Gira latinoamericana de la presidenta de la Comisión Europea para tratar de ganar un territorio en disputa

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La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.

 

 Yoselina Guevara López

@lopez_yoselina

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen, está realizando desde el 12 de junio una gira oficial por Latinoamérica, teniendo dentro de su itinerario Brasil, Argentina, Chile y México, donde se ha reunido con los mandatarios de dichos países. Esta ofensiva a nivel de la diplomacia europea se enmarca como preámbulo a la Cumbre que se realizará en Bruselas los próximos 17 y 18 de julio y la cual reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

Resignificación del papel de la UE en Latinoamérica

El objetivo estratégico de este fortalecimiento de las relaciones entre Bruselas y Latinoamérica está bien claro; en el momento geopolítico actual de reestructuración de los bloques de poder  y la expansión de la multipolaridad, se hace necesario para la Unión Europea no seguir perdiendo influencia en esta importante región del orbe, en constante disputa geopolítica,  donde China y Rusia han ido tomando posiciones determinantes.

En este sentido es indudable el peso de la República Popular China en Latinoamérica, la cual ha logrado en veinte años multiplicar sus inversiones, pero además ha incorporado a 21 países a su nueva Ruta y Franja de la Seda. Al contrario, la Unión Europea ha ido perdiendo espacio a nivel de los intercambios comerciales, por lo cual surge la idea de retomar el Acuerdo Unión Europea- Mercado Común del Sur. Además Bruselas en los próximos días apunta a la creación de un órgano de relación permanente entre la Unión Europea (UE) y los gobiernos latinoamericanos, para reforzar los lazos institucionales e impulsar no solo los acuerdos económicos, sino la colaboración en infraestructuras, lucha contra el narcotráfico, justicia o proyectos científicos.

Es ampliamente conocido que la UE sufre una carencia de  materias primas que justamente poseen los países latinoamericanos, y las cuales son imprescindibles para afrontar las grandes transformaciones con las que el bloque europeo se ha comprometido.  Por ejemplo, para llevar a cabo el desafío de la UE  de desarrollar una economía verde, son esenciales minerales como el litio, del cual el 60 % de las reservas mundiales se encuentra en  Bolivia, Chile y Argentina. Casualmente, de estos países, dos de ellos están dentro del itinerario de viaje de la presidenta de la Comisión Europea.

Resultados parciales del viaje de Úrsula Von Der Leyen

La primera escala  de  la presidenta de la Comisión Europea fue en Brasil, donde se reunió con el presidente Lula Da Silva.  Úrsula Von Der Leyen agradeció los avances del país suramericano en cuanto al tema ambiental y anunció la asignación de 430 millones de euros para combatir la deforestación en la Amazonia en el marco del Global Gateway, y 2.000 millones para la transición verde. Estos son acuerdos importantes y un gran logro con respecto al precedente gobierno brasileño de Bolsonaro, con quien había discrepancias en este tema.

No obstante, el presidente Lula efectuó una serie de observaciones a las cláusulas sobre estándares medioambientales incluidas por Bruselas en la propuesta del acuerdo con el Mercosur, las cuales contemplan posibles sanciones para los socios de la región, especialmente en materia de deforestación. En la rueda de prensa conjunta, el mandatario brasileño declaró: “Los socios estratégicos deben tener una relación de confianza mutua, no de desconfianza y sanciones”.

Así mismo, Lula Da Silva instó a Bruselas a acelerar la conclusión del acuerdo entre la Unión y los países del Mercosur, firmado en 2019 pero nunca ratificado por los Estados europeos y ahora estancado. Dicho acuerdo es vital para Bruselas, el Mercado Común del Sur es la quinta economía fuera de la Unión, con una producción anual de 2,2 billones de euros y un mercado de 260 millones de consumidores. Para entrar en vigor el convenio entre los bloques, todos los Estados miembros de la UE deben ratificar el acuerdo. Las trabas siguen presentes, sobre todo en París, donde el gobierno de Macron tiene una posición legítima en contra del acuerdo por cuestiones medioambientales, por lo que estarían en la mesa de negociación compromisos adicionales para la ratificación.

En Buenos Aires, Úrsula Von Der Leyen, y el presidente argentino, Alberto Ángel Fernández, firmaron un memorando de entendimiento para estrechar la cooperación en lo referente a materias primas. Pero aquí también Fernández estableció sus objeciones, porque no está totalmente clara la protección del sector agrícola por parte de la UE y también le causaron ruido las cláusulas medioambientales que pueden no satisfacer a los productores suramericanos. En concreto, se habla de aranceles y del uso de productos químicos.

Una vez culminada la gira de Úrsula Von Der Leyen, a final de mes se reunirán  los negociadores europeos y latinoamericanos. Si bien Europa está, casi desesperadamente, buscando recuperar la confianza con un paquete de inversiones y programas destinados a reducir las lacerantes desigualdades de Latinoamérica, facilitar el desarrollo local y consolidar el capital humano, la reacción de los mandatarios suramericanos ha sido digna y definitivamente no han caído en el entreguismo. Ya es hora que la vieja Europa tome conciencia que finalmente los tiempos han cambiado.

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