Néstor Rivero Pérez

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El 3 de octubre de 1825 la Asamblea General de las Provincias del Alto Perú sustituyó el nombre original de “República de Bolívar”, dado al naciente Estado del altiplano, por el de “Bolivia”, el cual se mantiene hasta hoy. Este epónimo constituye un tributo a las glorias del Libertador Simón Bolívar.

De Ayacucho a Tumusla

Los ejércitos que bajo el mando del general Antonio José de Sucre derrotaron en  Ayacucho (Rincón de los Muertos), el 9 de diciembre de 1824, a las tropas monárquicas dirigidas por el virrey de La Serna, pronto recibieron instrucciones del Libertador desde Lima para que prosiguiesen sus operaciones hasta el Alto Perú (actual Bolivia). Esta porción, por entonces con salida al mar y con poco más de un millón de kilómetros cuadrados, integraba el antiguo Virreinato del Perú.

Y en cumplimiento de sus instrucciones, el héroe cumanés, quien a poco habría de recibir el título de Gran Mariscal de Ayacucho, ratificado por el Congreso, cruzó el Desaguadero, límite entre las dos porciones del antiguo virreinato.

Ya en el altiplano el único obstáculo de consideración que confrontaba el vencedor de Ayacucho era el de las fuerzas que respondían al general Pedro Antonio Olañeta, absolutista intransigente que se opuso a la capitulación firmada por el virrey tras la rendición del 7 de diciembre.

El Gran Mariscal de Ayacucho en su avance triunfal tomó La Paz el 29 de enero y dos meses después el Potosí; y procurando evitar la efusión de sangre busca negociar la paz con Olañeta, quien rechaza todo acuerdo. No obstante el 31 de marzo uno de sus lugartenientes, Carlos Medinacelli, visto el cambio inexorable que se imponía en el Alto Perú, desconoció a Olañeta, reconoció la autoridad republicana de Antonio José de Sucre y dio combate en Tumusla a Olañeta, al que hirió gravemente. Este murió al día siguiente, y todo el Alto Perú quedó independiente.

 

De Tumusla a “Bolívar”

El control político de la totalidad del territorio fomentó en los sectores influyentes del Alto Perú la idea de que se convocase a una Asamblea Constituyente de las provincias de Charcas a objeto de definir el futuro del país, que contaba con una población cercana al millón de habitantes. Y el general Sucre, al frente del Ejército y con la autoridad política que determinaban las circunstancias, accedió al planteamiento.

Y aunque en los primeros momentos el Libertador objetó esta decisión, se convencería de su pertinencia y ratificaría la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Esta se instaló en Chuquisaca, y entre sus primeras decisiones estuvo dar a la nueva nación, el 11 de agosto de 1825, el nombre de “República de Bolívar”, en honra al Libertador.

  

“República Bolívar”

Así, a las tres semanas de su instalación, la Asamblea General dicta el siguiente decreto, mediante el cual asigna su nombre a la nueva nación: “Deseando acreditar pública, expresiva y solemnemente su eternal gratitud, y reconocimiento eminentemente justo, al inmortal Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar, al valiente y virtuoso Gran Mariscal de Ayacucho, y al ejército libertador, vencedor de los vencedores de Guaqui, Vilcapugio, Ayoma, Sipesipe y Torata: deseando igualmente perpetuar en la memoria de los alto–peruanos, que a tan heroicas, generosas y nobles manos debe esta región su existencia política, su libertad y la reunión del cuerpo que ha deliberado sobre su futura suerte; ha venido en decretar y decreta lo siguiente: 1º La denominación del nuevo Estado es, y será para lo sucesivo, República Bolívar. 2º El Alto-Perú expresa al continente entero, que en razón de su ilimitada confianza en el Libertador de (la Gran) Colombia y Perú, le reconoce por su buen padre… por voto unánime de sus representantes [https://jorgemachicado.blogspot.com].

 

 Sinóptico

1813

Girardot vindicado

Este año se dio la Batalla de Las Trincheras. Aquella fue una victoria de los patriotas al mando del coronel neogranadino José Luciano D’Elhuyar en combate con las fuerzas realistas comandadas por Domingo Monteverde.

Los más aguerridos cuerpos de infantería del ejército patriota habían integrado la división que dirigía el extinto Atanasio Girardot. Este, por su talento y actos de valor, se hizo venerar de su tropa. De modo que después de la acción del 30 de septiembre en Bárbula, donde cayó Girardot, en la primera oportunidad en que los patriotas se toparon con los realistas, el 3 de octubre en Las Trincheras, el deseo de reivindicar la memoria del recién desaparecido jefe fue el acicate para la acometida.

Tras un ataque de flanco los patriotas toman las primeras posiciones enemigas y obligan a Monteverde a dirigir en persona uno de los grupos de la infantería enemiga. Tras seis horas de acción, el jefe realista recibe un balazo que le destroza la quijada, y el combate termina en victoria republicana. El héroe del día fue el capitán D’Elhuyar.

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