JESÚS MORENO

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Es propósito del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y de la Revolución Bolivariana, tratar de liberar al país de la alta dependencia de la renta petrolera, la cual ha habido años en que ha llegado hasta el 90 %.

Eso no significa que vamos a olvidarnos del oro negro, riqueza natural que Dios nos legó para que le demos el mayor y mejor uso posible, sin llegar al extremo de depender exclusivamente de él. Porque, ¿dónde está la fuerza de trabajo de la gran mayoría de los venezolanos? Vamos a recordar, con algunas pinceladas, algo para seguir adelante con la histórica decisión.

En 1916 exportamos 108.000.000 de barriles de petróleo e importamos 90.000.000; entre 1917-1928, en todos esos años, en los cuales figuramos como los primeros exportadores del mundo, obtuvimos tan solo una participación de 8 millones de renta petrolera.

En el año 2021 empezamos una nueva etapa, al reiniciar el crecimiento económico del país y sin renta petrolera -aunque también cuenta-, y por eso no podemos desmayar, y aunque el petróleo recupere su poder rentístico y Estados Unidos nos exima de sus criminales sanciones, debemos seguir nuestra experiencia y alejarnos del tenebroso peligro, porque siempre será un arma del imperio contra los países productores de petróleo, con sus manipulaciones y manejos para cumplir sus ambiciones económicas; pero ahora los venezolanos decidimos liberarnos de la renta petrolera.

En 1959 se produjo la primera caída de los precios petroleros y de inmediato entramos en pobreza; luego entramos en la gran ilusión de la “Gran Venezuela” que hábilmente nos creó AD con Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno y su socio Copei, y al terminar sus nefastos gobiernos estábamos más pobres y endeudados, pues ya el imperio había afilado sus dos instrumentos favoritos: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), amén de toda otra clase de instrumentos para sacarnos lo poco que durante años pagaron por nuestro petróleo y lo retribuían en renta, y ahora nos empobrecen con las sanciones contra nuestro país, tan solo por querer ser libres, soberanos y dueños de nuestros recursos naturales.

Mencionamos los gobiernos de AD y Copei porque esos dos partidos y sus jefes mandaron 59 años de los 100 que podemos señalar de la explotación petrolera, incluyendo los mejores años de los mejores precios como resultado de los conflictos internacionales, como el del Canal de Suez y otros. Buscar nuestras rentas en la agricultura no es un delito y menos en el resto del trabajo de todos los venezolanos.

Seguimos en la OPEP y luchando por la defensa de nuestra materia fundamental, energética, y para el mundo y contra los que conspiran contra ella; pero ahora, a partir de 2021, estamos sumando la fuerza de trabajo de miles de hombres, mujeres, militares, el PSUV, la clase obrera y campesina, para liberar a la patria de la tiranía que nos impone nuestro propio petróleo por la vía de la renta petrolera. Y no olvidemos a la hermana Libia, porque el mundo todavía se pregunta qué se hicieron los 250 mil millones de dólares que dicho país tenía en los bancos más serios de Estados Unidos y Europa, para el momento en que empezó el ataque contra el líder Muamar el Gadafi. ¿No pasaría algo como lo que estamos viviendo los venezolanos con nuestra empresa Citgo en Estados Unidos? Eso no lo olvidemos.

 

 

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