Néstor Rivero Pérez

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El 11 de diciembre de 1819, procedente de Nueva Granada y luego de la triunfal campaña de Boyacá, el Libertador Simón Bolívar llegó a Angostura. Diez meses antes se había marchado a los llanos apureños, para de allí tomar, en junio, rumbo al territorio neogranadino, donde comandaría la Campaña Libertadora de Boyacá, cuya jornada decisiva en este último sitio se dio el 7 de agosto de aquel año.

Sigilo

Por el razonable temor a que cualquier información que circulase antes de tiempo alertase a Pablo Morillo y frustrase su proyecto al inducir a este a desplazarse con sus tropas del otro lado de la cordillera, Bolívar evitó dar a conocer sus planes a muchos de sus oficiales en Angostura. De allí que el silencio de unos dos meses mantenido por el Libertador durante su cruce por los llanos en temporada lluviosa y el paso de los Andes -y que concluyó a principios de julio de 1819-, despertó ambiciones de quienes ponían en duda la posibilidad de libertar a Nueva Granada, creándose un ambiente hostil contra las autoridades que en Guayana representaban las instituciones creadas por Bolívar.

Tramas

En julio de 1819 Juan Bautista Arismendi se encontraba bajo confinamiento en Angostura, sometido a investigación por incumplimiento de órdenes. Sus amigos comenzaron a propalar temores infundados acerca de que el vicepresidente Francisco A. Zea era débil y que se requería un militar al frente del gobierno para enfrentar el peligro de una ofensiva de fuerzas realistas, las cuales supuestamente ya “marchaban sobre” (O’Leary, Tomo 28, pág 12), y en ausencia de Bolívar hubo mucho incauto que dudó de la fortaleza de las noveles instituciones.

Arismendi

En todo caso, el círculo de Arismendi obligó a la renuncia de Zea, en virtual golpe de Estado parlamentario. Arismendi tomó medidas que, al decir de O’Leary, de haber sido real el peligro de ataque realista, resultaban las pertinentes. Asimismo declaró como “propiedad del gobierno los cueros de ganado vacuno que se beneficiasen en el territorio de la República”. También dispuso en favor de la República la venta del tabaco y licores.

Bolívar regresa

El Libertador entró en Angostura el 11 de diciembre de 1819, cuando muchos le creían aún en la recién liberada Nueva Granada. De este modo, cuando arribó el 11 de diciembre en una canoa a esta capital, sorprendió a propios y extraños. Y desde el primer momento de su llegada, quedó desbaratada cualquier trama de desconocimiento de las legítimas autoridades; aunque él sabiamente no procedió con retaliaciones. Al contrario de lo que pudiere suponerse, Bolívar designó al general Arismendi como jefe militar de Oriente, y aprovechó para nombrar a Mariano Montilla -quien acababa de llegar a Margarita procedente de México-, jefe de Estado Mayor en Margarita.

Balance histórico

El retorno del Libertador tras la fulgurante campaña de Boyacá y sus resultas en la liberación de Nueva Granada, en mucho recuerda -con algunas disimilitudes-  el regreso del general José de San Martín a su patria, las Provincias Unidas del Río de la Plata y a la capital Buenos Aires, cuando tras varios años de hacer  la guerra a los españoles en Chile y Perú, dio la independencia a la nación austral y aseguró como Protector de Perú, la liberación de la franja costera y norte de este último país. Y no obstante que hubo voces que quisieron llevarlo a juicio por “desobediencia” a las órdenes de 1820 en cuanto a que detuviese su marcha a la tierra incaica y entregase el mando del Ejército de los Andes, resolviendo el hijo de Yapeyú proseguir con las auspiciosas ejecutorias que la historia le reconoce.

Sinóptico

1981

Último match de Muhamed Alí

Este día intervino por última vez en combate sobre el ring, Muhamed Alí, quien ya había alcanzado la suprema gloria boxística, al haberse coronado en tres oportunidades como campeón del peso pesado. Con singular versatilidad en sus piernas que le permitía “bailar” sobre el ring alrededor de sus adversarios y dotes histriónicas, Alí se hizo de un inmenso séquito de admiradores. Y en las ocasiones en que predijo a su adversario “Te voy a noquear en el segundo round”, casi siempre cumplió; lo que le convertiría en ídolo incuestionable.

Sin embargo, una decisión que le costó el campeonato mundial y la amenaza de ser arrestado, fue su negación ya como creyente del Islam, a enrolarse en nombre de EE. UU., como soldado para combatir en Viet Nam. Su postura fue un detonante de opinión pública. “¿Por qué me piden que me ponga un uniforme y vaya a 10.000 kilómetros de casa para lanzar bombas y disparar a gente en Vietnam, mientras que los llamados ‘negros’ en EE. UU. son tratados como perros y se les niegan simples derechos humanos?» [https://actualidad.rt.com].

Un profundo humanismo y fuerte grito moral se desprende de dichas palabras, que retumban hasta hoy, en los oídos de quienes planifican guerras y comercian con armas. Alí falleció en 2016.

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