Gobiernos e instituciones fallidos defienden dictadores
El autor es periodista y analista político.
Alcides Castillo
Los operadores políticos de los “derecho humanos” se llevaron las manos a la cabeza y lanzaron el grito: exigimos respeto por la vida de la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez. Olvidaron por completo las acciones de esta dictadora contra el pueblo y dirigentes políticos, ministros y simpatizantes del exmandatario Evo Morales.
La OEA, el Grupo de Lima, la ONG Human Rightf Watch, la Unión Europea, y otros gobiernos fallido, capitaneados por el imperio yanqui demandaron respeto por su dictadora que obtuvo “muchos méritos” en casi un año de gestión. Durante su mandato transitorio, del 12 de noviembre de 2019 al 8 de noviembre de 2020, cometió delitos de terrorismo, sedición y conspiración, hechos investigados en el proceso de golpe de Estado contra el presidente legítimo Evo Morales, y las masacres de las ciudades Sacaba (Cochabamba) y Senkata (La Paz). Pero el gobierno de Joe Biden hizo un llamado a “defender los derechos civiles interamericanos” de la dictadora que cuando triunfó el golpe de Estado apareció en el Palacio de Gobierno con una enorme Biblia y rodeada de paramilitares.
Durante el gobierno de facto se cometieron varios crímenes de lesa humanidad, como el ataque a la Defensoría del Pueblo por grupos paramilitares, y la masacre de Sacaba y Senkata. Además incendiaron viviendas como la de la hermana de Evo Morales en búsqueda de dirigentes del MAS, y ministras y ministros.
Hoy la dictadora está detenida, se le sigue juicio con el debido proceso y nadie la golpeó ni arrastraron por la calle, tampoco le raparon el pelo ni la bañaron con pintura roja.
La defensa de Jeanine Áñez solicitó su traslado a una clínica por “presentar problemas de salud”, como tensión arterial alta. Son los mismos síntomas que padecen fascistas cuando deben rendir cuentas ante la justicia.
Y quien promovió el golpe de Estado, Luis Almagro, secretario general de la desprestigiada OEA, también aboga por los derechos humanos de quien violó esos derechos de los bolivianos.
