Chile derrota a pinochetistas
El autor es periodista y analista político.
Alcides Castillo
alcidesarmenteros@gmail.com
Ventarrón electoral arrasó a la derecha en Chile. Los partidos del sistema que respaldaron al dictador Augusto Pinochet, entre ellos el socialcristiano y el “socialista”, incluyendo al actual presidente Sebastián Piñera, y a sus amos del imperialismo, perdieron el privilegio de seguir gobernando una nación que poco a poco perdió su soberanía y libertad.
Partidos revolucionarios (comunista), de izquierda y movimientos sociales, ocuparán las curules mayoritarias en la Convención Constituyente que redactará una nueva Carta Magna, dando fin a la constitución impuesta por el fascista Pinochet hace 41 años, carta fundamental que sirvió de marco para la entrega del país al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) que impusieron la receta neoliberal.
Comunistas y revolucionarios más los movimientos sociales tendrán el derecho de palabra que les fue arrebatado a sangre, fuego, desapariciones y cárcel desde aquel 11 de septiembre de 1973 cuando se instauró el terror impuesto por una junta militar respaldada por el gobierno gringo de entonces. La CIA, bajo el mando del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, y el secretario de Estado, Henry Kissinger, prepararon el sangriento golpe de Estado contra el legítimo mandatario y presidente surgido de la voluntad popular, Salvador Allende. Fueron años de terror, de crímenes, de desapariciones y torturas ordenadas por Pinochet, quien actuó con la complicidad de los organismos internacionales como la OEA.
Hoy en las elecciones fue derrotada la dictadura civil y militar. El pueblo se pronunció contra los agentes del imperialismo y de la burguesía, contra los represores y los partidos de derecha que respaldan al fascismo.
La victoria es transparente, le pertenece al pueblo, a trabajadoras y trabajadores que emprenderán los cambios que reclaman los siempre olvidados. Pero hay que resguardar y defender esta victoria, pues el imperialismo y sus secuaces, los agentes de Pinochet, estarán al acecho para poner obstáculos.
