Luis Esteban Rojas

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«Parece el maná del cielo», dijo pensativa una dama al ver la cantidad de personas que diariamente se desplazaban de casa en casa para comer y llevar de la gran cantidad de mangos que cada día obsequiaban los árboles plantados en sus patios cuando correspondía al tiempo de cosecha.
Y hablamos de un tiempo cuando la crisis generada por la agresión de Estados Unidos y sus aliados, se manifestaba en toda su intensidad.
Sin embargo, la alternativa del mango cambió de un momento a otro, cuando los hermosos y olorosos frutos comenzaron a podrirse por dentro, llenos de larvas o gusanos.
Ello causó conmoción, dada la importancia que un árbol de esos, con su producto, tiene para una familia y sus vecinos.
Nadie se explicaba lo sucedido y cosechas enteras dejaban de servir para el consumo humano y sólo se aprovechaba para alimento de algunas especies animales.
La situación se hizo delicada para las políticas agropecuarias del país cuando el problema comenzó a presentarse en grandes plantaciones destinadas a la exportación, de las cuales hay algunas en las sabanas del estado Guárico, tal cual fuera explicado por el ingeniero de producción de alimentos Jean Carlos Bonavista, responsable de la oficina del Insai en el Municipio San José de Guaribe.
Las investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Sanidad Agrícola Integral determinaron que la causante del daño es conocida como La mosca de la fruta, especie que no se conocía en nuestro país hasta hace poco tiempo y que ataca al mango desde su formación.
Ello, según indicó, ha motivado acciones como la realizada recientemente en el municipio Mellado y otros sitios de Guárico.
Y la solución es sencilla: colocar en cada planta, a metro y medio de altura, una trampa conformada con un recipiente de plástico en el cual se vacía dos tasas de vinagre, dos o tres cucharadas de azúcar y algo de colorante para atraer al insecto.
Eso se revisa diariamente para limpiar el envase o cambiar el líquido.
Algo realmente sencillo, pero desconocido para nuestra población, la cual podrá ahora cuidar la cosecha de mango en su planta casera.
Don Luis Mariano Rivera preguntó: ¿qué te gustaría comer entre el mango y la manzana? El mismo se respondió: amigo mío, el mango me da más gana.

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