Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 28 de octubre de 1861, hace 160 años, fue fundado el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), teniendo como su primer director al ingeniero Juan José Aguerrevere y Echenique. El acto de instalación tuvo lugar en el local del Colegio Santa María ubicado entre las esquinas de Veroes a Jesuitas (Caracas), que regentaba justamente el ingeniero, también, y educador Agustín Aveledo, uno de los fundadores del CIV.

 

Trazado con obstáculos

Aguerrevere, quien además de ingeniero era docente de física y matemáticas, estuvo entre 1840 y 1845, bajo los mandatos de José Antonio Páez y Carlos Soublette, al frente de la construcción de la primera carretera de Venezuela, que unía a Caracas con La Guaira, denominada “Carretera Vieja”. Esta obra requirió de cuantiosos recursos y variantes en su trazado debido a los obstáculos y accidentes naturales del paisaje. Este trabajo ingenieril de Aguerrevere vino a sustituir el conocido “Camino de los Españoles”, que se empleó desde los primeros tiempos coloniales para conectar Caracas con el litoral guaireño y sus muelles. Entre los profesores de Aguerrevere, quien egresó como teniente de Ingenieros de la Academia de Matemáticas de Caracas “en la primera promoción, en 1837”, destacó Juan Manuel Cagigal. Este último puede ser considerado el padre de los estudios de matemática e ingeniería en la historia de Venezuela, por cuanto si bien en a finales de la Colonia hubo empeños como la academia creada por Nicolás de Castro en los últimos decenios del siglo XVIII y la de José Mires en la primera década del XIX, la formación en dicha especialidad comenzó a proyectar sus rastros con la Academia dirigida por Juan Manuel Cagigal, de entre cuyos discípulos destacaron varios que dieron continuidad a tales estudios y prácticas, en el marco de la universidad republicana.

Obras e ingenieros

Lo más próximo a los estudios de ingeniería, en la Venezuela que abarca de 1831 a 1872, fue el conjunto de conocimientos impartidos en la Academia de Matemáticas creada por Cagigal, con buen nivel académico. No obstante, la época, envuelta en conflictos armados, demandaba el ejercicio de la ingeniería militar, por lo que poca obra pudo hacerse en una época en la cual, en el marco de la revolución industrial de Occidente, se fraguaban nuevos materiales, técnicas de diseño y construcción de vías y edificaciones en Europa y Norteamérica especialmente. Y es ello lo que explica que pese a proveerse el país de una modesta cifra de “17 promociones con un total de 97 egresados” (https://historiaingenieriavenezolana.blogspot.com) hubo “poca o ninguna actividad específicamente ingenieril” (Ibídem). Dato significativo del período es que uno de los fundadores del Colegio de Ingenieros, Alejandro Ibarra, se vería reconocido en 1870 como Rector de la UCV. Y es de resaltarse el hecho de que habiendo nacido como entidad adscrita al Ministerio de Guerra en 1861, el Colegio de Ingenieros paulatinamente verá engrosar sus afiliaciones con profesionales de desempeño civil, lo cual perfilará al paso de las décadas una gestión de mayor nexo con la vialidad, los puentes, acueductos, represas, edificios públicos y conjuntos residenciales privados. Y con dicho proceso tomó curso la lenta urbanización del país, que con debilidades de planificación y a la sombra de la riqueza, derivada de la renta petrolera, se inició en las postrimerías del régimen de Juan Vicente Gómez. Dicho ciclo se intensificó al paso de las administraciones que sucedieron al Benemérito, en el marco de la migración campo-ciudad.

Ingeniería de reversa

Constituyendo el trazado en los planos, los cálculos de materiales, estimación de los accidentes del terreno y la previsión de grandes desplazamientos, tanto demográficos, como de recursos financieros, la ingeniería se constituye en palanca fundamental para el bienestar de la población. Y en el marco de la estrechez fiscal por la que atraviesa hoy Venezuela las distintas especialidades y menciones de la profesión madre debe contemplar las líneas de la Ingeniería de Reversa, de modo que tras obtenerse la comprensión del modo en que funcionan los artefactos se acometan estrategias de reparación, reconstrucción y creación de nuevo conocimiento, la denominada “innovación incremental”. Tal ha sido la herramienta que convirtió a Japón y la República Popular China en los emporios industriales del mundo contemporáneo.

Sinóptico

1769

Samuel Robinson

Este día nació en Caracas el más original de los educadores que plantaron su semilla de ciudadanía y trabajo productivo en los países de América Latina y Caribeña. El Libertador Simón Bolívar, su alumno más aventajado, le dio el título de «Sócrates de Caracas». Y en elocuente epístola de 1823 le dijo “Ud formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso”, pidiéndole que lo buscase en Perú, donde Bolívar se encontraba dando finiquito a la guerra de independencia contra los españoles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!