Néstor Rivero Pérez

El 12 de mayo de 2014 falleció en Caracas, a sus cien años de edad, Jacinto Convit, médico cuyas investigaciones en el área clínica y de laboratorio sobre el mal de Hansen (lepra) le permitieron avanzar en la vacuna contra dicha enfermedad, e igualmente hacer contribuciones, al lado de un equipo del Instituto de Biomedicina, para la obtención de la vacuna contra la leishmaniasis cutánea; y también en el campo de padecimientos infecciosos como la oncocercocis y micosis profunda.

Una Venezuela enferma

Algunas versiones señalan que el establecimiento de un centro para recoger y dar tratamiento a los enfermos de lepra en el país fue iniciativa que partió del propio Libertador Simón Bolívar, ante uno de los dramas sociales en la Venezuela de la Independencia. Entonces sobrevivían a la intemperie en ciudades y caminos individuos aquejados por tisis, paludismo, leishmaniasis o lepra, entre otras desdichas de la salud, y quienes, debido a trastornos ocasionados por la contienda, no encontraban alojo ni apoyo de familiares o autoridades. En todo caso será el general Cipriano Castro quien construyó e inauguró en 1906 el Leprosorio de Cabo Blanco, en el litoral guaireño.

 Formación

Habiendo nacido en Caracas en 1913, Convit estudió bachillerato en el liceo Caracas (actual Andrés Bello), bajo la dirección de Rómulo Gallegos, quien fue su preceptor en filosofía y matemáticas. Habiéndose inscrito, luego, en la escuela de Medicina de la UCV, egresó en 1938, con 25 años, si bien ya desde el año anterior, 1937, alentado por los doctores y catedráticos Martín Vegas y Carlos Gil Yépez inició sus prácticas e investigaciones en el Leprosorio de Cabo Blanco (La Guaira). En 1940 obtiene su Especialización en Medicina Interna, y, entre 1944 y 1945 cursa en la Universidad de Columbia (EEUU) las cátedras de Cáncer y Piel.

Una sensibilidad

En elocuente párrafo de homenaje al joven Convit que se iniciaba como médico en los años treinta del siglo XX, Héctor Vegas Jiménez resalta sus rasgos morales. “El impactante sufrimiento en el alma de aquel inquieto muchacho…fue desgarrador y determinante; se encendió para siempre en él una llama luego hoguera de amor, mezcla de iracunda y obstinada entrega al estudio y la lucha sin cuartel, con absoluto desprendimiento, por el bienestar y curación de quien sufría el inminente final ante una abominable enfermedad, objetos del desprecio. Ciertamente el prejuicio de una civilización que cultiva la imagen externa a expensas de la solidaridad, y valor del prójimo, retardaron por décadas el estudio de la lepra. Y dicha tarea la acogió como audaz Quijote de la salud, Jacinto Convit.

Mal de Hansen. El propio Convit habló en algún momento en torno a su íntima angustia frente al drama: “La lepra no tenía cura. A la gente la cazaban en la calle (…). Se tapaban los espejos, como si el reflejo del mal fuese a contaminar hasta las sombras (…) yo una noche recibí una persona maniatada con cadenas, lo traían de Oriente en un camión custodiado con gente armada, un pobre hombre que lo único que tenía era que había sido infectado con lepra” (http://medicinaarteytiempo.blogspot.com). De este modo desde los años treinta, Convit sin mucho escándalo, y al paso de uno y otro gobierno, destinará gran parte de su actividad diaria a desentrañar las causas de la lepra y lograr una vacuna. Ya en 1945, el Ministerio de Sanidad lo envía a Brasil para conocer los servicios antileprosos de este país, donde hay muchos afectados por el mal.

 Armadillo

En 1989 Convit informa el hallazgo de una especie de armadillo (cachicamo) en zona cercana a la represa del Guri (Bolívar), “susceptible a contraer el bacilo M. Leprae causante del contagio de la enfermedad; a diferencia de los armadillos de otras regiones”. La investigación con dichos animales dio como resultado que Convit y su equipo lograsen “una vacuna que podía ayudar a las personas enfermas con lepra”. En 1988 Convit fue nominado al Premio Nobel de Medicina.

Sinóptico

Francisco Javier Yanes

El 12 de mayo de 1776 nació en el actual Camagüey (Cuba) Francisco Javier Yanes, abogado, periodista, historiador y uno de los firmantes del Acta de Independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811. En 1802 Yanes de 24 años viajó a Venezuela, matriculándose en Derecho en la UCV. Yanes es autor del que puede considerar el primer libro sobre historia de Venezuela publicado por un patriota. Será electo diputado al Congreso de 1811; así, Yanes estampará su rúbrica en el Acta de la Independencia del 5 de julio. La primera recopilación de los escritos del Libertador fue adelantada entre 1826 y 1830 por Francisco Javier Yanes y Cristóbal de Mendoza, publicándose 24 pequeños volúmenes. Este trabajo, para el cual Bolívar mismo entregó copia de textos suyos, servirá de base para la monumental Colección editada entre 1875 y 1877 por José Félix Blanco y Ramón Azpúrua. Baralt dio a la imprenta su monumental Historia de Venezuela en 1841. La obra de Yanes titulada Relación documentada de los principales sucesos…en Venezuela…hasta el año 1821, le antecedió cuatro años.

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