VEA / Embajada RPDC

Lograr la armonía social es la aspiración común de la humanidad. En cualquier sociedad sus

habitantes la desean y muchos políticos la pregonan insistentemente.

Este asunto que acapara gran atención en el mundo ya se llevó a feliz término en la RPD de Corea desde hace mucho tiempo.

La canción No tenemos nada que envidiar a nadie divulgada ampliamente entre los coreanos desde principios de la década de 1960 tiene versos que dicen: Con hombres en armonía es agradable la patria mía, Nuestro padre es el Mariscal Kim Il Sung, Todos somos hermanos.

En aquel tiempo pocas personas comprendían esas letras pues consideraban como una utopía una sociedad donde la población viva en armonía llamando Padre a su líder.

Sin embargo, el fallecimiento del Presidente Kim Il Sung, 8 de julio de 1994, y posteriormente de Kim Jong Il, diciembre de 2011, fueron ocasiones para tener una clara comprensión de esa canción. Fueron días de mar de lágrimas sin contención y vehemencia de respeto.

Al respecto la radio CNN de Estados Unidos reportó: En su vida el Presidente Kim Il Sung decía que la Corea del Norte es una familia, algo incomprensible entonces para los occidentales. Pero se comprobó de forma evidente que los norcoreanos seguían a su líder como padre carnal.

El Presidente Kim Il Sung y el Presidente del Comité de Defensa Nacional Kim Jong Il eran ejemplos de un líder popular y padre generoso del pueblo y por ende la Corea socialista ha podido lograr una armonía social en que todos se ayudan y se guían mutuamente.

Hoy en día, la concordia y cohesión, rasgos tradicionales de la sociedad coreana, se están consolidando aún más bajo la dirección del Presidente de Asuntos Estatales Kim Jong Un, unidos monolíticamente en su torno.

En los últimos más de 10 años ha percibido en carne propia su grandeza como dirigente y padre del pueblo que asume el destino y futuro de toda la población.

“Considerar al pueblo como el cielo”, “Jamás puede haber satisfacción en los quehaceres para el pueblo”, “Correr y correr por el bienestar del pueblo hasta que se desgasten las suelas” y “¡Todo para el pueblo y todo apoyándose en las masas populares!”; son el sublime concepto del líder actual sobre el pueblo y el espíritu de servirle con total entrega.

En la sociedad coreana, donde todo el pueblo sigue fielmente a su líder como padre y se ayudan mutuamente, se transmiten muchos episodios emocionantes; cuidan con el afecto maternal a huérfanos y ancianos sin amparo, las jóvenes contraen matrimonio con los exmilitares discapacitados, salvan primero a otros que a sus propios entre los niños ahogados, etc. Estos actos virtuosos constituyen fenómenos ordinarios en la RPD de Corea. ¿Puede haber antagonismo o antipatía en una sociedad como esta?

No es por casualidad que muchas personas del mundo consideran la RPD de Corea como modelo de la sociedad de buena armonía.

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