Néstor Rivero Pérez

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El 19 de enero de 1865, murió en la población de Passy, Alta Saboya francesa, el revolucionario Joseph-Pierre Proudhon, hombre de acción y pluma, cuya obra todavía da qué hablar por los polémicos planteamientos doctrinarios donde se entremezclan nociones socialistas con elementos liberales provenientes de la ilustración y la Revolución Francesa.

 

El personaje

Uno de sus biógrafos, Edouard Droz escribe que el padre de Proudhon, fabricante artesanal de cerveza, acostumbraba a colocar por encima del costo de producción, un monto extra que equivalía al tiempo de trabajo para producir la bebida. Cobrar por encima de este criterio, le llevaba a pensar que “robaba al comprador”. Se trata por tanto de una postura -la referida al “precio justo”-, originada en la ética familiar, y que ya adulto, Proudhon escritor, asumirá como postulado político. En su natal Besanzón -la región del Franco Condado del país galo-, ya desde la Edad Media, el campesinado y artesanos desarrollaban de modo sencillo “fórmulas cooperativas, mediante la constitución de fruterías”. Y ello dejaría su huella en el pensamiento económico y de organización social de esta mente acuciosa.

 

Doctrina federalista

Proudhom, contrario al ejercicio centralizado del poder político, concebía un tipo de sociedad federal, de acuerdo a la cual habría de armonizarse autoridad con libertad. Dicho modelo “le parece el más conveniente ‘para hacer frente a la centralización política del Estado y al monopolio económico, al tiempo que es capaz de mantener la unidad dentro de la diversidad’ (…) alternativa viable al creciente centralismo estatal y corporativo contemporáneo” (http://www.scielo.org.mx).

La propiedad es un robo”

De otra parte, en tiempos en que comenzaba a elaborarse en Europa, una alternativa política frente a la sociedad edificada en Europa a partir de la Revolución Industrial y el régimen de producción capitalista, las cabezas más audaces de la quinta década del siglo XIX, proponían ideas, unas descabelladas, y en otros casos extremadamente moderadas, procurando ofrecer una propuesta socialista que atrajese al proletariado industrial y demás clases desposeídas.

Así, ocho años antes de que Marx y Engels publicasen El manifiesto comunista -de tanta influencia en el pensamiento político mundial en el último siglo y medio-, Proudhon da a conocer su obra ¿Qué es la propiedad?”, donde estampa una expresión muy repetida en diversos ámbitos grupales: “La propiedad es un robo”. Y esta obra mereció grandes elogios del propio Marx, quien cultivó amistad con el revolucionario francés. Una idea de perfil claramente socialista de esta obra es la idea de poner “los medios de producción en manos de los trabajadores”.

Marx y los prodhonianos

La visión que tenía Proudhon del Estado, era completamente contrapuesta a la del padre del socialismo científico. Marx planteaba, no la desaparición inmediata del Estado como exponían los anarquistas, sino su abolición gradual “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista, dice este en Crítica al programa de Gotha media el período de la transformación de la una en la otra. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”. Ya desaparecido Proudhon, el autor de El capital prosigue su crítica a los seguidores de aquel, quienes gozaban de influencia en el seno de los trabajadores franceses. Marx objetaba la carencia de rigor científico en el análisis económico de los proudhonianos, quienes desconocían la relación entre mercancía y dinero, capital, crédito y producción de intereses entre otros aspectos; y dificultaban -de acuerdo a Marx- la organización de los trabajadores.

No obstante Marx reconoce méritos en el libro ¿Qué es la propiedad?, así como el coraje de Proudhon al enfrentar a Napoleón II, tras el golpe de Estado que este dio en la Francia de 1852.

Sinóptico

1798

Augusto Comte

Este día nació en Montpellier, Francia, Augusto Comte, padre de la filosofía positivista y la moderna sociología. Así, la evolución, el hecho empírico y el sentido fáctico de la razón, son bases de su pensamiento. El pensamiento comtiano, del cual se deriva la tesis según la cual la sociedad y la historia avanzan de modo indetenible dentro del camino del progreso, y que este se favorece ajustando las actuaciones personales y colectivas al “orden”, obtuvo gran acogida en las élites de letrados, dirigencia política y gobernantes desde mediados del siglo XIX. En distintos países latinoamericanos se consagró el lema el “Orden y progreso”. En Venezuela se recuerda que en la larga tiranía de Juan Vicente Gómez (1908-1935), bajo influjo de los letrados del régimen, se acuñó la expresión oficial “Orden, paz y trabajo”. Mérito indiscutible de Comte y el positivismo es el hallazgo de la “ley de hechos”, a la que Carlos Marx integró en su método de comprensión holística de la historia.  No obstante, Marx no concibe el “hecho empírico” como fin último de la ciencia, sino el cambio y la revolución.

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