¡Pioneros a escala colectiva! Talento juvenil presente en Museo Alejandro Otero (Ver fotos)

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Setenta y tres talentos del proyecto Designarte muestran sus creaciones hasta finales de año. Fotos Diario Vea, Semanario 4F y Designarte.

VEA / Rosa Ángela Latorraca González

Hasta finales de este año se podrá disfrutar en el anexo de la sala 5 del Museo Alejandro Otero (MAO), ubicado en el sector La Rinconada, Caracas, de la exposición Nueva Escuela de Caracas en la que 73 jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y 17 años e integrantes del proyecto Designarte que lidera el profesor y comunicador visual José Luis Medina, muestran sus aptitudes artísticas a través de las 78 obras que componen esta muestra.  

Es la primera vez que en la historia del recinto se exhiben, de manera colectiva, piezas de talentos emergentes que se preparan día a día para potenciar sus capacidades en el arte, indica Medina.

Los cuadros que integran esta exposición inaugurada el 16 de septiembre, a juicio del docente, reflejan los sentimientos de sus creadores. Ellos “nos están comunicando sus necesidades a través de lo visual. Si prestamos atención a sus trabajos hay muchos en los que hay miradas que tiene fuerza, peso, que hablan de emociones, de cosas que están guardadas y que hay que leer entre líneas”.

Destacó, además, su papel entre los museos -en este caso, el MAO- y estos nóveles artistas. “Esta exposición no es mía, el profesor José Luis no hizo nada. Lo que hice fue estar de intermediario para que se diera la muestra. Los protagonistas son los jóvenes y lo que se busca es impulsarlos en su expresión. No tengo ningún interés particular, lo que hice fue guiarlos y siento que esto se hizo para caminar y avanzar un peldaño en su crecimiento”.

Acerca del nombre de la exposición indicó que fue el equipo del MAO, junto al del Museo Nacional de Arte Popular -que prestó sus espacios para que las y los estudiantes realizaran su trabajo artístico-, los encargados de asignarlo.

“Ellos abordaron la investigación de nuestra exposición en vista de que yo estaba bastante ocupado en la organización de los representantes y los estudiantes. Se encargaron totalmente de eso: tanto del nombre como del texto, como de la investigación que ellos le imprimieron a nuestra muestra”, señaló.

Profesor José Luis Medina, durante el inicio del evento.

Creatividad, espontaneidad y semiótica

-¿Cuáles criterios se utilizaron para la selección de las obras?

-De eso se encargó el equipo del Museo Alejandro Otero. Yo no participé en ese proceso, sin embargo sí lo hice en la selección de las más de doscientas obras que enviamos para que ellos pudieran escoger. Los criterios que yo utilicé fueron la espontaneidad, la confianza en el trazado, la expresión libre, la reflexión, la investigación. Es importante el uso de los elementos de presión en forma coherente, el conocimiento de la semiótica para darle la lectura visual de la propuesta artística de cada joven. Son ejercicios que desarrollamos en nuestro nivel exploratorio y analítico y todo esos criterios están intrínsecos allí, en todo lo relacionado con la fuerza en el trazado. También me interesa muchísimo con ellos lo que es la espontaneidad para la expresión libre de su ser, lo que tienen desde adentro y que ellos quieren plasmar y que de forma reflexiva con todos aquellos referentes que están vinculados con sus obras.

-¿Quiénes participan en esta exposición?

-En esta exposición participan jóvenes que, acompañados por sus padres y madres, se permitieron hacer uso de sus vacaciones para fortalecer sus talentos y no quedarse en el nivel exploratorio sino ir a un nivel más alto en el análisis reflexivo e investigativo en la expresión visual. Incluso hay jóvenes que están participando porque quieren fortalecer sus habilidades blandas y lo que tiene que ver con el empoderamiento, con sus actitudes con C y aptitudes con P y desde las Artes Visuales crecer en las habilidades duras.

-¿Qué importancia tiene que en un museo como el Alejandro Otero haya presencia de estos participantes?

-Es un honor. Es importante que los museos de Venezuela, en este caso el Alejandro Otero, estén permitiendo que en sus espacios estén jóvenes que desean expresarse libremente. Es importante porque históricamente en mi generación eso no se dio, eso era inalcanzable y cualquiera lo puede constatar. Exponer en Caracas era algo bastante complejo y yo consideré de joven que para mí, en ese momento, era inalcanzable, porque tenía que prepararme mucho, tener un nombre y una obra reconocida para que un museo pudiera prestarme atención, y yo descarté esa idea aquí en Venezuela y decidí entregarme al desarrollo de un trabajo más dirigido hacia la vocación de la enseñanza como artista plástico y creador visual. Pude exponer en museos de otros países que sí me abrieron las puertas de sus espacios. Hoy en día es diferente y por eso tanto impulso por sacar el talento de estos muchachos y aprovechar la sinergia que existe con las galerías que tienen estos proyectos de prestarle atención y mostrar lo que ellos están haciendo hoy en día.

