El Partido del Trabajo de Corea a través de su logo

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El presente texto es autoría de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea, publicado gratuitamente por Diario Vea.

VEA / Embajada RPDC

En el logo del Partido del Trabajo de Corea (PTC) está grabado el pincel junto con el martillo y la hoz, lo que difiere de otros partidos comunistas que llevan en su mayoría solo el martillo y la hoz.

En la República Popular Democrática de Corea (RPDC) todo el pueblo, no solo los obreros y campesinos sino también los intelectuales, comparten el mismo destino con el Partido.

A finales del siglo pasado, cuando a raíz del derrumbe del socialismo en los países de Europa oriental circulaban rumores de que también el régimen socialista de Corea se desmoronaría pronto, nació entre los intelectuales coreanos una nueva consigna: “En la ciencia no hay frontera, pero a nosotros sí: La patria socialista”.

En los últimos años el país está sufriendo dificultades debido a las crueles e intensas ofensivas imperialistas para sancionar y estrangular la RPDC y las repentinas calamidades naturales por otro lado. Sin embargo, entre los intelectuales no se puede notar una mínima vacilación; al contrario, ellos confían sus destinos en el Partido, y unidos firmemente en su torno están consagrando todo su conocimiento e inteligencia para la construcción de una potencia socialista.

Ese fervoroso amor al país y firmeza en la disposición a defender el socialismo, se explica con el logo del PTC.

Fue el mismo eterno presidente Kim Il Sung, fundador de la República y del PTC, quien insistió en el símbolo del intelectual junto con los de la clase obrera y el campesinado, e insertó en persona el pincel en el emblema del partido. Sin duda ha sido la muestra de su confianza en el papel importante de los intelectuales en la revolución y que solo es posible construir victoriosamente una nueva sociedad cuando los intelectuales unan sus fuerzas con los obreros y los campesinos. Esta convicción está siendo la política invariable del PTC.

“A la confianza sigue la fidelidad y a la sospecha la traición”. Los intelectuales coreanos percibieron la confianza del Partido como más valioso que las riquezas. Y por lo tanto los intelectuales siempre compartieron el mismo aliento con el Partido a lo largo de 78 años desde su fundación y cumplieron sus deberes patrióticos en la revolución democrática antiimperialista y antifeudal, en la guerra coreana provocada por los imperialistas norteamericanos (1950-1953), y en la reconstrucción posbélica y en el proceso de transformación social con la revolución y construcción socialistas. Si la RPD de Corea ha podido alcanzar la meta secular de la industrialización en tan solo 14 años (1957-1970); esta relevante realidad no habría sido posible al margen del papel de los intelectuales.

La trayectoria de los intelectuales coreanos siempre fieles al Partido, continúa invariablemente con el liderazgo del secretario general, Kim Jong Un.

El aprecio de Kim Jong Un por los intelectuales se refleja en su denominación a ellos como “eternos acompañantes del Partido y auténticos patriotas”. Con aquel aprecio y amor les construyó repartos de modernas viviendas y centros de reposo exclusivos para los científicos. Además, presentó el lineamiento político de dar prioridad a la ciencia y dar la importancia a los talentos, depositando de tal manera gran expectativa en ellos.

Con miras a responder a esta confianza, los intelectuales coreanos están logrando éxitos portentosos en la construcción de la economía, la defensa nacional, la cultura, etc. Esta es la realidad de los intelectuales en la RPDC.

No cabe la menor duda de que el PTC, con la invencible unidad de todos los sectores que representa su singular logo con el martillo, la hoz y el pincel, siempre saldrá victorioso.

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