Luis Zárraga

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«Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor». Con estas palabras retransmitidas por Radio Magallanes, Salvador Allende se dirigía por última vez al pueblo chileno, desde el palacio de La Moneda, en Santiago. Era el 11 de septiembre de 1973, día en que una irrupción golpista puso fin al gobierno popular y a la propia vida del presidente.

Han pasado 47 años desde esa trágica fecha en que el dictador Augusto Pinochet acababa con el sueño de la vía democrática hacia el socialismo en América Latina y en Chile se iniciaba una feroz persecución con muertes y torturas de todos los revolucionarios de ese país. Hoy de nuevo comienza el transitar hacia la democracia socialista con los resultados electorales, donde se han elegido los hombres y las mujeres que conformarán una nueva Constitución para que el pueblo tenga la palabra otra vez.

Por nuestra mente pasan los recuerdos de aquellos días cuando en Venezuela llorábamos en las calles caraqueñas el clamor de justicia en Chile. Los recuerdos van y vienen. A lo lejos, y a veces muy cerca, escuchamos la voz de Víctor Jara, ese cantautor del pueblo torturado y asesinado en el estadio de Santiago. Nos llega su voz con el canto a desalambrar, pidiendo justicia, y ahora comienza a hacerse justicia.

En octubre de 2019 los jóvenes iniciaban una serie de protestas por el aumento desmedido en el precio del pasaje en Santiago y que luego se fue convirtiendo en una revuelta popular que ha durado hasta nuestros días, a pesar de la represión de las fuerzas militares con los desmanes de los carabineros y, que con la elección del domingo, dan luces para pensar que vienen nuevos tiempos para el sufrido pueblo chileno.

Ahora, a pesar de las demoras que intentaron imponer en el proceso, el pueblo se ha expresado y con su voto ha hablado, donde factores de la izquierda e independientes han logrado que la derecha reconozca la derrota y dejen entrever que no están logrando una adecuada lectura de las mayorías.

El mismo presidente Sebastián Piñera puso sus barbas en remojo cuando se dirigió a la nación junto a su gabinete para musitar con sus carómetros que han perdido el respaldo popular que en algún momento osaron disfrutar.

La candidata del Partido Comunista, Irací Hassler, dio una de las principales sorpresas al llevarse el lauro. Ella dijo «esperamos que lo que pasa hoy en Santiago sea la antesala de lo que viene también en nuestro país, donde nunca más la derecha va a gobernar en contra de nuestros vecinos».

«Hoy día tenemos una oportunidad histórica, en este momento que es tan relevante, vamos a tener una nueva Constitución y vamos a tener también una transformación desde los barrios de la comuna de Santiago para conquistar nuestra dignidad y un buen vivir en este momento histórico de transformaciones». “Esperamos que lo que pasa hoy en Santiago sea la antesala de lo que viene también en nuestro país, donde nunca más la derecha va a gobernar contra nuestras vecinas y vecinos”.

Son campanas repicando y que comienzan a resonar en los oídos de los derrotados. En hora buena se comienzan a abrir las anchas alamedas en Chile, con un pueblo que forma parte del despertar del continente.

Es la voz de Allende que revive ahora buscando una sociedad mejor para todas y todos con las voces libres de nuestros pueblos.

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