Golpe a la soberanía científica: Saldo del bloqueo a equipos de microscopía electrónica

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En «correo no oficial» proveedora informó que no quiere relacionarse con Venezuela, informó la vicepresidencia sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez. Fotos Cortesía MPPCT

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

La salud, tecnología, ciencia, educación, biomedicina, ingeniería, la agroindustria y la investigación científica en la República Bolivariana de Venezuela, están siendo altamente golpeadas por las medidas coercitivas unilaterales que mantiene Estados Unidos, y que impiden desde el año 2015 que la patria bolivariana pueda sustituir piezas de 14 microscopios electrónicos con los que cuenta la nación.

La vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez, explicó en entrevista a Diario VEA, que la empresa Thermo Fisher Scientific, una gran transnacional de equipamiento tecnológico, «de muy alto nivel, cuya dirección fiscal queda en Estados Unidos, no quiere honrar el contrato que la República pagó sin ningún inconveniente desde las universidades y los centros de investigación en el país, para garantizar la instalación y el suministro de los filamentos. Los filamentos son los que producen los electrones en los equipos para su funcionamiento».

Ante esta situación Venezuela recurrió a la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, Alena Douhan, para que a través de esta instancia de la Organización de las Naciones Unidas, las piezas que fueron pagadas y que se necesitan, sean enviadas de inmediato.

Estas piezas fueron adquiridas en 2015, algunas antes de ese año y «están asociadas a un contrato de servicio, compra e instalación de equipos», señala Jiménez. Las mismas están destinadas para los 14 microscopios electrónicos con los que cuenta la República. Agregó que de hecho hay dos (2) «equipos de esos que están nuevos, sin encender».

En Venezuela existen 14 microscopios fabricados por FEI Company (Field Electrony and Ion Company), una subsidiaria propiedad total de Thermo Fisher Scientific Inc, ambas compañías estadounidenses. Estos equipos se encuentran en universidades venezolanas, centros de investigación y desarrollo, laboratorios forenses y control de calidad laboratorios. Ante la negativa de entrega de las piezas y repuestos por parte de la compañía gringa, solo tres (3) microscopios siguen funcionando en el país, de acuerdo con publicación informativa que entregó la Ministra a este medio.

Usted denunciaba el 30 de abril de este año el secuestro de estos equipos  de microscopía electrónica, ¿qué sucedió con ellos y cómo afecta esta situación a la nación?

-Sucedió que la empresa que vendió los equipos no quiere honrar el compromiso de ponerlos en funcionamiento, entregando los filamentos y los componentes que faltan para su instalación. La república no tiene ningún tipo de deuda, es algo que estamos arrastrando (…) El año pasado se le planteó al Sistema de Naciones Unidas, en vista de que están los 14 microscopios electrónicos en el país sin funcionamiento, no podían mantenerse las asignaturas abiertas, las cátedras, prestar los servicios de análisis a los tejidos, la aplicación biomédica de los microscopios. No se pueden hacer análisis de materiales. No se pueden hacer planificaciones para el desarrollo de ingenierías, de control de calidad, y eso está afectando no solo al sector académico y de investigación sino también al productivo, porque hay análisis que uno hace con microscopía electrónica. Entonces, que por favor, el Sistema de Naciones Unidas haga algún enlace con la empresa, y haga posible que nos entreguen, a través del Sistema de Naciones Unidas, los filamentos que hacen falta para poder encender los microscopios. La empresa no responde a nuestros correos, y luego en un correo no oficial, nos colocó que, producto de las sanciones, ellos no querían relacionarse con Venezuela. Eso está igual ahí contrastado en el informe de la relatora. Entonces, le pedimos a ella el año pasado, que con todas estas evidencias, con el contrato, con el diagnóstico que tenemos y el informe técnico de todos los microscopios que están en el país, en la UCV, en el IVIC, en la Universidad de Oriente, en Sidor, entre otros, ella nos ayudase a elevar la denuncia de cómo esta situación está afectando el derecho de educación, de investigación científica, al desarrollo productivo y económico del país.

¿Por qué la denuncia ahorita?

