender como la OTAN fue expandiéndose hacia el Este de Europa y los riesgos que esto significa.

Comienza la expansión

Antes de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, la OTAN tuvo tres ampliaciones con otros cuatro miembros: Grecia y Turquía en 1952, Alemania en 1955 y España en 1982.

En 1955, año en que Alemania se unió a la OTAN, nació el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua, también llamado Pacto de Varsovia, una alianza militar que agrupaba a Albania, Bulgaria, Checoslovaquia (hoy República Checa), Alemania Oriental (RDA), Hungría, Polonia y Rumanía, además de la URSS.

Luego que el 8 de diciembre de 1991 se firmara el llamado Acuerdo Belovezhskaya sobre el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes, que declaró que la URSS, como sujeto de derecho internacional y realidad geopolítica, dejaba de existir, otros tres (3) países se sumarían en esa década a la organización que llegaba a 52 años, todas en 1999: República Checa, Hungria y Polonia, países del antiguo bloque comunista.

La gran ampliación hacia Europa del Este llegaría en 2004. En esa fecha ingresaron siete (7) naciones: Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia y las exrepúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania, refiere el propio organismo en su web al enumerar las ampliaciones.

En 2009 llegaría una sexta ampliación con la entrada de Albania y Croacia al organismo. La séptima sería en 2017 con la inclusión de Montenegro; mientras que la octava fue el ingreso en marzo de 2020 de Macedonia del Norte, que participaba en el Plan de Acción de Membresía (MAP) de la OTAN desde 1999.

Actualmente, Bosnia y Herzegovina está participando en el MAP, habiendo sido invitada a hacerlo en 2010, agrega la OTAN en su web.

De esta forma, Rusia, el país más grande del mundo, ubicado en dos continentes (Asia y parte de Europa), y que tiene fronteras con 14 naciones: Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia y Noruega, ha visto disminuida su frontera ante la OTAN.

En diciembre de 2021, el viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, afirmaba que con la adhesión en 1999 de la República Checa, Hungría y Polonia, antiguos aliados soviéticos bajo la Organización del Tratado de Varsovia, y la posterior incorporación de siete (7) naciones en 2004, se elevaron las ventajas militares del organismo aupado por EEUU. Explicaba además que las fronteras de la organización se han movido más de 1.000 kilómetros hacia el este, refería en ese entonces el portal turco https://www.aa.com.tr/

Promesa de no extensión

En diciembre de 2017, se conocieron documentos desclasificados y recopilados por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, donde se evidenciaba que en los años 90, líderes occidentales aseguraron reiteradamente al entonces mandatario soviético, Mijaíl Gorbachov, que la OTAN no se expandiría más allá de las fronteras alemanas hacia el este.

«La famosa garantía de ‘ni una pulgada hacia el este’ del secretario de Estado de EE. UU., James Baker, sobre la expansión de la OTAN en su reunión con el líder soviético Mikhail Gorbachev el 9 de febrero de 1990, fue parte de una cascada de garantías sobre la seguridad soviética dada por los líderes occidentales a Gorbachov y otros funcionarios soviéticos a lo largo del proceso de unificación alemana en 1990 y hasta 1991», refiere el portal https://nsarchive.gwu.edu/

«El presidente George HW Bush le había asegurado a Gorbachov durante la cumbre de Malta en diciembre de 1989 que EE.UU. no se aprovecharía (“No he saltado sobre el Muro de Berlín”) de las revoluciones en Europa del Este para dañar los intereses soviéticos», agrega la mencionada fuente.

A estas promesas se refirió Putin en un discurso a la nación el 21 de febrero de este año, luego de respaldar la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

«Intentan convencernos una y otra vez de que la OTAN es una alianza pacífica y puramente defensiva que no representa una amenaza para Rusia. Una vez más, quieren que creamos en su palabra. Pero somos muy conscientes del valor real de estas palabras. En 1990, cuando se discutió la unificación alemana, Estados Unidos prometió a los líderes soviéticos que la jurisdicción o la presencia militar de la OTAN no se expandiría ni una pulgada hacia el este y que la unificación de Alemania no conduciría a la expansión de la organización militar de la OTAN hacia el este», manifestó el mandatario ruso.

Occidentales advertían

La expansión de la OTAN ha sido considerada como una política provocativa contra Rusia, incluso por altos voceros del imperialismo estadounidense y sus aliados europeos.

George Kennan, el arquitecto original de la política exterior de EE. UU. en la Guerra Fría y uno de los estrategas conservadores más venerados en territorio estadounidense, advertía en un artículo publicado en The New York Times, el 5 de febrero de 1997, con el título Un error fatídico, que: “Ampliar la OTAN sería el error más fatídico de la política estadunidense en toda la era posguerra fría”.

