Néstor Rivero Pérez

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El 20 de enero de 1830 se instaló en Bogotá el Congreso Admirable con carácter constituyente y el último de la Gran Colombia. Este promisorio Estado suramericano había surgido de la espada del Libertador Simón Bolívar.

Primeras iniciativas

Las primeras ideas en torno a dar a la América hispana la fisonomía de un Estado continental unido por el idioma, religión, y componentes étnico-culturales, fueron enunciadas por el Precursor Francisco de Miranda quien en el curso de su dilatado exilio europeo concitó en la generación de 1810 -por vía epistolar, conversaciones con jóvenes suramericanos que viajaban a Londres donde el Precursor vivía, así como por la irradiación de su vida militar y la tentativas emancipadoras que encabezó- un firme espíritu de anfictionía e integración en la América de habla hispana.

Un Estado Gran-Nacional

Sin embargo durante la Primera República, cuando Miranda ejerce el poder como Dictador designado por el Congreso de 1811 en Venezuela, a la par de circunstancias adversas frente a la ofensiva del realista Domingo de Monteverde, poco pudo hacer en lo tocante a la unidad continental por cuanto las distintas porciones de la América hispana, que ya habían declarado su Independencia, confrontaban además de la agresión realista dificultades internas en lo que respecta al reconocimiento de liderazgos únicos. Así, sería en 1819 cuando ante el Congreso de Angostura, el Libertador Simón Bolívar en el marco de una guerra conjunta de granadinos y venezolanos frente a los ejércitos españoles, que desembocaría en la victoria de Boyacá y la Independencia de Nueva Granada, propone la unión de los dos territorios, medida esta que refrendará el Congreso de Cúcuta de 1821.

Separatismo

A partir de 1821 y hasta 1826 el Libertador debió trasladarse al sur de Nueva Granada para culminar la guerra en Quito, el Perú y Bolivia, Validos de su ausencia, lugartenientes suyos en alianza con factores políticos y élites económicas departamentales, e instigados por cónsules de EEUU, adelantaron una labor destinada a imponer jefaturas separadas en cada una de las tres secciones que integraron la Gran Colombia.

Último esfuerzo

Así, las figuras políticas de F P Santander en Bogotá, J A Páez en Venezuela y Juan J Flores en Ecuador habrán de ponerse al frente de las corrientes disolventes. El Padre de la Patria hará un último esfuerzo para zanjar las diferencias entre caudillos y élites regionales, llamando al Congreso Admirable. Ante sus diputados, Bolívar, “cuya resolución de abandonar el poder era ya irrevocable”, como recuerda J Gil Fortoul, lee su último mensaje en persona. El Libertador envía un segundo mensaje sosteniendo su renuncia y expone “se hace grave mal a los pueblos habituándoles a mirar las Constituciones…como cuadernos que nada significan”.

El Mariscal Sucre

Tras regresar de Bolivia en 1828, donde se había desempeñado como su primer Presidente, y defender en Tarqui la integridad territorial de la Gran Colombia, el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre es propuesto por Bolívar como Presidente del Congreso Admirable. Sucre poseía, además de talento militar, habilidad política, inteligencia y voluntad para dar continuidad al proyecto gran-nacional bolivariano. Morirá asesinado ese año de 1830.

El Mensaje

“Ciudadanos: Ardua y grande obra es la de construir un pueblo que sale de la opresión por medio de la anarquía y de la guerra civil sin estar preparado previamente para recibir la saludable reforma a que aspira. Pero las lecciones de la historia…la experiencia de veinte años de revolución, han de serviros como…fanales en medio de las tinieblas de lo futuro; y yo me lisonjeo de que vuestra sabiduría se elevará hasta el punto de poder dominar con fortaleza, las pasiones de algunos y la ignorancia…consultando cuanto es debido a la razón ilustrada de los hombres sensatos…para resolver las cuestiones de alta política” [SIMÓN BOLÍVAR / Bogotá, 20 de Enero 1830].

Sinópticos

 

1881

Martí en La Guaira

Tras un itinerario como exiliado en Estados Unidos y Centroamérica, José Martí, la gran figura nacional de Cuba, llegó a tierras venezolanas. Apenas en Caracas, según narración que hace en tercera persona, dice que como viajero “no preguntó dónde se comía ni se dormía sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”. Escribirá para La Opinión Nacional y otros medios, y teje amistad con Cecilio Acosta. Martí debió apurar a los meses su marcha del país por animadversión del mandatario Antonio Guzmán Blanco.

1958

Pacto de Nueva York

Rómulo Betancourt por AD, Rafael Caldera por Copei y Jóvito Villalba por URD, firman en la ciudad de los rascacielos un acuerdo conocido como Pacto de Nueva York, antecedente directo del Pacto de Punto Fijo mediante el cual se garantizó una alianza para la estabilidad política del país en provecho de los capitales petroleros, élites importadoras y partidos tradicionales.

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