Países del ALBA-TCP defienden integración regional ante intentos de exclusión de EE.UU.

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Una América Latina y el Caribe unida en su diversidad, con voz firme y propia, resulta esencial, destacaron. Foto Internet.

VEA / Yonaski Moreno

Durante la XXI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA – TCP), celebrada este viernes, 27 de mayo, en el Palacio de la Revolución de La Habana, Cuba, los jefes de Estado y de Gobierno participantes expresaron la necesidad de unir voluntades para avanzar en la integración regional y la concertación política para enfrentar posturas hegemónicas e injerencistas que buscan socavar la soberanía de los pueblos.

“Una América Latina y el Caribe unida en su diversidad con voz firme y propia, articulada en la coordinación de nuestras estrategias de desarrollo, y en la defensa de la soberanía, resulta esencial. Fragmentados podrían ignorar a cada uno de nuestros representantes, unidos nadie podrá silenciarnos”, expresó el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel durante su intervención en el encuentro.

Recordó que en las últimas semanas, varios gobiernos han demandado públicamente “que se cumpla el legítimo reclamo histórico de la región de convocar a la Cumbre de las Américas a todos los países del hemisferio sin exclusiones”, en respuesta a la posición asumida por Estados Unidos, que en su condición de anfitrión de la IX Cumbre de las Américas decide excluir países “que tienen mucho que aportar sobre los temas centrales del evento”, sin tener en cuenta  los criterios de todos.

“El carácter de las relaciones hemisféricas debe cambiar; es obsoleta e inaceptable la política de insubordinación de muchos al mandato de uno solo, por poderoso que este sea. Nuestra América cambió, ya no son posibles las exclusiones, las decisión de no invitar a todos es un retroceso histórico y todos los países deben ser invitados en condiciones de igualdad”, resaltó Díaz-Canel.

Por su parte, Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, subrayó que el ALBA – TCP reafirma el principio de la inclusión que ningún país del hemisferio debe ser excluido de la cumbre y el anfitrión no tiene derecho de determinar quien asiste y quien no. Aseguró que esta postura es un error.

Ejemplo de unidad regional

El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, aseguró que los intentos de las potencias occidentales de socavar la soberanía, libre determinación de los pueblos, así como los sistemas de gobiernos, «no tendrán éxitos». Añadió que así quedó evidenciado en los momentos más duros de la pandemia de Covid-19, donde «si no hubiera sido por países como Cuba y Venezuela miles de nuestros ciudadanos habrían perecido».

Destacó, «fue el gobierno venezolano el que utilizó sus aviones para transportar vacunas muy necesarias a Dominica y otros países del Caribe. Venezuela, independientemente de las sanciones impuestas por Estados Unidos también nos brindó kits de pruebas. Y Cuba, independientemente de los retos económicos y financieros que enfrenta pudo movilizar para nosotros equipos, así como brigadas médicas».

Nuevo orden mundial

«Necesitamos un verdadero orden mundial, democrático, justo con equilibrio de poder y sin hegemonismos con pleno respeto a los principios de autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos, y una paz mundial basada en el respeto mutuo y el reconocimiento del pluralismo político, económico y social y cultural», fue el planteamiento realizado por el jefe de Estado boliviano, Luis Arce, en la cumbre.

Alentó además a seguir la ruta de aunar esfuerzos para consolidar la unidad latinoamericana y caribeña y avanzar hacia el vivir bien de los pueblos.

América Latina para los latinoamericanos

“La Celac enterró a la doctrina Monroe. América Latina y el Caribe ya no es para Estados Unidos, América Latina y el Caribe es para los latinoamericanos y caribeños”. Así lo afirmó el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, durante su intervención en el evento.

Al referirse a la exclusión en La Cumbre de las Américas, dijo que ese evento «dejó de ser el arma útil para la doctrina Monroe”, dado que “en este planeta no caben espacios para el imperialismo, colonialismo y hegemonismo”.

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