(III) Un S.O.S. por el bulevar más popular de Caracas (Calles San Antonio – El Colegio)

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En el bulevar de Sabana Grande comercios formales también parecen desconocer mandamiento de la Ordenanza de Convivencia sobre la contaminación sónica. Fotos cortesía Fausto Torrealba / YM.

VEA / Yonaski Moreno

La creatividad que tienen los vendedores populares para instalar sus tarantines entre las calles San Antonio y El Colegio, en el bulevar de Sabana Grande, no pasa desapercibida. Cuentan con una especie de “carritos” que consisten en una lámina de alguna clase de metal que reposa sobre cuatro (4) ruedas. De esta base sostienen una especie de rejilla rectangular, también metálica y de poco más de un (1) metro, en la que exhiben diversos tipos de prendas, ya sea con ganchos o en maniquíes. Estas características permiten trasladar el tarantín, de un lado a otro, con facilidad.

También pueden verse por allí un par de carritos de supermercados, así como cajas y grandes bolsas negras en carretillas donde trasladan la mercancía. Resalta en el espacio un carrito de madera con una licuadora y gran variedad de frutas, desde el que se ofrecen “refrescantes batidos”, según anuncia a través de una enorme corneta que tiene a su lado.

Aunque el panorama es muy parecido al descrito por Diario VEA en las entregas previas entre las avenidas Las Delicias y Las Acacias, así como el segundo entre Las Acacias y El Colegio, de Un SOS por el bulevar más popular de Caracas, el bullicio va en aumento. Aquí son más de 70 comerciantes populares –hasta donde alcanzamos a contar– los que se encuentran instalados. Además, los comercios formales también aportan su granito de arena al escándalo y el desorden.

Este escenario y sus similares aparecen reflejados en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, Civismo y Justicia de Paz Comunal que, en el artículo 19 enumera los actos que obstaculizan el libre tránsito vehicular y peatonal que son sancionados, entre ellos, «Ejercer actividades económicas, deportivas, culturales, recreacionales, de disfrute o de cualquier otra índole en espacios no aptos o no permisados (…) tales como aceras, avenidas, autopistas, calles, bulevares, parques, plazas, y en general cualquier espacio público en el que representen una limitación indebida para la seguridad y el tránsito vehicular o peatonal».

Lo que se vive en este espacio se asemeja a una competencia en la que el objetivo es vender y el premio conseguir captar la atención del cliente, lo que –por supuesto– se traduce en dinero. Para ganar, algunos se valen solo de su voz, lanzando gritos por aquí y por allá, en el intento de posicionar sus mejores ofertas. “¡Tres prendas por 10!” grita una joven mostrando una camisa que tiene en sus manos. “¡Blusitas y carteras a buen precio!” dice otra a escasos metros de la primera. “¡Pantalones a 10!” apunta otro vendedor. Todos ellos exhiben carteles con el precio de sus productos sin que se haga mención a la moneda en la que están expresados. Ese detalle pasa desapercibido para los transeúntes, pues de manera silenciosa y extraoficial en esta zona –así como en el resto del bulevar– vendedores y compradores han acordado el uso del dólar como moneda de referencia.

Las ofertas también van y vienen en lo referente a comida rápida, dulces y golosinas. Cerca de estos espacios, pero también por todo el bulevar, pueden observarse los desechos. Envolturas, vasos, botellas de plástico y una que otra de vidrio. La basura puede verse acumulada en pequeños montones creados en una «disimulada» esquina o sobre las raíces de algún árbol. Los vendedores contribuyen al esparcimiento de los desechos, pero no son los únicos: los transeúntes también dejan caer de manera disimulada –y en ocasiones de forma descarada– cualquier papelito, bolsa o envase que ya no necesiten, a pesar de que la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, Civismo y Justicia de Paz Comunal señala en su artículo 29 que los actos contrarios a la limpieza de los espacios públicos serán sancionados con una multa «equivalente al pago en bolívares de treinta (30) veces el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela, o la realización de uno (1) de los trabajos comunitarios establecidos en la presente Ordenanza».

En medio del recorrido realizado por este equipo de reporteros no fue cosa extraña escuchar la corneta de alguna moto. Sucedió en par de ocasiones. De esta manera los conductores piden a los transeúntes que abran paso, sí, en medio del bulevar.

Otras motos pueden visualizarse por estos espacios. Frente al Edificio Provincial se ha instalado un pequeño estacionamiento y al lado de muchos puestos de comercio popular también se encuentran estacionados los vehículos de dos (2) ruedas.

