Alcides Castillo

La paz se debe defender ante quienes alimentan el odio y la violencia. Nuestro pueblo rechaza a quienes desde las sombras y abiertamente, llaman a enfrentamiento entre hermanos y hermanas. La frustración de perder el poder político y no contar con el respaldo popular, los lleva al extremo de convocar una guerra civil de mayor intensidad.

Son los enemigos de la paz, del progreso. Son los mismos que durante años han convocado al enfrentamiento entre compatriotas. No les importa quiénes mueran, sean de un partido u otro; ellos siembran el odio y dan las armas y luego denuncian que el gobierno viola los derechos humanos.

Como carne de cañón utilizan jóvenes y niños, a quienes engañan al entregarles dinero y golosinas. Los terroristas no tienen piedad, cierran calles y avenidas para impedir hasta el traslado de hombres, mujeres y niños a centros hospitalarios, lo que trajo como consecuencia el deceso de pacientes con infartos o heridos de bala. A los violentos no les importa la vida, llaman a la destrucción y a la muerte.

Impulsan golpes de Estado, guarimbas, sabotajes contra empresas como Pdvsa, Metro de Caracas, servicios públicos básicos como electricidad, agua potable y telefonía. Son los enemigos del pueblo venezolano. Son los mismos que hoy hablan de democracia y solicitan “elecciones transparentes”. ¡Cínicos!

Las redes sociales y algunos medios de comunicación tradicionales, como la radio y canales de televisión y prensa escrita, transmiten abiertamente mensajes de odio y llamados a la violencia. Pero el pueblo quiere paz y concordia.

El llamado es a la tolerancia y a rechazar el odio y la violencia.

Venezuela quiere paz. Rechaza a los terroristas.

 

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