Néstor Rivero Pérez

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El 7 de febrero de 1816, tras reunir en Puerto Príncipe a todos los patriotas que se encontraban exiliados en Haití, Simón Bolívar resultó electo como Jefe Supremo de la Expedición que debía zarpar en semanas siguientes desde el puerto de Los Cayos con miras a iniciar una nueva etapa en la Guerra de Independencia de Venezuela y Nueva Granada.

En Haití

Al igual que varios centenares de neogranadinos, venezolanos y de otras nacionalidades que habiendo combatido por la Independencia en Venezuela, Nueva Granada, México y otros países del continente, así como grupos de desterrados españoles -entre quienes descollaba el célebre guerrillero Francisco Xavier de Mina-, y quienes se habían dirigido a Haití, también Simón Bolívar obtuvo la protección del presidente Alexander Petión.

Mina

El joven Xavier Mina, sobrino del también legendario guerrillero catalán Francisco Espoz y Mina, y quien tras la reentronización de Fernando VII como monarca absoluto en la Península había resuelto traer sus armas al Nuevo Mundo para luchar por la Independencia, había exhortado al Libertador para que le acompañasen a México, su último destino. Bolívar estimando la propuesta y ponderando el significado de combatir al lado de tan prestigioso combatiente anticolonial, descartó la propuesta por considerar que el momento ofrecía mayor perspectiva para la lucha contra el orden monárquico y prorrepublicano, en Venezuela. Así, al tiempo que Mina hace velas rumbo a Nueva España, donde terminará fusilado por autoridades virreinales, Bolívar se aboca a preparar con apoyo de Petión -quien le manifestó absoluta confianza, en grado muy superior a la expresada al resto de los próceres exiliados- su expedición.

7 de febrero

De este modo el 7 de febrero se congregan, en casa de Juana Bouvil, Santiago Mariño, Manuel Carlos Piar, Luis Brión, P Briceño Méndez, Fco Antonio Zea, Bartolomé Salom, Ambrosio Plaza, José Antonio Anzoátegui y, entre otros, Luis Aury. Abrió Bolívar la sesión ofreciendo “un discurso en el cual demostró las ventajas de un desembarco…e indicó la necesidad de nombrar por lo pronto un Jefe Supremo mientras…se pudiera establecer un gobierno” (Vicente Lecuna, Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar, Tomo I, Págs. 422-423]. Tras pedir la palabra Luis Aury, poseedor de una flotilla y quien había prestado invaluables servicios a los sitiados de Cartagena de Indias, pide que se nombre una “junta de tres miembros”, dentro de la cual podía quedar el general Bolívar”.

Un jefe

Bajo la impresión del cuadro de disensiones que vivieron los independientes durante la Guerra a Muerte de 1814, Bolívar tenía la convicción de que uno de los factores de mayor peso en la caída de la II República había sido la división interna en facciones y la separación de Venezuela en dos Estados: el oriente comandado por Santiago Mariño y el centro-occidente por el propio Bolívar. Así, el Libertador expuso su idea de que se descartase un triunvirato, y se designase un jefe único y que, de no resultar su persona el escogido, aceptaría a quien eligiese la asamblea, pero que debía ser uno solo el jefe de la expedición.

Jefe Supremo

Antes de pasar a la votación, tomó la palabra Luis Brión, quien expresó con claridad que él y sus barcos solo transportarían a los expedicionarios de Los Cayos, si resultaba electo Bolívar como Jefe Supremo. Así, hubo acuerdo en designar al héroe caraqueño para dicho cargo, y a Santiago Mariño como segundo al mando de la expedición. La Jefatura Suprema resultaría decisiva para la concreción paulatina de los planes continentales del Libertador, al afirmarse su autoridad y posibilitarle la posterior ejecución de sus proyectos anfictiónicos, desde Venezuela hasta Perú y Bolivia. La abolición tras desembarcar en Juan Griego, Bolívar dio cumplimiento a la promesa hecha a Petión de decretar en Carúpano la abolición de la esclavitud y publicar en Ocumare un Manifiesto del mismo tenor. A finales de 1816 Bolívar organizará una segunda expedición desde Haití; sin embargo, su carácter de Jefe Supremo será acatado y lo ejercerá hasta el 15 de febrero de 1819, cuando el Congreso de Angostura le nombre Presidente de la República y General en Jefe del Ejército.

Sinóptico

1610

Galileo y la teoría heliocéntrica

Este día el astrónomo Galileo Galilei pudo comprobar tras detenida observación telescópica que las lunas de Júpiter giraban en torno a dicho planeta y no alrededor de la Tierra. Ello desmentía antiguos dogmas tolemaicos, confirmando la teoría heliocéntrica postulada por Nicolás Copérnico. Los expertos de la Iglesia basados en una interpretación de las Sagradas Escrituras -según la cual la Tierra había sido escogida por el Creador como centro del Universo- apuntalaban la doctrina de Claudio Ptolomeo, quien mil años antes había postulado la posición estática de la Tierra y a cuyo alrededor giraban todos los astros del cielo.

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