Néstor Rivero Pérez

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El 12 de noviembre de 1840 nació en París (Francia) Auguste Rodin, cuyo talento en representar figuras en sus tres dimensiones en yeso, bronce u otro material con el cincel y los moldes, constituyó un giro copernicano en los cánones de las artes plásticas, al punto que se le caracteriza como el Padre de la Escultura Moderna. En su producción destacan La edad de bronce, El beso, Los burgueses de Calais, La eterna primavera y sus dos obras más renombradas, El pensador y Balzac.

Balzac en el bronce

En esta obra de 1898, Auguste Rodin logró plasmar en bronce tal grado de proximidad en cuanto a la silueta, rasgos y psicología respecto al personaje que la inspira, el escritor Honorato de Balzac, que algún espectador pudiese sostener que el autor de Eugenia Grandet y Un asunto tenebroso, se levantó de su tumba, dirigiéndose al taller de Rodin, para actuar como su modelo, posando ante Rodin, a quien algunos al contemplar la inicial obra en yeso, señalaron que el autor mostraba con su tallado una imagen distorsionada del célebre escritor; empero las siguientes cohortes de críticos del arte de la última centuria, han colocado mejor las cosas en su sitio.

Se trata de un horizonte de irreverencia para su época respecto a la hechura del monumento; por entonces se mantenía el canon clásico de belleza según el cual la escultura permanece estática, carente de alteraciones y símbolos en sus rasgos, gestualidad y postura.

 

Un antecedente

Circunstancia bastante parecida se había suscitado décadas antes de que insurgiera Rodin en París con la imposición del romanticismo social. Y el antecedente lo protagonizó Eugene Delacroix con su lienzo La libertad guiando al pueblo, cuyo develamiento originó ciertamente escándalo por la irreverente vestimenta con que el autor atavía los pechos de la mujer que lidera la barricada y a la que se tildó de “vulgar”.

De acuerdo a Julián González Gómez, “Quizás Balzac se hubiese sentido muy complacido con este monumento. El autor de La comedia humana también causó revuelo en su tiempo al exponer crudamente las miserias de la sociedad francesa en la que se desenvolvió.

Partidario de un realismo sin concesiones, se opuso como una roca a la hipocresía y la doble moral, combatió a los héroes que siempre tienen los pies de barro, pues no hay en este mundo más héroe que aquel que afronta la existencia con integridad; todos los demás son solo monigotes” [https://educacion.ufm.edu].

El pensador

El propio Rodin expuso en breve comentario, el significado de la que quizás constituye la obra escultórica más famosa de la historia: “Lo que hace que mi ‘pensador’ piense, es que él piensa no solo con su cerebro, sino con su ceño fruncido, sus fosas nasales distendidas y sus labios apretados, con cada músculo de sus brazos, espalda y piernas, con los puños apretados y sus dedos de los pies encogidos”, explicó Rodín [http://laspartesdelarte.com].

Algunos críticos de arte sostienen que quien inspiró a Rodin para esculpir El pensador fue el poeta Dante Alligheri, cuya obra La divina comedia hizo concebir al escultor francés el conjunto parcialmente concluido de La puerta del infierno.

Otros sugieren que la fuente de El pensador se encuentra en los esculpidos de Miguel Ángel, Ugolino y sus hijos y… Lorenzo de Médici [Ibídem]. Bien puede repetirse como juicio crítico, el hecho de que incitado el circunstante de museos o láminas a contemplar cada parte de El pensador, sus músculos, la tensión reflexiva de su frente y en general la pose del cuerpo, “invita -el monumento- a caminar alrededor de él. De esta forma no se narra un momento congelado, sino un espectro de pensamientos y sentimientos” [Ibídem]. Son muchas las conjeturas a que invita esta cima de las artes plásticas, magna obra cuya descripción queda trazada de forma clara en el siguiente párrafo: “Se trata de un hombre sentado, reclinado, con la cabeza ladeada hacia abajo, en una postura de pensamiento, pasividad, soledad y preocupación” [Wikipedia].

 

Sinóptico

1923

Alirio Díaz hizo hablar a la guitarra

Este día nació en el caserío La Candelaria (Lara) Alirio Díaz, máximo exponente venezolano en el arte de rasguear la guitarra. Integró un hogar de once hermanos, donde había estrechez, afanes y castigos, al lado de amor filial, juegos infantiles y la música típica larense.

Entre las piezas más aplaudidas cuyos acordes cobraron vida en los dedos de Alirio Díaz, destacan Flor del Campo (anónimo), Siempre Invicto (Sebastián Díaz Peña), Las bellas noches de Maiquetía (Pedro Arcila Aponte) y Conticinio (Laudelino Mejías).

Centenares de piezas le harían recorrer los 5 continentes. Este virtuoso de la guitarra falleció a sus 92 años en Caracas, en 2016, tras llevar solaz y contentamiento a todos los públicos.

En su vejez acostumbraba ofrecer continuamente gratuitas presentaciones en la Escuela Superior de Música de Caracas, ubicada en la esquina de Santa Capilla, así como en otras instituciones.

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