Geopolítica de paz y enfrentamiento a minas antipersonas
El autor es integrante de la ONG Fundalatin.
Guido Jorge Zuleta Ibargüen
Desde la diplomacia de los Estados y la diplomacia de los pueblos, se hacen esfuerzos por contribuir a una geopolítica de paz. La población venezolana enfrenta medidas coercitivas y agresiones criminales con minas antipersonas.
La ONU, aprueba el 1/3/1999, la convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirma: “El camino hacia la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, debe estar libre de minas terrestres… Todas las personas tienen derecho… a no tener miedo de dónde dan el siguiente paso” (news.org. Paz y Seguridad 4/4/2019).
En Nuestra América, gobiernos responsables y comunidades de buena voluntad se unen en instancias como ALBA-TCP, Unasur, Celac, construyendo una Zona de Paz. Intentos obstaculizados por golpes de Estado o maniobras judiciales como en Bolivia, Ecuador, Brasil, que se intentan superar.
El canciller venezolano Jorge Arreaza se dirigió a la directora del Servicio ONU de Actividades relativas a las minas, solicitando asistencia técnica para detectar y desactivar las minas antipersonas que los grupos irregulares colombianos colocaron en Venezuela.
Desde la diplomacia de los pueblos, Juan C. Tanus, director de la Asociación Civil de Colombianos en Venezuela, señala que en Colombia “las minas antipersonas han causado… amputaciones… para aterrorizar a la población civil, lo que constituye una violación al derecho internacional humanitario y a los derechos humanos. (Correo del Orinoco. Caracas. 7/4/2021).
En tiempo posterior a Semana Santa, comunidades de espiritualidad liberadora y Estados responsables, intentan superar las tendencias opresoras globales y avanzar en el sentido del Reinado de Dios, impulsando una geopolítica de construcción de la paz, con cuidado de la gente y de la Madre Tierra.