-Se ha escrito a la empresa desde 2015 hasta hoy, solo que la relatora el año pasado lo tomó como una instancia de reclamo del Sistema de Naciones Unidas, para demostrar que las sanciones afectaban también la investigación científica y la educación del país, y que ella exhortaba, como protectora de materia de derechos humanos, que se respondiera y disminuyeran los efectos que estaban ocasionando las sanciones. A seis meses del exhorto de ella, no hay respuestas. Nosotros seguimos reclamando que respondan a lo que está denunciando la relatora en representación de nosotros, porque la empresa no nos responde a nosotros.

¿Estos equipos los adquirieron a través de quién?, ¿con apoyo de un tercer país?

-No, fue directamente la república. El contrato está a nombre de la república. La república, los centros de investigación y las universidades.

¿Qué puede hacer Venezuela si no le entregan las piezas?, ¿a qué instancia va a acudir además de la relatora de la ONU?

-No tenemos más instancias.

Y si no devuelven estas piezas, ¿tratarán de adquirirlas nuevamente?

-Son repuestos que están solo desarrollados para esos microscopios, no es algo que puedas comprar en otra casa comercial. Son únicos y específicos. Entonces tienes que comprar un microscopio a otra gente, a otro fabricante e instalarlo.

Microscopios indispensables para la vida y el desarrollo

La operatividad de estos microscopios son vitales no solo para el sistema público de salud del país, sino que también son de utilidad para la agroindustria, el desarrollo de la ciencia y para la formación de los científicos, explica la ministra del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología.

«Hay unos microscopios que te permiten ver los tejidos humanos; ahí puedes ver las fibras de los músculos, puedes hacer análisis. Si hubiésemos querido ver el Covid, el SARS-CoV-2, infectando las células, los microscopios electrónicos estaban bloqueados. Aplicación para la salud, biomedicina, tiene una aplicación para el área de ingeniería en el estudio de materiales, para las industrias básicas, para el desarrollo agrícola, para el estudio de análisis químico, de componentes, y bueno, eso tiene que ver con todo el aparato productivo nacional», argumenta, al ser consultada sobre el uso que se le quiere dar a estos 14 microscopios.

Agrega: «Nosotros estamos desarrollando ahorita una nanomolécula por nanotecnología, y esa síntesis química, que también tiene elementos de la física, tiene que llevar luego las moléculas sintetizadas por nosotros, del laboratorio a un análisis de control de calidad; como es una molécula tan pequeña, y nano significa 10 a la menos 9, la única forma de verla es en un microscopio; no pudiésemos hacerle control de calidad a esta nanomolécula. Estamos haciendo productos médicos con nanotecnología y esto es una herramienta para hacerle control de calidad».

Jiménez, licenciada y magíster en Biología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), enfatizó que las acciones ilegales para la adquisición de estas piezas para la microscopía electrónica, están afectando la educación universitaria y la formación de los científicos.

A modo de ejemplo indicó que hace casi dos (2) décadas, cuando se hizo el cambio de la gasolina de plomo a la gasolina sin plomo, los trabajadores de las estaciones de servicio de combustible, los llamados bomberos, que son los encargados de colocar el combustible, se impregnaban y absorbían el plomo; quienes resultaron afectados en materia de salud por esta gasolina, se les pudo hacer prueba a su sangre con microscopios electrónicos.

«Esos pacientes que por largo plazo, por un tema ocupacional, afectaron su salud por esa absorción de plomo en la sangre, los bomberos, esos análisis de sangre los hicimos nosotros con los microscopios electrónicos. Podíamos poner la muestra de sangre de esos bomberos, en esas estaciones de servicio, y medir los picos de plomo en la sangre y ver cómo estaban alterando los electrolitos, etc., y hacer microscopía electrónica de célula», explicó.

Agregó, con dolor en la voz, «con la Covid queríamos ver las células de nuestros pacientes y el virus infectándolo. Y hubo múltiples fotos que todo el mundo vio de microscopía electrónica; nosotros no podíamos encender los nuestros. Sin embargo, Venezuela hoy es el cuarto país en Iberoamérica con la mayor red de vigilancia genómica, porque ese efecto sobre la parte genómica y los secuenciadores lo pudimos resolver a pesar de las sanciones, pero no pudimos comprar un nuevo microscopio porque cuesta millones de dólares.

