Néstor Rivero Pérez

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El 29 de julio de 1967, se produjo un intenso movimiento sísmico que estremeció la ciudad de Caracas, con su epicentro en el Litoral Central, alcanzando 6.5 grados en la escala Ritcher, y que dejó como sus principales efectos destructores la cantidad de más de doscientos fallecidos, seis edificios desplomados, cerca de dos mil heridos y unas ochenta mil personas sin hogar. Otras consecuencias adversas del fenómeno telúrico fue la declaratoria de cerca de cuarenta edificios como “inhabitables”.

Sismos de Caracas

Este terremoto se sintió en ciudades como Los Teques, Maracay y Valencia. Y dentro de la capital de la República su mayor efecto trágico ocurrió en Altamira y en Los Palos Grandes. También el Litoral Central (La Guaira) vio el desplome de una de sus principales edificaciones. Después del terremoto, siguieron réplicas de menor intensidad. Cronológicamente, el de 1967 constituyó el quinto sismo registrado con grave impacto en Caracas, cuya superficie se vio drásticamente estremecida en 1641 por el terremoto de San Bartalomé, el cual destruyó casi todos los inmuebles de la ciudad; o el de 1812, cuya ocurrencia fue objeto de distorsión por algunos clérigos en contra de la independencia, o el siguiente de 1900, que indujo a que desde la planta alta de la Casa Amarilla, el sorprendido presidente Cipriano Castro, se arrojase por el balcón hacia la calle, resultando lastimado en un tobillo.

Prevención a prueba

Por esos días Caracas se encontraba inmersa en los actos preparativos de su fecha cuatricentenaria, dentro del criterio peninsular que atribuye su fundación a Diego de Losada. “A tan solo pocos días de que los caraqueños se encontraban celebrando los 400 años de la fundación de la capital, este movimiento telúrico logró destruir los equipos de percepción que se encontraban en el Observatorio Cajigal” [https://soynuevaprensadigital.com]. El evento constituyó una prueba sustantiva de los sistemas de prevención institucional y colectiva de sismos, dejando en claro que los sistemas educativos y providencias de organismos especializados para emergencias de tal magnitud, en cuanto al adiestramiento de la población escolar en sus planteles y comunidades, así como en la toma de medidas referentes a la construcción de edificaciones con tecnología antisísmica, e igualmente la presteza y suficiencia en socorro a personas atrapadas debajo de escombros y otras eventualidades.

¿Puede ocurrir otro sismo?

La formación de suelo y subsuelo de la Tierra, en placas con fallas o fracturas, que en  movimiento constante chocan entre sí con sus irregularidades, al paso del tiempo y de modo repentino liberan energía acumulada, haciendo pensar que la recurrencia del cataclismo sísmico es un impoderable que debe ser incluido en la agenda de los entes de prevención de los Estados en cuyo territorio se suscita con alguna mínima recurrencia dichos fenómenos. La experta Aura Fernández, ha comentado: “La historia sísmica en nuestro país, incluyendo los sismos que han afectado la región capital… nos dan indicio de que puede ocurrir nuevamente un sismo de gran magnitud que afecte a Caracas (…) “En Venezuela la zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de los Andes, la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente” [Ibídem].

Conmoción

“Hacia la zona de Lídice… y San José, el violento sismo hizo sentir sus efectos de manera especial, debido a la antigua construcción de la mayoría de las viviendas de esta zona norte de la ciudad… en La Pastora, más de 200 casas resultaron destruidas parcialmente… quedando en medio de la calle y en las aceras gran cantidad de ladrillos y demás materiales de construcción (…) el pánico fue colectivo y terrible. Centenares de internas en la Maternidad Concepción Palacios, muchas cargando a niños recién nacidos, corrieron a la calle, buscando sitios descampados donde hubiese mayor seguridad. A través de las emisoras de radio, se solicitó a la ciudadanía que guardaran calma” [http://www.funvisis.gob.ve].

Sinóptico

1818

Simón Bolívar refutó a J. B. Irvine

Este día el Libertador Simón Bolívar contestó la primera reclamación formulada por Jean Baptiste Irvine, enviado diplomático de EE. UU. ante la República de Venezuela, reinstalada en Angostura. En esta carta del 29, Bolívar aduce la improcedencia del status de “neutralidad”, que Mr. Irvine reclama para sus representados, los armadores de las goletas, “Tiger” y la “Liberty”, confiscadas por los republicanos al momento de practicar el contrabando de armas a favor de los españoles, en violación al estado de guerra entre Venezuela y España. Dice el Libertador: “(…) No son neutrales los que prestan armas de boca y guerra a plazas sitiadas y legalmente bloqueadas”.

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