Néstor Rivero Pérez

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El 27 de diciembre de 1824, cinco días después de conocer la victoria del Ejército Unido Libertador en la Planicie de Ayacucho, el Libertador Simón Bolívar dicta decreto mediante el cual se consagra a Antonio José de Sucre como Gran Mariscal y Libertador de Perú y que su busto sea colocado en la cima de aquel campo de batalla. Mes y medio después el Congreso peruano perfeccionó dicho reconocimiento, designando al hijo de Cumaná como “Gran Mariscal de Ayacucho”, como le ha reconocido la posteridad de modo definitivo.

La incertidumbre

El Libertador, quien en toda circunstancia supo mantener su confianza absoluta en el talento de su eminente lugarteniente para dirigir, en su ausencia, las operaciones del ejército, no olvidaba un detalle decisivo de aquella campaña: La superioridad de los efectivos realistas respecto a las fuerzas independientes y que virtualmente era de tres a uno. A diferencia de Junín -cuando Bolívar enfrentó a los 6 mil hombres de Canterac, separado este de los cuatro mil que el Virrey mantenía en el Cuzco y de los más de cuatro mil soldados de Valdez, quien estaba en el Alto Perú enfrentando al disidente Olañeta-, a Sucre, le tocó dar cara a más de ocho mil realistas, contando el cumanés con cinco mil quinientos efectivos.

Ilimitada gratitud”

El 25 de diciembre, dos días antes de decretar el ascenso de Sucre, el Libertador dictó una proclama congratulando a los integrantes del Ejército Unido Libertador por sus proezas en el campo de batalla: “¡Soldados! Habéis dado la libertad a la América meridional, y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria (…) Recibid la ilimitada gratitud que os tributo a nombre de Perú. ¡Yo os ofrezco igualmente que seréis recompensados!” Y ciertamente la promesa de Bolívar será cumplida cuando el Congreso de Perú, reconstituido en febrero de 1825, apruebe una ley para recompensar con un millón de pesos a los integrantes del Ejército Unido Libertador, y otro millón para la persona del Padre de la Patria, quien la rechazará de modo inflexible. Los generales del ejército recibirán como premio de la nación peruana, bienes inmuebles, hatos o haciendas. Algunos, como el venezolano José de la Trinidad Morán, se radicarán para siempre en Perú, involucrándose en los conflictos intestinos de este país y allí morirá fusilado. Otros, como Jacinto Lara, beneficiado también con recompensas, regresaría años después a su lar nativo.

Heroísmo e ingenio

Así, solo el ingenio, audacia y precisión de los movimientos y acometidas ordenadas por Sucre darán solución, en favor de los patriotas, a esta fase final de la guerra en Perú. Las dudas e inquietudes concluyen cuando en la capital se conoció, trece días después, el resultado de la acción del 9 de diciembre. Y ese resultado final se debió a la escogencia del terreno por Sucre, y al cañoneo incesante a los accesos por donde podían los realistas sorprender a los patriotas de madrugada, así como al valor de oficiales y tropa en la jornada.

Méritos

Los méritos de Sucre fueron ensalzados en la época por todo peruano con capacidad de opinión. Comenzando por el Libertador, quien poco después redactaría su Resumen Suscinto de la Vida del General Sucre escrito por el Libertador. Tras enterarse del resultado de Ayacucho, el Congreso grancolombiano, que sesionaba en Bogotá, eleva a Sucre al rango de General en Jefe. En el texto-folleto titulado “Resumen Suscinto de la Vida del General Sucre”, la primera biografía que sobre su persona se escribiera en el continente, y cuyo autor fue el Libertador, como ya se ha dicho, este escribe: “La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del General Sucre”, resaltando la extraordinaria habilidad de este como conductor de tropas y la precisión para escoger el momento y lugar de la acción.

Sinópticos

1797

La caballeresa enamorada

Este día nació en Quito (Ecuador) Manuela Sáenz (Manuelita), heroína cuya actuación la noche del 25 de septiembre de 1828, detuvo el magnicidio que se pretendía ejecutar contra la persona del Libertador. En 1822 José de San Martín  la había consagrado con la orden “Caballeresa del Sol”.

1822

Nació Louis Pasteur

Químico y bacteriólogo, entre cuyos aportes destacan la pasteurización, la teoría germinal de las enfermedades infecciosas y el desarrollo de la moderna técnica de vacuna. Pasteur confirmó que el contacto con un cultivo infectado de persona a persona es fuente de enfermedad, y no los  “malos humores”.

1868

Expedición del Galvanic

Este día salen 59 jóvenes patriotas en la goleta inglesa Galvanic desde Green Key hacia el estero Piloto de la Guanaja (Cuba). Traen un rico cargamento de armas y pertrechos para la Guerra de Independencia de la isla.

1899

Muere Concha Michell

Musicóloga y activista del feminismo azteca. Vivió en Nueva York (EE. UU.). Estuvo  en Europa y la URSS, y militó en el Partido Comunista Mexicano.

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