Néstor Rivero Pérez

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El 2 de marzo de 1810 nació en Carpineto, región del Lacio (Italia) Vincenzo Luigi Pecci, y quien habría de pasar a la historia con el nombre de León XIII, 256° papa, y bajo cuyo mandato se inició un moderado y definitivo cambio en las posturas de la Iglesia respecto a la cuestión social.

León XIII dictó la encíclica Rerum Novarum, que instaba a los católicos a involucrarse en la problemática social de su época con miras a aminorar la explotación de los obreros y a la vez contener la expansión socialista en sindicatos.

Evolución de una doctrina

Al paso de los siglos XII y XIII San Francisco de Asís ejerció una práctica cristiana opuesta a la opulencia.

La sencillez y naturalidad de sus hábitos concitaron tal interés en contemporáneos, que un grupo le acompañó a establecer la orden franciscana. Y, con apoyo de Santa Clara, las “Clarisas” o “Damas Pobres”. De hecho, el término “franciscano” perduró al paso de los siglos como sinónimo de extrema austeridad y votos de pobreza.

El hermano Francisco, obtuvo el respeto de Inocencio III, pontífice que instó a la IV Cruzada y a la persecución contra los cátaros. Sus sucesores priorizaron la subordinación de los reyes a Roma, así como la univocidad de los cánones oficiales del catolicismo respecto a toda herejía.

Empero, a tres centurias de desaparecido el autor de Cántico del Hermano Sol, la querella eclesiástica abrirá un cisma irreparable en torno al régimen del pago de simonías e Indulgencias, derivando en la reforma protestante de Martín Lutero. Así, habrá que esperar hasta las postrimerías del siglo XIX, para que León XIII coloque el centro de la agenda institucional, en el tema social y ello no obstante a iniciativas como la del teólogo francés Juan Bautista La Salle, quien entre la segunda parte del siglo XVII y primera del XVIII se esforzó por implantar un programa de educación para niños y adolescentes pobres.

Dicho ejemplo se vería replicado en la Italia del siglo XIX con las escuelas de oficios del padre Juan Bosco.

 

El romano pontífice

Antes de ser elegido papa León XIII, como cardenal había tenido una participación protagónica en la elaboración del Sillabus, texto mediante el cual la Iglesia condenaba de modo tajante aspectos que consideraba como los errores de la civilización moderna; entre otros la libertad de culto y laicización de la educación, reiterando en su párrafo final (sic) “El Romano Pontífice (no) puede y (no) debe reconciliarse y (ni) transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización” (Wikipedia).

Sin embargo, ya ocupando el solio de San Pedro y ante la presencia de corrientes socialistas y revolucionarias, y con vista a desmarcarse de las mismas, en 1898 ponderó las realidades sociales y económicas derivadas del capitalismo y la dura vida de la clase obrera, concibió la que es quizá la más célebre encíclica vaticana.

Rerum Novarum

Así, el sumo pontífice da comienzo a su texto enunciando (sic) “(…) hemos escrito sobre el gobierno de los pueblos, la libertad humana, la constitución cristiana de los Estados y otras cosas semejantes, cuanto parecía a propósito para refutar las opiniones engañosas; así y por las mismas causas, creemos deber tratar ahora la cuestión obrera” (https://obtienearchivo).

Y defensor categórico de la propiedad privada el romano pontífice invita a disputar a los socialistas la presencia católica en el movimiento de los trabajadores. Y los efectos de desigualdad de la revolución industrial con su concentración de riquezas en manos de una alta burguesía minoritaria, no podían ser soslayados por la Iglesia.

De este modo se reconoce “el derecho a un salario justo y familiar, a un horario humano y a un adecuado descanso, son reivindicaciones de la Rerum Novarum que constituyen fórmulas revolucionarias en aquellos tiempos de explotación capitalista del obrero y que después de León XIII se han ido consiguiendo” (https://revistas.javeriana.edu.co).

Así, la fundación de juventudes obreras católicas, movimientos eclesiales de base y hasta la competición abierta por el poder político mediante la organización de partidos, han sido consecuencia de la Rerum Novarum de 1898.

Sinóptico

1811

Primer Congreso de Venezuela

Este día se instaló en Caracas el primer Congreso de la República, el cual con carácter constituyente habría de proclamar cuatro meses después la Independencia absoluta de Venezuela frente a España.

Con un régimen electoral censitario -que solo posibilitaba votar a quienes demostrasen poseer bienes de fortuna-, de las diez provincias que integraban la Capitanía General de Venezuela, siete designaron a sus diputados. Dígase que el concepto de soberanía evolucionó en el país a tono con el constitucionalismo moderno.

Y si hoy luce retrógrada la definición de que la soberanía reside únicamente “en los representantes del pueblo”, tal enunciado significó por entonces un enorme salto respecto al Derecho Medieval, para el cual la soberanía recaía exclusivamente en el monarca.

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