Potencial juvenil

Especificó la intención central del proyecto Designarte, aproximado de igual forma al potencial y talento artístico que tiene cada uno de ellos y ellas, además de la disciplina, la responsabilidad y el trabajo en equipo.

“Este movimiento de jóvenes está conscientes y tiene la convicción y la certeza de que es mediante las Artes Visuales que pueden fortalecer su expresión y todo lo relacionado con las habilidades blandas y duras y el empoderamiento en sí mismo. Esto es ejemplo para demostrar que si se puede y que puedan apoyase en esto para ser resilientes. Ellos tienen bien claro que la resiliencia es uno de los pilares fundamentales en el quehacer de nuestro proyecto, así como un montón de habilidades y potencialidades que ellos fortalecen día a día como es la comunicación efectiva, la creatividad, el autodesarrollo, la cooperación, el trabajo en equipo, la organización del tiempo y un monto de cosas más. Ellos tienen claro que lo que deben evitar es procrastinar, ellos deben empoderarse administrando y gestionando muy bien las emociones, su tiempo, sus habilidades y talentos, y es importante que un museo muestre eso. Yo no me considero un artista plástico a pesar de que tengo un título profesional que dice eso: considero que hoy en día los artistas plásticos son comunicadores visuales, nuestros jóvenes son conscientes de eso y nos están comunicando sus necesidades a través de lo visual. Si prestamos atención a sus trabajos hay muchos en los que hay miradas que tiene fuerza, peso, que hablan de emociones, de cosas que están guardadas y que hay que leer entre líneas. Por eso considero que es importante para un museo que 73 jóvenes, junto a todo lo que implica el trabajo que hay detrás de todo esto, puedan llenar con pasión, disciplina, responsabilidad, respeto, amor, con ese conocimiento espontáneo de la experiencia en el goce estético y no solo desde la mirada del joven comunicador, visualmente hablando, sino desde la experiencia del joven espectador, de su padre y madre que lo acompañan totalmente en ese proceso. Estos muchachos son la muestra del potencial que tiene la juventud del país y es neurálgico que podamos seguir apoyando este tipo de acciones que viene de parte de ellos”.   

-¿Usted cómo se siente de ser vanguardista en esta realidad?

-Yo vengo a ser un servidor más. Solo estoy tratando de orientar, como pedagogo, un proceso de formación, solo soy un guía al que Dios permitió, a través del tiempo, tener ciertas habilidades respecto a la pedagogía y las Artes Visuales, y lo que hice fue tomar en consideración estas dos cosas. Quiero darles a ellos lo que a mí me dieron mis profesores y maestros de la Plástica como Roberto González, Félix Perdomo, Carlos Mendoza, Corina Briceño, Zacarías García, entre otros. A mis profesores de Dibujo, entre los que nombro a Joel Nacache, Abilio Padrón. Le debo mucho a mis casas de estudio, me formé en la Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas, en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón, la Escuela de Bellas Artes de Madrid, la Universidad de San Francisco en Quito, Ecuador.

Recalcó la importancia de sentirse “como un servidor más, como un intermediario para que estos muchachos tomen un impulso y tengan una guía sincera que no persigue ningún interés particular, que lo que está procurando es dejar huella en ellos y todo para servirles. Dios me permitió tener esta oportunidad de disponer de mis talentos, no para mí, sino para dárselos a otros y en este caso son los muchachos y lo hago con mucho amor, sinceridad, con mucho de lo que hay dentro de mí que es esa pasión por las Artes Visuales y por la educación en todo lo que es mi ser. Si me preguntas cómo me siento, me siento comprometido y me siento directamente responsable de que la formación es necesaria para el impacto de cambio positivo y benéfico en una nación, la formación cónsona con el bien común, con valores éticos y morales de un país. Por eso nuestro Libertador Simón Bolívar decía ‘moral y luces son nuestras primeras necesidades’. Para mí es una necesidad imperante, una prioridad la formación y como en este caso Dios me dio talento en las Artes Visuales y la pedagogía, hago uso de eso para entrar en sintonía y poder darles lo poquito que humildemente he podido darles cada día con mayor exigencia, disciplina, respeto, responsabilidad compromiso y sentido de pertenencia”.       

-¿Quiénes lo apoyaron para que esto fuera realidad?

