VEA / Yonaski Moreno

En una carta dirigida a The New York Times, el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, expuso frente al medio estadounidense el sesgo que mantienen contra Venezuela desde su sala redacción, evidenciado en una nota titulada “Grupos terroristas se instalan en Venezuela mientras crece la anarquía” publicada el pasado 26 de abril.

La misiva, enviada tras esta agresión mediática contra Venezuela, el pasado 30 de abril, no fue respondida por ningún ejecutivo del New York Times, lo que demuestra “la poca voluntad autocrítica y de diálogo de ese medio”, expresó el canciller a través de Twitter, donde compartió la carta dirigida a Dean Baquet, editor jefe del diario neoyorquino.

El texto, expone que la nota publicada por The New York Times deja en evidencia que hay una intencionalidad  por parte del medio de promover una campaña de descrédito contra Venezuela, basada en testimonios anónimos, dudosos y la incorporación de la opinión de supuestos expertos con una maracada actividad política contraria al Gobierno Bolivariano.               

Añade que, a los enemigos de la paz «les interesa promover la imagen de una Venezuela fuera de control que necesita la intervención extranjera por ser una “amenaza” para sus vecinos».

Asimismo, resalta que alentar la intervención en Venezuela a través de este tipo de trabajos solo puede conducir a un camino más incierto y lleno de violencia y dificultades para el pueblo venezolano, por lo que exhortó a que el medio presente artículos más apegados a la realidad, lo que «podría contribuir a que se aborde de manera responsable el problema y las autoridades colombianas se sumen a su solución».

¿Una nueva Judith Miller?

En la carta, Arreaza expone que el autor del artículo, Anatoly Kurmanaev, ofreció una noción periodística a la disertación doctoral del también periodista Alan MacLeod, cuando trabajaba para Bloomberg, en donde admitió que necesita emplear «trucos sexys» para atraer a los lectores, asegurando que «en cierto sentido eres un mercenario. Estás ahí para proveer información a una clientela en particular que considera importante y no es algo ni bueno ni malo, es solo como son las cosas». Ante estas aseveraciones, el ministro cuestionó « ¿Para qué público en particular estará escribiendo ahora en el Times».

El canciller recuerda además que en el año 2002, The New York Times publicó una nota firmada por la desacreditada periodista Judith Miller, en la que reseñaba que unas piezas de tubería de aluminio eran prueba de que el gobierno iraquí se encontraba fabricando armas de destrucción masiva. «Esa nota fue usada por figuras de la administración de ese entonces para justificar la intervención militar directa y la invasión a Irak», luego que se ejecutaran estas acciones se confirmó que se trató de un «error». La fuente que había suministrado la información a Miller de manera anónima, Ahmed Chalabi, era figura política puntera de los Estados Unidos para un futuro gobierno provisional.

« ¿Es Anatoly Kurmanaev una versión actualizada de Judith Miller y será usado como fuente para justificar una intervención?», cuestionó el diplomático venezolano.

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