Néstor Rivero Pérez

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El 28 de junio de 1772 nació en Ginebra (Suiza) Juan Jacobo Rousseau, cuya obra en filosofía, educación, novelística, música, botánica, y otras materias, ha convocado reflexiones y debates intensos por su originalidad e irreverencia. Rousseau es uno de los padres del pensamiento moderno.

Celebridad y sencillez

Unido en 1745 con Therese Levasseur, esta le dará cinco hijos a quienes entregará a un hospicio ante la imposibilidad de darles manutención. Con su Discurso sobre las Ciencias y las Artes -ramas a las que cataloga como inseparables del lujo- obtendrá un premio.

Luego presentará su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres. Y cuando parecía alcanzar la cúspide “nombre, riqueza y consideración”, abandona los círculos de letrados para vivir con un sueldo de copista de música.

Sentimientos y razón

En el hombre, según este ginebrino, se impone el sentimiento sobre la razón. Esta, junto con la propiedad y la sociedad le hacen desconfiado, infeliz y de inclinación malvada.

En Emilio, o de la educación postula el retorno del hombre a su inclinación natural, que es ser buena, invitando a formarse como buen ciudadano; empero, no en el sentido de J Locke, cuyo modelo cultivaba como caballeros a los hijos de las clases altas, sino con el mismo derecho a toda persona, indistintamente su origen.

El vicario saboyano

El irreverente capítulo “El vicario saboyano” del Emilio –donde postula una religión natural, ajena a todo artificio- le hizo víctima de persecución por el resto de sus días. El Emilio fue quemado públicamente en ciudades de Europa. La obra traza la ruta para educar al ciudadano perfecto y lo acompaña de la perfecta esposa. Ya anciano, y con prohibición de ingresar a varios países, obtuvo refugio en Nauchatel (Suiza), debiendo salir de dicha ciudad de modo precipitado y con falsa identidad, tras el apedreamiento de la casa que ocupaba. Murió en Ermenonville, Francia, con 66 años, padeciendo de crisis persecutoria.

El hombre reformable

Rousseau parte de la visión del hombre al natural, sin interferencias para su formación: se trata del retorno a la naturaleza humana libre de todo influjo perverso de civilización; por lo que no se deja al hombre al arbitrio de sus instintos, que lo empujan a la competencia salvaje.

Se trata de la naturaleza guiada por el ideal ciudadano, libre de toda enajenación para alcanzar la felicidad. Las ideas formuladas por Rousseau conducen a la mujer y al hombre nuevos; se mantienen en el centro de toda verdadera Revolución.

Obra

Además de El contrato social, Emilio, o de la educación, Julia, o la nueva Eloísa, sus dos Discursos y Las confesiones, Rousseau escribió diversas óperas. En uno de sus textos se lee “El hombre civilizado nace, vive y muere en esclavitud…mientras tiene figura humana, le encadenan nuestras instituciones”.

Sinóptico

1989

Alfredo Sadel

Este día falleció en Caracas el cantante Alfredo Sadel, quien entre los años cincuenta y setenta del siglo XX se consagró como el principal exponente de la canta popular venezolana, tanto en su expresión de música popular como lírica y académica. Su primer gran éxito musical lo obtuvo con el pasodoble Diamante negro, estrenado en 1948 durante una presentación suya en el Nuevo Circo de Caracas y con la cual se honraba al diestro nativo de Ocumare del Tuy.

En adelante y hasta mediados de los años sesenta Sadel se mantendrá como el gran astro de la discografía nacional, alcanzando un nivel de favoritismo del público que no se repitió desde entonces con ningún otro artista popular. Entonando boleros, pasajes, joropos y pasodobles, su voz dio proyección a composiciones como Escríbeme, Ansiedad y Granada, ofreciendo una magistral versión de Alma llanera.

Sin embargo, a inicios de los 60 Sadel dará un vuelco al incursionar en el canto lírico, estrenándose al año siguiente en el Teatro Nacional de Caracas con la zarzuela Los gavilanes. Sadel se presentó con éxito en Carnegie Hall de Nueva York, realizando giras por España, Alemania y la URSS.

Su presentación en el Teatro Bolshoi de Moscú obtuvo apoteósica ovación por su rol en Tosca, ópera de Giacomo Puccini. En su repertorio operístico también destacaron Rigoletto y La Traviata de Giuseppe Verdi, Don Pascuale de Gaetano Donizetti y El barbero de Sevilla de Giacomo Rossini, entre otras. Si bien Alfredo Sadel cultivó la amistad de altas figuras públicas, como el expresidente Rómulo Betancourt, en los años difíciles de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez el artista dio su apoyo a la resistencia clandestina contra dicho régimen, a riesgo de ser detenido en aeropuertos o centros de presentación, por el traslado de mensajes ocultos, libros prohibidos y propaganda subversiva, gesto poco usual en la farándula.

En sus últimos años expuso moderadas críticas al modelo político imperante en el país e incluso postuló su nombre como concejal de Caracas por una organización distinta a AD y Copei.

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