Explicó que de tal decisión se podría esperar “inflamar” las tendencias nacionalistas y militaristas de Rusia y que eso llevaría a “restaurar el clima de la guerra fría a las relaciones este-oeste, e impulsará una política exterior rusa en direcciones decididamente no a nuestro gusto”, recordó el 2 de marzo de este año el portal mexicano La Jornada.

Respondiendo a la ratificación de la expansión de la OTAN promovida por Clinton en 1998, Kennan –a sus 94 años de edad– expresó: “Yo creo que esto es el inicio de una nueva guerra fría… creo que es un error trágico. No hay ninguna razón para esto. Nadie estaba amenazando a nadie”, cita el mencionado medio.

En una entrevista realizada este año a Jack Matlock, el penúltimo embajador de Estados Unidos en la extinta Unión Soviética (1987-1991), y difundida el 17 de febrero por el portal https://www.democracynow.org/, el medio recuerda la intervención del diplomático en 1997 cuando se le planteó testificar ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense sobre el hecho de añadir miembros a OTAN

“Considero equivocada la recomendación de la administración de incorporar nuevos miembros a la OTAN en este momento. Si fuera aprobado por el Senado de los Estados Unidos, bien podría pasar a la historia como el error estratégico más profundo cometido desde el final de la Guerra Fría. Lejos de mejorar la seguridad de los Estados Unidos, sus Aliados y las naciones que desean ingresar a la Alianza, bien podría alentar una cadena de eventos que podría producir la amenaza de seguridad más grave para esta nación desde el colapso de la Unión Soviética”, cita el medio.

En la entrevista, Matlock ratifica su oposición a la expansión de la OTAN y dice además: «los problemas con Rusia no son solo la expansión de la OTAN. También hubo un proceso que comenzó con la segunda administración Bush de retirarse de todo el control de armas: casi todos los acuerdos de control de armas que habíamos concluido con la Unión Soviética, los mismos acuerdos que habían puesto fin a la primera Guerra Fría. Hubo una retirada paso a paso de esos. Y hubo una decidida intrusión directa en la política interna de estos países recién independizados, intentos de… directamente de cambiar el gobierno. Esto se vuelve, diría yo, muy complicado en cierto modo, para quien no ha podido seguirlo paso a paso. Pero, en efecto, lo que Estados Unidos hizo después del final de la Guerra Fría fue revertir la diplomacia que habíamos usado para terminar la Guerra Fría y comenzó a hacer cualquier cosa, todo al revés. Empezamos, en efecto, tratando de controlar a otros países, de llevarlos a lo que llamamos el “nuevo orden mundial”, pero no fue muy ordenado. Y también hicimos valer el derecho de usar el ejército cuando quisiéramos. Bombardeamos Serbia en los años 90 sin la aprobación de la ONU. Más tarde, invadimos Irak, citando pruebas falsas y sin ninguna intervención de la ONU. aprobación y en contra del consejo no sólo de Rusia sino también de Alemania y Francia, nuestros aliados. Entonces, los Estados Unidos, podría nombrar a varios otros, no fueron cuidadosos en cumplir con las leyes internacionales que habíamos apoyado entonces».

En junio de 1997, 50 destacados expertos en política exterior firmaron una carta abierta a Clinton en la que decían: «Creemos que el actual esfuerzo liderado por Estados Unidos para expandir la OTAN… es un error político de proporciones históricas» que «perturbará la estabilidad europea», recordaba el 2 de marzo de este año la agencia británica BBC Mundo.

Agregaba la mencionada fuente que el actual jefe de la CIA del presidente, Joe Biden, William Burns, en 2008, cuando se desempeñaba como embajador estadounidense en Moscú, escribió a la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice: «La entrada de Ucrania en la OTAN es la más brillante de todas las líneas rojas para la élite rusa (no solo para Putin). En más de dos años y medio de conversaciones con actores rusos clave, desde los que arrastran los nudillos en los oscuros rincones del Kremlin hasta los críticos liberales más agudos de Putin, todavía tengo que encontrar a alguien que vea a Ucrania en la OTAN como algo más que un desafío directo a los intereses rusos».

Ucrania y sus pasos para sumarse a la OTAN

Desde hace varias décadas, Ucrania busca ser miembro de la OTAN. Una iniciativa que ha sido apoyada por Estados Unidos y países de Europa, pertenecientes a esa alianza, y que ha causado repudio en Rusia por medidas de seguridad.

En 1997, la OTAN firmó una Carta de Relación Especial con Ucrania. De esa forma se situaba en una posición favorable de cara a una futura ampliación del organismo. Aquel hecho quedó reflejado en la nota elaborada por el diario español El País, titulada: «La OTAN firma un acuerdo especial con Ucrania que saca a este país de la órbita de Rusia».