Por el espacio también es común visualizar a los vendedores ambulantes. Tal fue el caso de una joven que con un bolso a su espalda y un megáfono en sus manos iba paseando por el bulevar anunciando la “gran rifa” de una moto. “Compra tu número. No pierdas la oportunidad”, señalaba la grabación que reproducía a través del altoparlante. Otro gritaba «café, malojillo, cigarros», y un tercero ofrecía maní salado y dulce. Uno de los más curiosos gritaba anunciando cucarachas de goma “para hacer bromas, para los niños, para espantar a la gente”.

Contienda ensordecedora

Si de competencias se trata los comercios formales también se suman a la contienda. Un «pique” musical es protagonizado por varias tiendas. Galaxy y Kadri Sport, una al lado de la otra, son las primeras en escucharse. En una suena reggaetón y la otra salsa ¡a todo volumen! Ambas tienen una serie de trabajadores en puerta quienes tienen la tarea de invitar a los clientes a entrar y descubrir sus ofertas. Deben hacerlo a voz en grito para que el llamado no sea ahogado por la música. “¡A la orden!, ¿qué buscabas?, ¿en qué puedo ayudarte?, y bienvenido” son algunas de las frases que sueltan.

Unos pasos más adelantes Celu Power también se hace notar. Además de música electrónica que suena a través de una gigante corneta colocada en la entrada de la tienda, alguien habla por un micrófono “Pase, pregunte sin compromiso. Aproveche las grandes ofertas que tenemos. Tecnología, accesorios para celulares y más”, indica.

Tanto los vendedores populares como los comercios formales parecen desconocer el mandato de la citada ordenanza, aprobada el 25 de mayo de 2023 por el Consejo Municipal Bolivariano Libertador. En el numeral dos (2) del artículo 31, la norma refiere que «perturbar la correcta convivencia ciudadana mediante gritos escandalosos o palabras soeces, que ofendan el decoro de las personas”, son considerados actos que generan contaminación sónica.

Otro acto que genera contaminación sónica reseñado en la ordenanza e ignorado por los comercios de la zona señala: «Colocar música con altos niveles de sonido en espacios residenciales, locales comerciales con abertura hacia espacios públicos, en unidades de transporte de pasajeros y pasajeras, en vehículos particulares estacionados o en circulación con ventanillas abiertas, o en cualquier otro lugar donde el efecto del sonido provoque alteración a la paz ciudadana».

Frente Celu Power también está establecido otro gran estacionamiento de motos, con no menos de seis (6) vehículos. Cuando el reloj de la Torre La Previsora marcaba las 3:40 de la tarde el equipo de Diario VEA, el miércoles 24 de abril, observó la llegada de un motorizado. El hombre descendió y emprendió marcha por pleno bulevar. Varios minutos después con bolsa en mano subió a su vehículo y se retiró. Esta acción es señalada como un «acto que obstaculiza el libre tránsito ya sea vehicular o peatonal» por la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, Civismo y Justicia de Paz Comunal, en el artículo 19, numeral cinco (5).

Sentados, observando la dinámica desarrollada por vendedores populares y formales, un joven se acercó solicitando apoyo económico. Aseguró que requería comprar algo para comer y una serie de medicamentos, pues dijo ser víctima del sida. Mientras esta escena transcurría otra persona con similar aspecto dormía plácidamente sobre uno de los bancos ubicado cerca de Farmatodo.

7 pensamientos sobre “(III) Un S.O.S. por el bulevar más popular de Caracas (Calles San Antonio – El Colegio)

    1. Eso no sucederá, porque ellos son visto como fuente de ingreso para los policías y otros entes del gobierno,que no hacen nada para que ellos cumplan las ordenanzas y leyes

    2. Me disculpan, pero ellos se comieron un cable aquí mientras que otros salieron corriendo a EEUU y otros países. Sí claro, tienen que respetar los espacios pero no maltratos ni quitarle su merca como hacen en otros países y aquí también entonces somos venezolanos

    3. Ustedes tienen la mejor forma de por lo menos ser escuchados en la denuncia, entrevisten a los responsables de mantener o de hacer cumplir las ordenanzas y emplazarlos a hacer cumplir la ley, porque de otra forma miran para otro lado! creo que a la prensa le harán caso!

  1. Es urgente evitar que el bulevar vuelva a ser el infierno de los 2000. El espacio público es para todos, no es de una minoría.

  2. Favor ese bulevar es para pasar un rato agradable caminar sentarse ..las tiendas q están ok lógico ..pero hay q limpiarlo d todo eso que está en el pleno bulevar .y la cantadera d nuevo eso nunca ha gustado. Métanse en una tasca familiar y listo.

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