Yo quiero que Chávez termine su mandato

Marisol Rodríguez

@Rodmary66
Cuando la esperanza por un porvenir mejor, comenzaba a tomar forma en el alma del pueblo, el 11A del 2002, factores vendepatria lanzaron un zarpazo contra la Revolución Bolivariana e intentaron echar por tierra los derechos de la población.
Se ensañaron, y en menos de 24 horas mostraron el terror que eran capaz de infligir al pueblo.
Persiguieron y avasallaron a todo aquel o aquella que les parecía chavista. Así, con sangre de por medio, ignoraron la envestidura de parlamentarios, gobernadores, alcaldes, ministros y otras legítimas autoridades a quienes secuestraron al igual que al Comandante supremo, Hugo Chávez.
No les importó, para nada, los «daños colaterales», para ellos las víctimas que quedaron tendidas en Puente Llaguno defendiendo la Revolución, eran sólo eso: «daños colaterales». Cada sector pagó con creces su fidelidad a la Revolución: líderes comunitarios, comunicadores populares y militares leales, sembraron en el pavimento su digna huella pintada con sangre.
Y es que a los usurpadores, más temprano que tarde, les sorprendió el eco que desde venía desde diferentes rincones del país y se convirtió en una voz que decía: «yo quiero que Chávez termine su mandato».
Y es que cada uno de los más de 3 millones de electores que votaron por Chávez sentía que debía rebelarse contra la jauría golpista.
Todos y todas tenían un motivo para salir a la calle: unos porque Chávez era diferente a los otros políticos, otros por la revolución, por la soberanía, por la inclusión del pueblo en la toma decisiones, por la equidad, social, contra la xenofobia, la homofobia, el racismo y contra el intervencionismo norteamericano, Hace 20 años la ultraderecha venezolana y la del mundo, vió el rostro y la valentía del pueblo venezolano que salió a la calle a defender su revolución y aún sigue en las calles.
Honor y gloria a cada una de esas almas patriotas.