En el texto destacaba que con esta medida, «la OTAN dota de una especie de manto protector a este favorito de Estados Unidos, al menos en los papeles. No hay que olvidar que Ucrania, que disponía del tercer arsenal nuclear del mundo en 1991 y que ha ido acordando con Occidente las fases de su desmantelamiento y del cierre de la peligrosa central de Chernóbil, es el tercer país receptor de ayuda de Washington, después de Israel y Egipto».

En 2008, el entonces presidente estadounidense George W. Bush presentó una propuesta en una cumbre de la OTAN en Bucarest: «Debemos dejar en claro que la OTAN da la bienvenida a las aspiraciones de Ucrania y Georgia de ser miembros de ella y les ofrece un camino claro para lograr ese objetivo», recordó el 10 de febrero de este año el portal alemán https://www.dw.com/

Aquella propuesta fue rechaza por el presidente Vladimir Putin, quien indicó que Rusia percibe como «una amenaza» la posibilidad de que la OTAN se amplíe hasta sus fronteras, en alusión a Ucrania y Georgia. Asimismo afirma que la ampliación de la OTAN representa un «impedimento serio» para la cooperación entre Rusia y la Alianza Atlántica, refería en abril de aquel 2008 el portal español El País.

En el año 2010 el Parlamento ucraniano votó a favor que el país tuviera un estatus de no alineación y el entonces presidente, el prorruso Viktor Yanukovich, alejó la opción de la OTAN, refirió el 28 de febrero de este año el portal español 20Minutos.

En febrero de 2014, grupos radicales de Ucrania aupados por Estados Unidos (EE. UU.), y países europeos sellaron un golpe de Estado en Ucrania, luego de varios meses de protestas. El 22 de febrero de ese año, la Rada Suprema (Parlamento) destituyó al entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, nombró a Alexánder Turchínov como presidente interino y convocó elecciones anticipadas. Además, disolvió el Tribunal Constitucional y revocó la ley que consagraba el uso del ruso como lengua oficial en Crimea y otras regiones, recordó en 2015 Rusia Today.

Después de estos hechos, los gobiernos que ha tenido Ucrania intensificaron su carácter pro occidental y sus ansias de sumarse a la OTAN. En junio de 2017, el Parlamento ucraniano estableció la pertenencia a la OTAN como objetivo de política exterior del país.  En 2019, entró en vigor la correspondiente enmienda a la Constitución de Ucrania con el fin de cumplir los requisitos establecidos por la OTAN en términos de respetar valores democráticos. Finalmente, en septiembre de 2020, el actual presidente, Volodímir Zelenski, aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Ucrania, que prevé el desarrollo de la asociación distintiva con la OTAN con el objetivo de ingresar en ella, rememoró el 24 de febrero de este año el portal español El Confidencial.

En junio de 2020 Ucrania se convirtió en el sexto estado en recibir el estatus de socio de la OTAN con capacidades ampliadas. Anteriormente, esa condición fue otorgada a Australia, Finlandia, Georgia, Jordania y Suecia. El estado de socio de la OTAN se introdujo en 2014 para establecer unas relaciones bilaterales más profundas y especializadas, rememoraba el 22 de marzo de 2021 Sputnik.

En diciembre de 2021, Rusia destacaba que los países de la OTAN debían comprometerse a contener la ampliación del bloque y excluir la adhesión de Ucrania y otras naciones de la antigua URSS, reseñaba en esa oportunidad Sputnik.

Recursos y armas

EEUU y países miembros de la OTAN llevan varios años brindando apoyo militar y financiamiento a Ucrania.

El 26 de febrero de este año, el presidente del régimen de Estados Unidos, EEUU, Joe Biden, aprobó 600 millones de dólares en una nueva ayuda militar a Ucrania. De ellos, 250 millones de dólares están destinados para «asistencia» y autoriza «hasta un valor agregado de $350 millones en artículos y servicios de defensa del Departamento de Defensa, y educación y entrenamiento militar», informó en esa oportunidad la administración gringa a través de un memorando difundido en su página web.

Un día después la Unión Europea, UE, anunció: «Hemos decidido utilizar nuestras capacidades para dar armas, armas letales, asistencia letal al Ejército ucraniano, por valor de 450 millones de paquete de apoyo, y 50 millones más para suministros no letales, como combustible y equipos de protección», dijo en esa oportunidad el alto representante de la Unión Europea, UE para Política Exterior, Josep Borrell.

