Guido Zuleta

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En Nuestra América, luego de avances y retrocesos, el sueño de integración solidaria bolivariana impulsado por los próceres de la independencia como Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Juan Germán Roscio Nieves, asume un nuevo impulso a partir de 1999, con la creación de instancias como el ALBA-TCP, Unasur, Petrocaribe. Pero luego, los logros alcanzados decrecen con la aparición de tendencias que intentan revertir el camino solidario con la gente. Sectores poderosos buscan desestabilizar a gobiernos democráticos con medidas coercitivas unilaterales, acciones mercenarias y manipulación de la población mediante falsas noticias, aun así, la población venezolana, retoma nuevamente el diálogo, para mantener su propio camino democrático.

Se requiere una perspectiva ética, en defensa de la vida. No se trata de que no haya conflictos, lo que resulta éticamente necesario es como lograr el tratamiento del conflicto mediante el diálogo, para que la sociedad salga fortalecida.

La amplia y profunda política de diálogo que el Gobierno bolivariano viene desarrollando en todos los terrenos de la vida nacional es un signo de nuestro estricto apego a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Mientras tanto las elecciones en Colombia, que se realizaran este domingo, resultan una señal esperanzadora. Hoy más que nunca les corresponde empezar a vivir etapas de grandes transformaciones para poder alcanzar la justicia social que permita, construir una auténtica democracia con equidad y sin exclusiones, que pueda transitar de un sistema neoliberal y conservador a un proceso de inclusión y participación del pueblo colombiano, hasta ahora marginado de los procesos políticos.

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