Néstor Rivero Pérez

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El 15 de abril de 1938 falleció en París el poeta César Vallejo, autor de Los heraldos negros, Trilce, Poemas humanos y España aparta de mí este cáliz, entre otras de sus obras más reconocidas. Vallejo nació en Santiago del Chuco, localidad ubicada a más de 3 mil metros de altitud, al norte de la cordillera peruana.

Heraldos negros

Con la publicación de Los heraldos negros en 1918, Vallejo dejó fluir el sorprendente caudal de innovación donde si bien los cánones del modernismo imponen su signo exterior, ya deja ver un lirismo para el cual la condición humana empieza a formularse interrogantes de un tiempo poético distinto. Y aun cuando no da las respuestas, Vallejo con Los heraldos… abre rutas que le llevarán, con sus siguientes libros, a respuestas históricas para el drama existencial. Así, cuando el vate dice “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! / Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, / la resaca de todo lo sufrido / se empozara en el alma… ¡Yo no sé!”, muestra la piedra del tropiezo y el fracaso sobre la cual se levanta cada quien desde sus propios abismos, para afirmar con el “no saber”, la necesidad de traspasar el límite de aquello que conoce.

 

Del modernismo a Trilce

Si en Los heraldos negros se deja ver el sentimiento triste, ya en Trilce (1922) Vallejo se acerca al hombre como sujeto histórico del mundo y de un país, al incorporar el guano y la península en su llamado a los otros: “Un poco más de consideración / en cuanto será tarde, temprano, / y se aquilatará mejor / el guano, la simple calabrina tesórea / que brinda sin querer, / en el insular corazón, / salobre alcatraz, a cada hialóidea / grupada. / Y la península párase / por la espalda, abozaleada, impertérrita / en la línea mortal del equilibrio”.

En Trilce Vallejo se inscribe en los iniciadores del verso libre, relacionando lo humano con lo regional, lo indígena y lo americano. Y la disposición a experimentar en la composición, el tema y la métrica, fue en Vallejo, no la consecuencia, sino “la impulsora del movimiento de vanguardia” en tanto proyecto estético de la palabra en este lado del continente.

Ya el título, Trilce, es palabra inventada que al parecer se origine en “tres partes”; recrea la sintaxis y ejercita “técnicas propias del dadaísmo y el suprarrealismo”, adelantándose, con Trilce, al Altasor de chileno Vicente Huidobro.

Palabras en rebelión

La desesperación metafísica… aparece en la poética vallejiana “íntimamente unida a la angustia que nace de las condiciones económicas y políticas que le rodean” (Cathy L. Jrade / http://cvc.cervantes.es). Y será esa angustia histórica, con su fino intimismo, limo sobre el cual brote como alas desmesuradas el prodigio del verbo del vate, quien se eleva sobre el resto de sus colegas, quienes en la tercera década del siglo XX descubrirán de la mano del autor de Versos del alma, el arte de la metáfora y la métrica en su paso del modernismo al vanguardismo.

El abanderado de este grito vanguardista que dota la palabra de contenido social y de rebeldía, será César Vallejo, líder de la rebelión contra el cerco sentimental y la imposición de pompa y sonoridad y como leyes cimeras del poema.

Poesía y marxismo

A sus 25 años, confrontado con “la mediocridad local”, Vallejo se marcha a Europa para no regresar más a Perú. Sensibilizado con los temas sociales y políticos, el poeta realizará dos viajes a la URSS y conoce distintas capitales europeas.

A partir de 1931, radicado en el Madrid de la España republicana, entabla amistad con Gerardo Diego, Federico García Lorca y Rafael Alberti, entre otros.

En 1936, estalla la Guerra Civil en la Península y con Pablo Neruda y otros crea el “Comité Iberoamericano para la Defensa de la República”.

En Telúrica y Magnética honra la portentosa mole de los Andes peruanos :“Mecánica sincera y peruanísima / la del Cerro Colorado / Suelo telúrico y práctico / Sierra de mi Perú… ¡y Perú al pie del orbe! ¡Yo me adhiero!”

 

Sinóptico

1865

Lincoln y la abolición de la esclavitud en EE. UU.

Este día murió Abraham Lincoln, presidente de EE. UU. y quien poco antes había sido reelecto para un segundo mandato.

El día anterior, el 14, Lincoln, sentado en la butaca de una sala de teatro en Washington DC,  resultó abaleado mortalmente por el actor y fanático sudista John Wilkes Both.

Tres años antes, en 1862, Lincoln publicó la Proclamación Preliminar de la Emancipación, informando acerca de su voluntad de dictar una orden presidencial de acuerdo a la cual “todas las personas sometidas como esclavas en cualquier Estado o porción designada de un Estado cuya población se haya declarado en rebeldía contra Estados Unidos, quedarán libres entonces, a partir de entonces y para siempre”. Así, al llegar el 1° de enero del nuevo año, 1863, proclamó de modo solemne que, todos los esclavos “a partir de ahora serán libres; y que el gobierno ejecutivo de Estados Unidos, con inclusión de las autoridades militares y navales… preservarán la libertad de dichas personas”.

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