En enero de este año la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, reveló que el Reino Unido ha suministrado ya «unas 460 toneladas de armas» a Ucrania. Entretanto, sostuvo Zajárova, Canadá ha enviado más de 200 agentes de las Fuerzas Especiales al país eslavo, «сon el pretexto de proteger su Embajada y evacuar a los diplomáticos en caso de emergencia». La vocera rusa señaló que la asistencia militar «más masiva» en estos últimos meses es precisamente la de Washington, que ya ha enviado a Kiev 30 sistemas de misiles antitanque Javelin y otros 180 misiles, refirió en esa oportunidad RT.

Agregó que Canadá, por su parte, envió a más de 200 agentes de las Fuerzas Especiales «сon el pretexto de proteger su Embajada y evacuar a los diplomáticos en caso de emergencia».

En esa oportunidad la embajada estadounidense en Ucrania decía: «Este envío, así como los 2.700 millones de dólares en ayuda proporcionados a Ucrania desde 2014, demuestra el compromiso de Estados Unidos para potenciar sus defensas frente a la, cada vez mayor, agresión rusa», reseñó en aquel entonces Europapress.

En diciembre de 2021, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, manifestaba su alerta por el despliegue de fuerzas militares estadounidenses y de la OTAN, la realización de maniobras y la instalación de elementos del sistema antimisiles global de EE.UU. cerca de las fronteras de Rusia. «Es muy preocupante la acumulación de agrupaciones militares de EE.UU. y la OTAN inmediatamente cerca de las fronteras de Rusia, así como la realización de ejercicios a gran escala, incluso no planificados», dijo el mandatario en una comisión del Ministerio de Defensa, citó el 21 de ese mes y año RT.

OTAN y sus operaciones cerca de Rusia

En abril de 2015, el viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antónov, denunciaba que EE.UU. y otros países occidentales tienen desplegadas en las fronteras rusas unas 400 bases y otros objetos militares. «Son unas 400 bases y puntos alrededor de Rusia. Es una realidad. Es información conocida. Naturalmente, todos los que trabajamos en el Ministerio de la Defensa nos preguntamos: ‘¿Qué es lo que estáis haciendo alrededor nuestro?'», citaba en ese entonces RT.

En su página web, la OTAN especifica que «hoy en día, alrededor de 20.000 militares participan en operaciones y misiones en todo el mundo».

Una de las acciones que desarrolla el organismo desde hace varias años es el aumento de su presencia militar en el Mar Negro, un escenario geopolítico estratégico, pues se encuentra entre Asia occidental y Europa oriental, por lo que forma parte del continente Euroasiático, y está rodeado de seis (6) países: Turquía, Georgia, Bulgaria, Rumanía, Ucrania y Rusia.

En noviembre de 2021, el Ministerio de Defensa de Rusia denunciaba un aumento de las actividades de reconocimiento llevadas a cabo por aviones de la OTAN cerca de las fronteras rusas en el mar Negro, refería en esa oportunidad RT.

Ese mismo mes, el Ministerio de Defensa de Rusia denunció que los ejercicios navales que ejecutaba Estados Unidos en el mar Negro desestabilizan la situación en la región. A través de un comunicado denunciaba la cartera ministerial que uno de los objetivos de estos ejercicios era establecer la presencia militar de EEUU en Ucrania, refirió en ese momento Sputnik.

En enero de este 2022, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, informó que en ese mes, su país enviaría la fragata Blas de Lezo al Mar Negro, en medio de la escalada entre Rusia y la OTAN, reseñó en ese entonces RT.

Ese mismo mes, las flotas rusas empezaron a realizar ejercicios militares. Los simulacros en el mar Negro provocaron el descontento por parte de Ucrania, que denunció que «el alcance sin precedentes de las maniobras hace prácticamente imposible navegar» por el mar Negro y el mar de Azov.  Sin embargo, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, afirmó que todos los ejercicios militares rusos se realizan «en estricto cumplimiento del derecho internacional del mar», refirió el 14 de febrero de este año RT.

Este 7 de marzo, Ucrania y la Unión Europea dieron un paso más de su acercamiento. Los países del bloque europeo acordaron dar inicio al largo proceso de examen de las solicitudes de adhesión de Ucrania, Georgia y Moldavia, refirió el portal alemán https://www.dw.com/. Una posible adhesión de Ucrania a la UE comenzó entre 2013 y 2014, cuando se firmaron los primeros capítulos políticos entre el Consejo Europeo y el país.

Con este paso Ucrania parece querer blindarse, pues recoge el artículo 42 del Tratado de la Unión, en su disposición séptima, que «si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entiende sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros. Los compromisos y la cooperación en este ámbito seguirán ajustándose a los compromisos adquiridos en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que seguirá siendo, para los Estados miembros que forman parte de la misma, el fundamento de su defensa colectiva y el organismo de ejecución de ésta», citaba en noviembre de 2015 Europapress en su web.


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