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Néstor Rivero Pérez

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Buen administrador de los fondos públicos, tal es uno de los datos que podrían destacarse en la gestión personal y pública del recientemente desaparecido profesor Aristóbulo Istúriz Almeida, a quien conocimos en los lejanos días de nuestra militancia gremial y magisterial en el Sindicato Unitario del Magisterio y la FVM creada por Luis Beltrán Prieto Figueroa.

Sin embargo, la pulcritud le distinguió en el manejo de los dineros que administró, sea como vicepresidente de la Asamblea Constituyente de 1999, como diputado, gobernador de Anzoátegui, vicepresidente ejecutivo de la República, bien como alcalde de Caracas en los años noventa, o varias veces como ministro del gabinete ejecutivo en las décadas Chávez-Maduro. Nunca le tentó el dolo: la textura hogareña de su progenitora doña Carmen, maestra de Curiepe y Catia, penetró en un carácter que supo formarse con jovialidad y sencillez para tejer en torno a su nombre extenso arco de aprecio y consideración, incluso por adversarios políticos en momentos de verdadero encono de contingencias públicas en el país.

Y otro rasgo que merece ser anotado en esta nota es la responsabilidad y empeño que el reconocido líder de los educadores venezolanos denotaba cada vez que debía atender un caso laboral: hasta no dejar resuelto o con opciones definidas para el afiliado denunciante de la circunstancia de maltrato, retención de salario o desmejoramiento impropio, el líder que fue Aristóbulo Istúriz no abandonaba la encomienda. Y las soluciones aparecían del mejor modo por cuanto el desaparecido extitular de la esquina de Salas se distinguía por una vocación a dialogar y buscar caminos sin extralimitar la petición y sin deponer la justeza. Y tales signos los llevó consigo a los distintos escenarios en que se desempeñó como dirigente político y como funcionario de Estado. A sus amigos, allegados y referenciales ha sorprendido la ingrata novedad de su deceso cuando aún quedaba trecho en el espíritu de combatividad justiciera de este auténtico protector del pueblo.

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