Falleció el diplomático cubano Ricardo Alarcón de Quesada
Durante el periodo 1992-1993 estuvo al frente del Ministro de Relaciones Exteriores, tras elegido como presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular por su permanente conducta antiimperialismo y su fidelidad revolucionaria. Foto Internet.
VEA / Carlos Batatin
Este sábado en horas de la noche en la ciudad de La Habana, falleció el diplomático y político cubano Ricardo Alarcón de Quesada, exembajador de la República de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas.
La noticia fue confirmada por el miembro del Buró Político y titular de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, quien mediante la red social de su despacho @CubaMINREX, ofreció un homenaje «al querido Ricardo Alarcón en la lealtad a la Revolución, al Partido y a la política exterior».
De acuerdo con la reseña bibliográfica publicada en el portal www.cubadebate.cu, Alarcón de Quesada desde muy temprana edad estuvo vinculado a las luchas sociales revolucionarias y también al Movimiento 26 de Julio, por cuyo compromiso y lealtad fue elegido presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en el año de 1959.
Tres años después fue designado como director de América del Ministerio de Relaciones Exteriores y más tarde embajador de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas.
Durante el periodo 1992-1993 estuvo al frente del Ministro de Relaciones Exteriores, tras elegido como presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular por su permanente conducta antiimperialismo y su fidelidad revolucionaria.
Venezuela expresó su pesar
Tras conocerse la noticia sobre la desaparición física del reconocido diplomático cubano, el Poder Popular para las Relaciones Exteriores, en nombre del pueblo venezolano expresó su pesar por irreparable pérdida.
A través de un mensaje publicado en su cuenta personal @plasenciafelixr, el ministro Félix Plasencia, manifestó que «acompañamos al pueblo y al Gobierno cubano por el fallecimiento de Ricardo Alarcón».
Afirmó Plasencia que Ricardo Alarcón se caracterizó por ser un maestro de la diplomacia y experto parlamentario. Resaltando que fue «hombre brillante que dedicó su vida a darle soporte a la política exterior de la revolución cubana y formar el relevo de la diplomacia caribeña».