(II) Un S.O.S. por el bulevar más popular de Caracas (calles Las Acacias – San Antonio)

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Para atravesar el emblemático paseo caraqueño se deben sortear innumerables tarantines, carros y motos. Fotos YM

VEA / Yonaski Moreno

Gritos de “¡a la orden!” reciben a los transeúntes. Se escuchan desde varios puntos, unos por allí y otros por allá… en el intento de captar la atención de supuestos potenciales compradores. A medida que las personas van acercándose a los improvisados puestos los gritos aumentan. “¿En qué puedo ayudarte?, ¿Qué buscabas?, pregunte sin compromiso”, van diciendo los vendedores como un guion.

La escena transcurre en el bulevar de Sabana Grande, Caracas, específicamente entre la avenida Las Acacias y la calle San Antonio. Se trata del segundo recorrido realizado por Diario VEA en las adyacencias del popular pase. El primero tuvo lugar entre las avenidas Las Delicias y Las Acacias, visitado entre el lunes 21 y miércoles 24 de abril, en donde se pudo comprobar que de cerca o desde lejos todo parece ser un caos.

Aproximadamente a las 2:30 de la tarde del martes 23 de abril, con el sol oculto tras grandes y oscuras nubes y un calor húmedo acompañando a los presentes, un vendedor ambulante limpia el sudor de su rostro con la manga de su suéter y continúa su camino. “¡Tostones, tostones!” grita a su paso.

Una señora espera por clientes en un puesto instalado bajo la sombra de un árbol. Vende maquillaje, accesorios para damas y artículos de higiene personal. Aunque se encontraba sola pronto le llegó compañía, un joven de unos 20 años quien con toda confianza le pidió: “Vieja, ponte una de Karol G, pues”. Su petición fue complacida casi de inmediato. En una corneta que reposaba sobre la mesa comenzó a sonar una canción que para la señora no era desconocida. “Cariño mío, quédate aquí, no te vayas”, cantó la mujer y prosiguió al ritmo de la pieza musical.

Para quienes pasan a diario por el emblemático bulevar caraqueño se ha normalizado aquel “griterío” y “musicalizado” ambiente. Sin embargo, lejos está de ser “normal”. De hecho, la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, Civismo y Justicia de Paz Comunal contempla la situación en su artículo 31. En específico, señala el numeral dos (2) que “perturbar la correcta convivencia ciudadana mediante gritos escandalosos o palabras soeces, que ofendan el decoro de las personas”, son considerados actos que generan contaminación sónica. También establece sanciones para quienes incurran en estas conductas, algo que parece no preocupar a ¿desconocedores? transgresores.

En el tramo visitado por un equipo de Diario VEA el martes 23 de abril resaltaron otros elementos. Los comerciantes populares se encuentran desplegados en aproximadamente 40 puestos. Sí, ¡40 puestos en solo una cuadra! Los tarantines son instalados ya sea cerca de las tiendas –para aprovechar la sombra que estas les brindan– o hacia el centro del bulevar –amparados por gigantescas sombrillas y algunos árboles–. Por ende, para recorrer el bulevar se hace indispensable sortear bancos plásticos, mesas y percheros improvisados en los que cuelgan una gran variedad de prendas. También hay carritos de helados, algunas cajas, grandes piezas de anime sobre los que cuelgan lentes, zarcillos y otros productos, y uno que otro mantel extendido sobre el piso de adoquines.

Precisamente uno de estos denominados “manteleros” protagonizó un desacuerdo con una señora. La mujer interesada en los paraguas por él exhibidos, preguntó el precio del artículo.

–Cuatro dólares- espondió el hombre.

–¿Cuatro dólares?- repitió la dama con duda y gran sorpresa marcada en su voz. Un “umjú” fue musitado por el vendedor a modo de respuesta.

La sorpresa antes reflejada en la voz de la mujer fue evidenciada también en su rostro, mientras señalaba que “en los chinos eso cuesta dos dólares”.

–No puedo venderlo al mismo precio –argumentó el vendedor.

–¡Pero es el doble! ­–apuntó la dama.

–Si no va a comprar no pregunte, señora –dijo el vendedor con el cansancio marcado en la voz.

La señora decidió seguir su camino. Apenas dio la espalda y avanzó unos pocos pasos el hombre lanzó: “Si es lambusia. Va a llorar por dos dólares”. Otro de los vendedores, instalado a su lado, reaccionó con una estridente risa.

La ordenanza también aborda aquellos actos que obstaculizan el libre tránsito ya sea vehicular o peatonal. El artículo 19 enumera varias de estas conductas impropias, entre ellas “aquellas realizadas de manera intencional mediante el uso o disposición de objetos muebles, así como cualquier estructura en las vías de circulación vehicular o peatonal”. Otra referencia a esta situación se hace en numeral siete (7) del citado artículo que señala: “Obstaculizar intencionalmente el libre tránsito y la libre circulación peatonal sin la debida permisología”.

