Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 5 de noviembre de 1801 nació en Caracas Antonio Leocadio Guzmán, cuya figura está inmersa en el torrente de la controversia política del siglo XIX venezolano, y quien enfrentó en la prensa y la tribuna a la oligarquía conservadora y a su jefe José Antonio Páez, cuando este disfrutaba de su mayor preponderancia caudillista. Guzmán fue el redactor de El Venezolano, órgano impreso del Partido Liberal.

Su liberalismo

El término liberal se impuso en la Venezuela del siglo XIX como sinónimo de reforma social, democracia, tolerancia y laicidad de la educación, así como protección de los intereses del país y de sus productores primarios, frente a las tesis librecambistas del Partido Conservador, proclive a los prestamistas y casas comerciales extranjeras. A diferencia del liberalismo económico y manchesteriano propugnado en Venezuela por Santos Michelena y la élite de comerciantes e importadores, Guzmán y las sociedades liberales reclamaban un Estado cuyos tribunales, legisladores y guardianes, diesen protección al débil jurídico en los contratos de préstamo e hipotecas. He allí el quid de la querella entre conservadores y liberales de la Venezuela Agraria del siglo XIX.

 

Sombras y luces

No obstante hubo las sombras en el paso del personaje por la historia venezolana, como su drástico abandono a la defensa del Libertador, quien entre 1828 y 1829 confiaba, desde Bogotá, en la pluma del joven libelista. En 1830 Guzmán, al asumir como secretario del Interior de Venezuela, permitió una feroz campaña de desconocimiento de Bolívar, cuya memoria fue proscrita hasta que en 1842 comenzó su paulatina reivindicación. De otra parte, Guzmán fue mentor de Ezequiel Zamora. Y tal fue la imagen que se labró entre godos y extranjeros, que un cónsul de Gran Bretaña en Venezuela, Federico Adlercrutz, le tildó en sus despachos de “conspirador comunista”. En 1847 los odios conservadores imputaban al viejo Guzmán la responsabilidad por el ambiente de crisis social y preinsurrecciones cuyas causas profundas radicaban en el desplome de la exportación y precios del café, que llevaron a la quiebra a numerosos hacendados.

Del cadalso a la vicepresidencia

En todo caso, alguien tan exigente con sus allegados, como fue el general del Pueblo Soberano, Ezequiel Zamora, manifestó en todo tiempo estima por “don Antonio”, como al parecer le nombraba, para diferenciarle del joven Antonio Guzmán Blanco, el hijo. Muy caro pagó Antonio Leocadio Guzmán sus campañas de prensa y ruptura doctrinaria con el Partido Conservador: En 1846, al asomarse su nombre como candidato presidencial del liberalismo, se inició en su contra una persecución que le condenó a la pena de muerte, de la cual le salvó el nuevo presidente José Tadeo Monagas, quien buscando apoyo en el Partido Liberal para enfrentar al paecismo, le conmutó la pena en 1847, encumbrándole a poco al puesto de vicepresidente de la República.

 

Legado

Lo controvertido de actuaciones de Antonio Leocadio en distintos períodos de su vida, han hecho que su nombre se mantenga en el estrado del debate respecto al modo de postular una doctrina. Y no cabe duda que tras haber sido el amanuense y publicista del Libertador entre 1825 y 1828, al apoyar Guzmán en 1830 al círculo paecista, defenestrará al Libertador, cuando ALG ejercía como secretario del Interior y Justicia del naciente Estado venezolano, marcando un punto de felonía del cual resulta difícil exculparle. No obstante, en su desagravio indíquese que el gran legado de este doctrinario liberal fue haber dado curso como periodista y organizador, a las corrientes antioligárquicas y anticonservadoras, que definieron un salto cualitativo en los modos de hacer oposición en Venezuela a partir de las ideas y el ejercicio de la discrepancia y la opinión libremente expuesta.

Sinóptico

1826

Arístides Rojas

Este día nació en Caracas Arístides Rojas Espaillat, médico, y pionero en distintos campos científicos del país, así como autor de una obra histórica que permite a las nuevas generaciones conocer personajes y episodios significativos del pasado nacional -en muchos casos tomados por él de los propios protagonistas-, así como datos en torno a exploraciones espeleológicas, como la primera de Alejandro de Humboldt en 1799 a la Cueva del Guácharo. Rojas, hijo de los dominicanos José María Rojas Ramos y María Espaillat -quienes llegaron a Venezuela en 1822-, hereda en 1855 el establecimiento comercial “Almacén Rojas Hermanos”, librería y centro de tertulia frecuentada en su primera época por Juan Manuel Cagigal, José María Vargas y Antonio Leocadio Guzmán, entre otros. Este acucioso investigador publicó “centenares de artículos científicos, de costumbres, geología, sismología, estadística e historia, y diversos libros, entre los cuales destacan Leyendas Históricas de Venezuela y Orígenes Venezolanos” [Fuente: Yuleida Artigas].

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!