-En primer lugar el apoyo de Dios, él es quien dirige este proyecto. Aquí no hay primer lugar, segundo lugar, todos están en el mismo nivel, pero primero Dios por sobre todas las cosas. Los estudiantes son excepcionales respecto al apoyo, sus padres, su madres, familiares, amigos que los apoyaron, que estuvieron trabajando duro para que continuaran y dieran todo por el todo para que llegaran a la meta, a esta meta que nos trazamos para el día de la inauguración de la exposición en el Museo Alejandro Otero. Hay que mencionar, obviamente, el apoyo de mis compañeros de trabajo, que son profesionales en las Artes Visuales y que siempre me acompañaron en este proceso: el profesor Miguel Ángel Baloa, Pedro Hernández, evidentemente forman parte del equipo, de este colectivo que, como profesionales de las Artes Visuales hacemos varias actividades que repercuten no solo en la formación de nuestros jóvenes, sino que también repercuten en todas las acciones que tomamos como artistas plásticos o como comunicadores visuales. Hay que mencionar también a los profesores Yasmina Lizardo, David Viera y Loly Castillo. En realidad yo me sumé a ellos, porque ya ellos venían trabajando, haciendo una revolución para reimpulsar a los jóvenes que tienen esa sensibilidad para el desarrollo de las Artes Visuales y procurando hacer este tipo de actividades para que haya repercusión en lo social y en lo cultural en nuestra ciudad. También nos apoyaron los museos, en este caso el Alejandro Otero y su gente. Fue un gran apoyo, personas muy sensibles y que para mí son excepcionales. Muy agradecidos con ellos y con el Museo Nacional de Arte Popular y su equipo porque nos permitieron desenvolvernos y desarrollarnos en el día a día y concretar esta muestra en el Museo Alejandro Otero. El apoyo incondicional de mi esposa y mi hija para mi es clave. Si ellas no me apoyaran no pudiera tener tanta tranquilidad para actuar con los jóvenes. Las personas que nos surtieron el material, los cristales, las maderas, el papel, el cartón, la cartulina, las tintas, las personas que nos hicieron el transporte. Este no es el trabajo de una sola persona, sino de todos, tanto madres como padres, familiares y amigos de los jóvenes. Los propios jóvenes son realmente los que mueven este proyecto. Yo solo soy un servidor más y quien dirige es Dios. Puede sonar a una locura pero es algo real y puedo dar fe de que es así, con todos los frutos que se han podido obtener día a día.

Jugando con las artes

Designarte es un proyecto concebido por Medina en enero de 2019, con la finalidad de “acercar a los jóvenes a una formación estético-lúdica desde las artes plásticas y que  permite adentrarnos en una lectura del entorno contextualizado en ‘el hoy’, en la expresión de sus ideas y el pleno desarrollo de la personalidad ante cualquier acontecimiento en el que le permita favorecer y hacer posible el acceso sensible a la aproximación, apreciación y valoración de las manifestaciones artísticas que fluyen en torno a la expresión plástica, conlleva compromisos intelectuales, emocionales, éticos, económicos, sociales, históricos y culturales en lo más profundo de nuestro ser”.

Expresó que en dicho plan de estudios “ofrecemos una formación completa de las habilidades de configuración inventiva que sigue un proceso, descubriendo un lenguaje plástico que se centra en la forma y su posibilidad espacial, conceptualizando con sensibilidad y representando en forma descriptiva la figura humana, mundo objetual, animal y natural e incluso las posibilidades imaginarias infinitas totalmente abstractas; ante la práctica experimental y analítica con distintas concepciones creativas que sensibilizan y educan la visión en cuanto a las dimensiones, organización del espacio y relaciones formales de estructura. Llegando al lenguaje plástico que posibilita la habilidad de configuración inventiva”.

Explicó que la idea de llamar al proyecto Designarte surgió de una expresión artística como lo es el dibujo, debido a que este, a su juicio, “designa, señala y consigue mostrar una forma que suele corresponderse con un concepto de objeto real o imaginario, constituye junto a la escritura la más noble expresión artística del ser humano”.

Talento, experiencia y vocación

José Luis Medina es artista plástico y comunicador visual, como él mismo prefiere identificarse, profesor de la Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas, casa de estudios de la que egresó con 15 años de edad, para inmediatamente ingresar al Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón, donde obtuvo el título de licenciado en Artes Plásticas con mención en Artes Gráficas. Paralelamente estudió a nivel técnico Artes Industriales.

Gracias a su talento artístico logró una beca como estudiante de intercambio para viajar a Madrid, España, y formarse en la Escuela de Bellas Artes. “Fue una selección que se hizo a nivel nacional, participé y gané”, relató.

De regreso al país ingresa al Pedagógico de Caracas, del que egresa como licenciado en Educación en el área de Educación Técnica, mención Mecánica Industrial, “porque consideré que me hacía falta tener el conocimiento de la ingeniería para completar mi propuesta artística”.

En su curriculum se incluye un posgrado en Educación Técnica, así como estudios en Administración de Empresa, en la Universidad de San Francisco de Quito, Ecuador, en el que pudo desarrollar un trabajo de grado sobre “el impacto de las Artes Visuales en el aspecto político, social, económico y cultural”. También se especializó en Finanzas.

Afirmó Medina que todo lo que ha realizado ha sido “siempre dependiendo de Dios constantemente, poniendo todo en sus manos y es él quien dirige mis pasos. Todo es para su gloria, no la mía, todo en él y para él. Puede sonar a religión pero no es religión. Hay una relación bien particular y bien amorosa entre la figura de Dios y mi persona. Yo tengo mucha fe que es así y lo defiendo sin vergüenza y con mucha convicción”.

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