Néstor Rivero Pérez

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El 2 de noviembre de cada año, distintas iglesias cristianas a lo largo del mundo conmemoran el “Día de los fieles difuntos”, jornada mediante la cual se exalta el duelo por la ausencia de los seres queridos y a la vez se convoca al íntimo recogimiento reflexivo acerca del significado de la existencia.

En la América Latina y caribeña esta fecha recoge tradiciones que anteceden a la llegada de los conquistadores.

Noción del “Más allá”

En la tradición orientalista del hinduismo y el budismo, y que se observa en otras corrientes metafísicas de la vida y el universo, se insertan nociones como el karma y el darma, energías negativa la primera y positiva la segunda, cuyo agrandamiento o achicamiento atienden a la actuación del individuo durante su tránsito por la vida terrenal. Y para dichas doctrinas, “muerte” no es más que el desencarnado físico para volver a ocupar otra entidad que se materializa en términos superiores o inferiores a la vida precedente, según se haya vivido en esta Tierra.

En todo como noción antagónica, la doctrina religiosa destaca el ateísmo, originada en postulados de Leucipo y Demócrito, atomistas presocráticos para quienes la naturaleza no requería en su constitución, de la intervención divina.

Osiris

En el Egipto de los antiguos faraones, la mitología concedió a Osiris el mismo carácter, habiendo fallecido por ahogamiento en el Nilo y sus restos desmembrados, como parte de un complot. Y ello le valió para imperar en el más allá, ostentando poderes contrapuestos, de una parte el de fomentar la agricultura, y de la otra, recibir las honras como dios funerario. Dentro del hinduismo, que cuenta con mayoría en India, esta potencia es conocida como Iama, “dios de la muerte, señor de los espíritus de los muertos y guardián del inframundo” [Wikipedia].

De su parte la cultura maya en este campo veneraba como deidad a “Ah Puch… conocido por su gobierno sobre la muerte, el desastre y la oscuridad” [https://www.villapalmarcancun.com]. Y para el taoísmo la muerte física “es un fenómeno absolutamente normal, se le concede el grado de transformación y de retorno a la unidad, al orden natural que existía antes de habitar en este cuerpo” [https://www.alfinaldelavida.org].

En España

La celebración de este día, que llegó al Nuevo Mundo como parte de las tradiciones inculcadas por la Iglesia, busca “recordar a los que ya no están, llenar los cementerios de flores y sentir más cerca… a nuestros difuntos. Pero sobre todo es un día para celebrar con la familia” [https://www.traveler.es].

A lo largo de esta fecha los creyentes oran por sus parientes desaparecidos y que sus faltas y pecados les sean perdonados por Dios, abogando porque se liberen del Purgatorio quienes hayan partido con debido respeto a los Diez Mandamientos.

Muerte como espejo

“(…) La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida. Toda esa confusión de actos, omisiones, arrepentimientos y tentativas que es cada vida, encuentran en la muerte, ya que no sentido o explicación, fin. Frente a ella nuestra vida se dibuja e inmoviliza.

Antes de desmoronarse, se esculpe y vuelve forma inmutable: Ya no cambiaremos sino para desaparecer. Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida (…) cuando alguien muere de muerte violenta, solemos decir: «Se lo buscó». Muerte de cristiano o muerte de perro son maneras de morir que reflejan maneras de vivir. Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: Hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida” [Octavio Paz, El laberinto de la soledad / En: https://www.ingenieria.unam.mx].

Sinóptico

1980

Murió César Rengifo

Este día falleció en Caracas César Rengifo, dramaturgo, pintor, periodista y docente, cuya obra indaga el pasado del pueblo venezolano, y quien hizo escuela con dramas como Apacuana, Lo que dejó la tempestad y Esa espiga sembrada en Carabobo, su vitral Amalivaca y su obra Creadores de la nacionalidad.

Su vida ha concitado la pluma de investigadores como Jesús Mujica, autor del libro biográfico Un tal César Rengifo. Rengifo reivindicó al héroe de los vencidos que prosigue su lucha, como Ezequiel Zamora, o los migrantes de la erosión en los paisajes de modernidad. Amalivaca: Este es un vitral de noventa metros cuadrados instalado en los pasillos del Centro Simón Bolívar que conectan con la plaza Diego Ibarra de Caracas, y que contiene «más de millón y medio de pequeños pedazos de mosaicos, finamente cortados».

Este dios de los tamanacos había creado hombres inmortales. Y los tamanacos poseían el orgullo de ser los primeros. El padre fundador dio también vida al padre río y al viento. Y Rengifo pinta a los tamanacos de utensilios en faena, cultivando el maíz, adaptando los troncos de los árboles, machacando granos y distinguiendo los peces que envía el Orinoco.

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