Subsidios a la educación y la energía, las primeras medidas de Xiomara Castro tras asumir Presidencia de Honduras
Afirmó que su asunción como primera mujer Jefa de Estado del país rompe con dos siglos de cadenas y tradiciones, lo cual consideró un logro de la voluntad popular. Foto Internet
VEA / Sputnik
La jueza Karla Romero juramentó a Xiomara Castro como presidenta de Honduras, la primera en el cargo, en presencia del titular del Congreso Nacional, Luis Redondo, y de una multitud reunida en el capitalino Estadio Nacional.
«Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes… Queda usted en cargo de su puesto como Presidenta de la República de Honduras», proclamó Castillo al tomar la protesta de Castro, ganadora de los comicios de noviembre pasado al frente de una alianza encabezada por al Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda).
La flamante Presidenta de Honduras afirmó que su asunción como primera mujer jefa de Estado del país rompe con dos siglos de cadenas y tradiciones, lo cual consideró un logro de la voluntad popular.
«La presidencia de la República nunca ha sido asumida por una mujer en Honduras. Han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó nuestra independencia. Estamos rompiendo cadenas y estamos rompiendo tradiciones. Este hecho histórico solo pudo surgir de la voluntad mayoritaria del pueblo. Gracias pueblo hondureño», proclamó Castro.
En su primer discurso como presidenta, Castro adelantó que recibió un país en bancarrota, con una deuda «estruendosa y bochornosa» heredada de 12 años de administraciones del derechista Partido Nacional, las cuales calificó de «dictadura».
Honduras tuvo 68 presidentes antes de que una mujer, Castro, asumiera el cargo, aunque la brecha de género persiste pues en los comicios de noviembre pasado solo fueron electas 33 diputadas para los 128 escaños del Congreso y 18 alcaldesas para 296 municipios.
Castro enfatizó que la refundación de Honduras comienza por el restablecimiento al respeto del ser humano y la seguridad de la ciudadanía y, en tal sentido, condenó el silencio ante el problema de los feminicidios en su país.
«Ya no más violencia contra las mujeres», resumió la Mandataria en su discurso, durante el cual también reclamó justicia en el caso de la ambientalista Berta Cáceres, asesinada por oponerse a la construcción de una represa en el río Gualcarque, considerado sagrado por el pueblo lenca.
Honduras es un país marcado por su elevado índice de feminicidio y delitos de violaciones, estupro, lesiones, desapariciones, explotación sexual comercial, incesto y secuestros.
Castro ganó las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre como candidata de una alianza opositora liderada por el Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), que puso fin a 130 años en los que los partidos Liberal (conservador) y Nacional (derechista) se alternaron el poder.
El presidente saliente, Juan Orlando Hernández, se negó a participar en la ceremonia de traspaso, rompiendo así un protocolo respetado desde 1981, cuando retornó el orden democrático a Honduras luego de décadas de regímenes militares.
Jefes de Estado y de Gobierno, así como funcionarios de alto nivel, están presentes en el capitalino estadio para la ceremonia, que fue financiada con donaciones en efectivo y especies de simpatizantes de Castro y sus promesas de acabar con los estigmas de corrupción e impunidad que arrastra Honduras.
Primer paquete de medidas
Castro anunció sus primeras disposiciones para refundar al país, entre ellas subsidios a la educación y la energía, la protección de los recursos naturales y el respeto a los derechos humanos.
«Vamos a concentrar nuestros esfuerzos en cuatro sectores: educación, salud, seguridad y empleo, ellos serán las anclas reales al progreso y el desarrollo», dijo Castro.
«La refundación de Honduras comienza por el restablecimiento al respeto del ser humano, la inviolabilidad de la vida, la seguridad de la ciudadanía, no más escuadrones de la muerte, no más silencio ante los feminicidios, no más sicariato, no más narcotráfico ni crimen organizado», proclamó.
La Mandataria se comprometió a arrancar de raíz la corrupción, aupada por la administración del derechista Juan Orlando Hernández (2014-2022), y aseguró que los responsables de tales delitos responderán ante la justicia.
Además, adelantó que comenzará un diálogo con los educadores para el retorno de los niños a las clases presenciales y el otorgamiento de merienda escolar, vacunas, mascarillas y matrículas gratis.
Ordenó también que un millón de familias dejarán de pagar las facturas de energía eléctrica, las cuales serán sufragadas por los altos consumidores, y anunció que su gabinete creará subsidios para reducir los precios de los combustibles.
«Compatriotas, en el marco de este Bicentenario, refundar es más que un verbo, es una misión imprescindible e irrenunciable con la que debemos estar comprometidos, a causa del mandato directo, manifestado abrumadoramente en las urnas», recalcó Castro.
También instruyó al Banco Central y a la Secretaría de Finanzas la creación de los mecanismos legales de mercado para reducir los intereses bancarios para la producción, y aseguró que el desarrollo agropecuario y soberanía alimentaria serán una prioridad de su administración.
«Los oscuros tiempos de la dictadura legislativa no regresarán, porque se democratizará el Congreso», enfatizó la Presidenta, quien aseguró que la política exterior de Honduras será latinoamericanista y soberana.
Castro cerró su discurso con una frase del luchador cubano-argentino Ernesto Che Guevara que devino eslogan de las causas progresistas y de izquierda: «¡Hasta la victoria siempre!», la cual fue recibida con una ovación en el capitalino Estadio Nacional, sede de la ceremonia de traspaso.
Libertad para defensores del Guapinol
Castro exigió la liberación de los defensores del río Guapinol y justicia para la ambientalista Berta Cáceres, asesinada en 2016 por su oposición a proyectos de explotación de recursos originarios.
«Libertad para los presos políticos del Guapinol. Justicia para Berta Cáceres», proclamó Castro.
La Mandataria hizo referencia a los ocho ambientalistas detenidos desde 2019 por enfrentar la devastación minera en el Parque Nacional Carlos Escaleras, y que enfrentan un juicio marcado por irregularidades y actos de intimidación contra los detenidos y su defensa.
La reivindicación de ambas causas en el discurso inaugural de Castro fue ovacionada por la multitud en el capitalino Estadio Nacional, sede de la toma de posesión, y recibió un amplio apoyo en redes sociales.