Ética, derechos humanos y refundación de la ONU
La autora es Presidenta de Fundalatin
Eugenia Russian
Hace 78 años, el 24 de octubre de 1945, después de la tragedia de la II Guerra Mundial, se crea la Organización de Naciones Unidas, la cual fue creada con un único propósito: Detener lo que se temía era una racha irreversible de conflictos bélicos como los dos grandes que ocurrieron en la primera mitad del siglo XX. Se pensó que había que ponerse de acuerdo en un código de comportamiento civilizado entre las naciones.
Estados Unidos de Norteamérica ha ayudado a desmoralizar la organización, al no respetar sus decisiones, al comportarse como su dueño y manipular a su antojo al Consejo de Seguridad. Todo eso podemos y debemos cambiarlo si queremos que Naciones Unidas esté al servicio de la paz y de la vida, sin privilegios de ninguna clase para ninguno, donde decisiones que afectan a todos, sean tomadas por todos y no solo por el pequeño grupo que detenta el privilegio injusto de poner veto. Para contribuir al rescate de la organización de «nosotros los pueblos», en el año 2010 Miguel D’ Escoto y Leonardo Boff proponen trabajar en Una Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, para la reinvención de la ONU.
La crisis ética mundial, la cual unida a la financiera, energética y ecológica, componen este momento de tragedia de la humanidad, que se manifiesta en eventos tan dramáticos como la guerra entre hermanos en Haití y la violación de derechos humanos contra la población palestina, impulsada por el gobierno de Israel y avalada por Estados Unidos.
Hoy se percibe el reimpulso de la alianza ética de todos los movimientos y gobiernos responsables, que intentan cambiar la cultura de la violencia del poder económico neoliberal y los fundamentalismos y sectarismos que impiden el camino liberador. De allí la ratificación del compromiso frente a la defensa de los derechos humanos. Y asumir el reto de incrementar las relaciones alternas solidarias y éticas, hacia la integración solidaria.
