“Los Tres Villalobos”: los primeros justicieros de la radio en América Latina

Néstor Rivero Pérez

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El 13 de marzo de 1918 nació en La Habana, Armando Couto, quien alcanzaría celebridad continental como creador de personajes de aventura de la radiodifusión latinoamericana entre los años ’30 y ’70 del siglo XX.

Entre sus creaciones destacan Tamakún, Capitán Espada y Kalimán, con amplia acogida del público en el curso del siglo XX, y algunos de las cuales siguen presentes con sus aventuras, en diversos formatos.

 

Caugnet

En 1933, tres años después de la llegada de la radio a Cuba, surge dentro de la programación transmitida mediante las ondas hertzianas, la gran narrativa de aventuras que de inmediato habría de cautivar la atención de las personas que poseían un aparato radial, en tiempos en que aún faltaban dos décadas para el arribo de la televisión.

Sería Félix Benjamín Caignet con su serie Las Aventuras de Chan Li Po, detective con perfil humorístico, quien abre la veta de los personajes de acción y cuyas ejecutorias han de atrapar diariamente al radiorreceptor o usuario latinoamericano.

Caignet, quien en los años ’50 alcanzará renombre continental con su radionovela El Derecho de Nacer, y quien permaneció en Cuba tras el triunfo de la Revolución hasta su muerte en 1976, fue en propiedad el iniciador del género de la aventura radial.

 

Los tres hermanos

No obstante, el tipo del personaje de aventura en la radio, las tiras periodísticas y suplementos, alcanzaría su cima en la pluma de Armando Couto, cuyos tres personajes, Armando, Miguelón y Macho, habrían de inspirar series radiales y de televisión, así como filmes, en América Latina.

La primera transmisión de Los Tres Villalobos se dio el 1° de septiembre de 1943 en Radio Cadena Azul, de Cuba, desarrollando bloques de capítulos como Ahí viene Miguelón, El chacal de Monte Rojo, Látigo Negro y La venganza de los tres Villalobos, entre otros.

En 2009, la televisión cubana, con la pluma de Pedro Uzbezo, dio vida a Los Tres Villalobos, encarnando de nuevo una historia que cuenta cómo Rodolfo, Miguelón y Macho, tras jurar venganza por el asesinato de su padre y un hermano, comienzan su cruzada contra la injusticia, el crimen y “contra los terratenientes que desalojaban a los campesinos de sus tierras” (http://cubamaxtv.tv).

Otros personajes

Las producciones de Couto, así como imágenes y estampitas de sus ficciones, fueron transmitidas e impresas en países como México, Venezuela, Colombia y Puerto Rico, e igualmente en el perímetro de Miami (EE. UU.), sin que se le reconociese a Couto los respectivos derechos de autor.

Entre los personajes de Couto destaca a su vez Kazán, el Cazador, cuyos emisiones casi paralizaban “con cada uno de los ochenta y siete capítulos en la República Dominicana a finales de los años ’70…” (https://www.bluradiodigital.com).

Hoy, dicha serie puede seguirse precisamente con ingresar en bluradiodigital.com.

Uzbezu, un discípulo

En la Cuba revolucionaria del siglo XXI, el escritor Pedro Uzbezu dedica tiempo a la elaboración de textos para la televisión. Uzbezu, siendo un niño en 1963, se acercó a la estación CMQ Radio con un conjunto de libretas en las cuales perfilaba a mano novelas de aventuras.

El director le entregó varios libretos radiales “para que yo aprendiera la técnica, y me dijo: ‘Eso que escribiste hazlo en este formato. Lo anecdótico es lo siguiente: me dio libretos de una serie escrita por un señor a quien siempre admiré y respeté, ya que —desde chiquito— escuchaba sus programas. Estoy hablando de Armando Couto, creador de Los tres Villalobos, que muchos años más tarde convertí en mis Tres Villalobos, para llevarlos al espacio Aventuras, que transmite en horario estelar la televisión cubana, como homenaje póstumo a ese gran escritor” (https://www.ecured.cu).

 

Sinóptico

1943

Ley de Hidrocarburos

El presidente Isaías Medina Angarita promulgó la Ley de Hidrocarburos, cuyos principios cardinales dieron uniformidad al otorgamiento de concesiones en el área de carburantes. Desde el comienzo de la explotación del petróleo en 1914, la nación se vio sometida a diversos regímenes de concesiones, lo que favorecía a las empresas extranjeras que operaban la producción.

La Ley de 1943 consagró asimismo un triple cobro a las compañías: el pago de la regalía, un impuesto fijo sobre la renta; y un segundo impuesto sobre la renta de carácter progresivo, que debía a la larga colocar en manos del Estado, la totalidad de los proventos de la actividad petrolera en algunos años, sin contemplar como tope el “fifty-fifty”, (50 % / 50 %) para cada parte.

Por entonces, las ganancias de las empresas petroleras que operaban dentro de EE. UU. se habían reducido a montos que significaban entre 15 % y veinte por ciento de los capitales invertidos, al tanto que ambicionaban que la horma del zapato impositivo con que les pechaban las autoridades norteamericanas en su país, no tuviese vigencia en Venezuela ni el Medio Oriente.

Isaías Medina Angarita mostró perspicacia en la defensa del interés nacional hidrocarburífero.

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