Otro aspecto abordado por la Ordenanza en este artículo aparece reflejado en el numeral cinco (5) que indica que “estacionar vehículos automotores de dos (2) o más ruedas sobre las aceras o vías peatonales” es considerado como una conducta que obstaculiza el libre tránsito.

Un repaso al origen del bulevar revela que con la construcción del Metro de Caracas, en el año 1983, lo que en otrora fuera conocido como “La Calle Real de Sabana Grande” y que durante siglos sirvió como sistema vial por el que transitaron caballos, carretas y carros, fue definitivamente peatonalizada de acuerdo al Catálogo del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC).

Después de 41 años de ser convertido en bulevar llama la atención la abundancia de carros y motos que parados por aquí y por allá interfieren con el andar de hombres, mujeres y niños que a diario circulan por estas áreas.

En tan solo una cuadra (entre la avenida Las Acacias y la calle San Antonio) 13 vehículos se encontraban estacionados. Motos, carros y modernas camionetas reposan frete a la Comisión Presidencial de Refugios Dignos (Copedrig), el Centro de Seguridad de Atención de Emergencia 171 y un establecimiento comercial identificado como K Donuts, todos ellos dentro de un cerco creado por conos de color naranja con la inscripción «Copedrig».

Pasadas las 3:30 de la tarde habían seis (6) carros y tres (3) camionetas, así como cinco (5) motos, dos (2) de ellas sin placa. Diagonal a K Donuts otras siete (7) motocicletas estaban estacionadas, sobre dos (2) de ellas reposaban mochilas isotérmicas identificadas con la inscripción “Pedidos Ya”.   

En las dos (2) horas en que Diario VEA estuvo presente en el espacio pudo observar la entrada y salida de vehículos en esa zona. Mientras el equipo observaba y tomaba nota de la situación fue abordado por un ciudadano quien solicitó «una ayuda» monetaria «pa’ pagar el pasaje». Varios minutos después una mujer también se acercó: «Mi amor, por fa ayúdame con cinco o 10 bolívares para completar un pasaje», dijo.

A pocos metros, al lado del local conocido como «El Gran Café», también se observan vehículos estacionados. Una camioneta vinotinto y otra blanca están dispuestas en el espacio. Detrás de ellas, un total de cuatro (4) motos estaban aparcadas.

Durante el recorrido realizado por este medio también se constató la circulación de dos (2) funcionarios de la Policía de Caracas que, a bordo de una moto, se trasladaron por el bulevar en un par de ocasiones.

8 pensamientos sobre “(II) Un S.O.S. por el bulevar más popular de Caracas (calles Las Acacias – San Antonio)

  1. Buen día. Fue el comandante Chávez quien protegió la zona de Sabana Grande de la buhoneria que se mudó de «Shangai » , en la Plaza Diego Ibarra hacia el boulevar de Sabana Grande…y por muchos años se hizo respetar las Ordenanzas y por dejar de aplicarlas vuelve el caos a esta zona. En Carnavales fue terrible lo que hicieron, tomaron por asalto todas las aceras y a los transeúntes los embadurnaban de una espuma que en otros países esta prohibida, entre otras sustancias. Amparados en disfraces y máscaras se lanzaban en pos de clientes incautos sin importarles la calidad de lo que ofrecían…salir corriendo fue el mayor deseo de muchas y muchos de los que por ahí transitamos…En fin, sin aplicación de las Ordenanzas sin hacer respetar las leyes esta zona dejó hace rato de ser para el disfrute…sino pregúntenle a quienes viven alli. Saludos al Diario Vea. y su equipo de trabajo.

    1. Ok felicidades. Espero q también se den un recorrido x el bulevar del Cementerio. Por ahí todo es anarquía de punta a punta. Vayan y visitenlo

      1. Horrible la situación de Cementerio. Mucha contaminación sónica, venta ilegal de cerveza, sobre todo en las barriadas. Y uno llama a los fulanos cuadrantes de paz y eso es una vaciladera nunca vienen parece que les prohibieron atacar estás ventas ilegales de licor.

    2. Por favor vengan al bulevar el cementerio todo esto se ha vuelto un infierno buhoneros, venta ilegal de aguardiente, basura, los mototaxis se adueñaron de las esquinas, no hay por donde caminar, todos los negocios y buhoneros con cornetas a alto volumen , y no solo el bulevar la calle el león frente al colegio vende cervezas y la calle los alpes también un antro , todas las calles son tugurios de mala muerte en zonas residenciales. por favor venga y. hagan un reportaje .

    3. Es lo mismo que ocurre en bulevar el Cementerio y por todas sus calles buhoneros a morir, basura, ruido, todos tienen música , motorizados montados en todas las aceras , y nadie hace nada , la policía un cero a la izquierda. Los ciudadanos estamos indefensos ante está situación tan horrible, solo quienes vivimos en estas zonas sabemos lo mal que se vive.

  2. Ese boulevard es un desastre, y las calles que suben desde la Casanova tienen las aceras de estacionamiento de motos? dónde quedó la ordenanza?

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