¿Qué estudios quieren hacer con los microscopios? Un caso puntual, un ejemplo…

-Quisiéramos estudiar todo. Los tejidos, análisis de las membranas celulares. Todo lo que estamos desarrollando en nanotecnología, que tiene que pasar por un microscopio para ver cómo están dispuestas las nanomoléculas. Los análisis de materiales.

Y al no tener esos equipos operativos, ¿qué debe hacer Venezuela?. Por ejemplo, en ese avance de nanotecnología, ¿tiene que recurrir a un tercer país?

-Mandar las muestras para que las analice otra persona.

-¿Y eso es un costo?

-Eso es un costo, y además estás coartando la investigación al científico. Y hay cosas que nos interesa a nosotros tener nuestro propio desarrollo, porque son secretos industriales, son de desarrollo de soberanía, son patentes para la república. Entendemos y es muy loable la cooperación científica y estamos cooperando con todos nuestros aliados, pero lo nuestro es nuestro.

-¿Y si consiguen el apoyo?

-Con Irán, sobre todo. Irán, que está entre los cinco países más importantes en nanotecnología.

¿No hay riesgo de que esos microscopios se pierdan ante la falta de piezas?

-El riesgo que colocamos nosotros en el informe a la relatora, es que se va a perder la operatividad de los microscopios electrónicos. Ya no tenemos espacios aptos con microscopios operativos para que los estudiantes se formen y no podríamos formar más talentos en esta área.

¿Cómo se hace en estos casos? Si esto llegar a pasar, ¿cómo hace Venezuela?
-No tienes más gente formada, porque no tienen los instrumentos para que trabajen.

¿Y, a través de un tercer país?, ¿comprar otro microscopio?

-Comprar otro microscopio a un país que nos lo quiera vender. Tienes 14 microscopios, si tienes casa propia, ¿por qué te irías de tu casa propia?

En la entrevista destacó que los miscrocopios tienen diferentes precios; hay de 800 mil dólares, de 2 millones de dólares, de un millón dólares, dependiendo.

Destaca que parte del desarrollo productivo de un país, se puede medir por el número de técnicas y estratégicas tecnológicas, y la dotación de infraestructura que tengan. Cita, como ejemplo, que países como Türkiye, EE. UU., China, tienen una cantidad de microscopios electrónicos instalados operativos, «porque les permiten prestar bienes y servicios. Hacer análisis en materia de salud pública, pero también ayudan a los sistemas de control de calidad de la producción».

Ejemplifica, una vez más: «Intel, que es la que nos vende las tarjetas de computadoras, es una de las grandes empresas del mundo que tiene al menos unos 300 microscopios electrónicos, y de análisis, que permiten, por supuesto, ver la circuitería, cómo están las tarjetas, etc. Uno puede relacionar también la infraestructura del parque tecnológico de un país con su capacidad de producir, en términos de soberanía. Entonces se está afectando nuestra capacidad no solo de formación de talento, sino también de producción».

Retroceso en avances por el bloqueo

Estados Unidos no solo promueve guerras en el mundo, asfixia económicamente a países soberanos, da golpes de Estado e invade naciones, sino que en su prontuario criminal también debe incluir las afectaciones en materia de salud, ciencia, educación, tecnología e investigaciones científicas, como los impactos negativos que está causando a la patria bolivariana en estas áreas.

La ministra Gabriela Jiménez recuerda -con nostalgia y algo de dolor en el rostro- que Venezuela estuvo entre los cinco países de mayores aporte a la investigación científica del continente en materia de microscopía electrónica, para la formación de talento humano. Producto de las medidas coercitivas unilaterales, este logro se vino abajo.

-¿Cómo se puede volver a recuperar ese lugar, e incluso superarlo?

-Adquirir nuevos microscopios, infraestructura nueva y comenzar a formar a la gente con los nuevos equipos.

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