Néstor Rivero Pérez

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El 12 de marzo de 1924 nació en San Pablo (Yaracuy), Arístides Bastidas, periodista y acucioso investigador de la historia de las ciencias, cuya columna diaria “La Ciencia Amena”, le convirtieron en el mejor divulgador con que ha contado el país, en materia de los avances de la ciencia y la tecnología a nivel universal y nacional, sus personajes, descubrimientos y anécdotas. Bastidas murió en Caracas el 23 de septiembre de 1992, a la edad de 68 años.

Datos

Arístides Bastidas vino al mundo en humilde hogar de la provincia, trasladándose a sus doce años con su familia, a Caracas, como muchos otros, en busca de futurom viviendi, en la capital vivió hasta el final de su vida. Como otros letrados del país, Arístides, sin concluir estudios de bachillerato y con fuerte vocación de autodidacta, se incorpora en 1945 como ayudante administrativo en el viejo diario El Nacional, que por entonces representaba una corriente de progresismo y pluralidad de opiniones, donde colaboraban voces académicas tradicionales con noveles exponentes de la izquierda y el antiimperialismo, militando Arístides desde joven en las corrientes de izquierda.

Ciencia y política

Entre 1957 y 1958 Arístides Bastidas, quien se desempeñaba al igual que Fabricio Ojeda en labores de reportero de El Nacional, opera como enlace intergremial en los planes conspirativos de la Junta Patriótica presidida por Ojeda, y cuya agitación de calle y la organización de la Huelga General del 22 de enero de 1958, resultaría una de las claves en la caída de la dictadura que encabezaba el general Marcos Pérez Jiménez. Igualmente descolló Arístides en su actividad gremial dentro de la AVP y como fundador del Círculo Venezolano de Periodismo Científico, el cual presidió por muchos años.

Libros

Sus columnas “La Ciencia Amena” han sido recogidas en formato PDF y hoy se leen por internet. La constancia y pureza del empeño en transmitir conocimiento científico al gran público, especialmente a los jóvenes, de manera asequible, proyectaron el nombre de Arístides a nivel internacional, al punto que la Unesco le concedió el premio Kalinga por su labor difusora sobre dichos temas. Además de dichas columnas, Arístides publicó entre otros libros, El anhelo constante, Científicos del mundo, El enemigo silencioso y las plantas y sus trece residencias. Arístides fue conferencista en numerosos liceos de Caracas, adonde se hacía acompañar por sus pupilos, entre quienes han destacado Asdrúbal Barrios, Eduardo Delpretti y Acianela Mendoza, quienes a lo largo de su lapso de pasantía universitaria, se congregaban en una oficina del rotativo denominada “La Brujoteca”, asistiéndole en la investigación y ordenación de materiales a ser publicados en su recordada columna de divulgación científica.

Ciencia Amena

El 1974 Arístides Bastidas coordinó, junto al catedrático español y también divulgador científico Manuel Calvo Hernández, el I Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico, celebrado en Caracas. Ya antes, en 1969, bajo el patrocinio del escritor y editor Miguel Otero Silva, inició la publicación de “La Ciencia Amena”, columna donde cada día trataba un tema; igual trataba sobre los cráteres de la Luna, las células del cuerpo humano, o la larga data de los microbios como especie sobre el globo terráqueo, y que mantuvo durante 25 años. En uno de sus escritos asentó: “Durante 420 millones de años, la vida conquistó la parte seca de la superficie planetaria, y allí prosperó a través de las más rica y diversas manifestaciones, tanto en las especies animales como en las vegetales”. Se refería a los microbios que colonizaron como emperadores, y mucho antes de los mamíferos y el homo sapiens, la superficie del globo. Su lenguaje, en forma escrita o verbal -no obstante las limitaciones que le acarreaba la pioliemielitis que padeció en las últimas décadas de su vida y que le obligaba a emplear un aparato conectado con la garganta para hacerse escuchar- penetraba la sensibilidad de los adolescentes que acudían a sus charlas sobre la vocación científica.

Sinópticos

1810

León XIII y “Rerum Novarum”

Este día nació en Carpineto, región del Lacio (Italia), Vincenzo Luigi Pecci, quien habría de pasar a la historia con el nombre de León XIII, 256° papa, y bajo cuyo mandato se inició un moderado y definitivo cambio en las posturas de la Iglesia respecto a la cuestión social. León XIII dictó la encíclica “Rerum Novarum”, que instaba a los católicos a involucrarse en la problemática social de su época, con miras a aminorar la explotación de los obreros y a la vez contener la expansión socialista en sindicatos. La encíclica reconoce “el derecho a un salario justo y familiar, a un horario humano y a un adecuado descanso… reivindicaciones… que constituyen fórmulas revolucionarias en aquellos tiempos de explotación capitalista del obrero y que después de León XIII se han ido consiguiendo” [https://revistas.javeriana].

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