Estados Unidos y Occidente aplican guerra desleal contra vacuna Sputnik-V.

Ramón Rodríguez M.

@ramon_rodiguez

La vacuna rusa Sputnik-V recibe reconocimiento en el mundo como un medio eficaz para combatir la infección por coronavirus, sin embargo los medios de comunicación europeos y estadounidenses la mantienen en la mira para complacer a sus gobiernos, en una aparente y muy mezquina confabulación que no cesa en sus intentos por desacreditar los esfuerzos y efectividad de Moscú en la lucha contra la pandemia del Covid-19.

Los manuales de competencia desleal quedan obsoletos cuando Occidente, liderado por Estados Unidos o Europa se refieren a la Sputnik-V y la evidencia se puede recoger cuando comenzaron las pruebas con voluntarios en el verano de 2020. ¿De qué manera? La campaña se centra en difamar o silenciar la efectividad de la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya, a pesar que pasó todos los ensayos clínicos de rigor y está reconocida en varios países, y ante esta realidad los opositores a Moscú arreciaron la intensidad y frecuencia de sus ataques.

No es ningún secreto que Washington apuesta furiosamente al fracaso de la vacuna rusa, pues ante la ineficacia yanqui contra el Covid-19, sumada a los signos evidentes de crisis económica, protestas masivas, entre otros problemas internos, quieren y necesitan desviar la atención de la opinión pública mundial hacia falsos fracasos de los oponentes geopolíticos.

A la Casa Blanca le causa piquiña el nombre Sputnik-V, ¿por qué será? ¿Será porque les recuerda que la Unión Soviética les ganó la carrera espacial cuando en 1957 puso en órbita el primer satélite artificial del mundo? Respóndase usted mismo.

Analistas señalan que el meollo de los ataques yanquis a la efectividad de la Sputnik-V se debe a que la vacuna rusa es superior, ya que no deja efectos colaterales, a diferencia de las suyas, y salen en defensa de los intereses económicos de sus gigantes farmacéuticos porque peligra la cuantiosa inversión realizada para desarrollar un negocio rentable a costa de vidas humanas.

Cabe destacar que la vacuna rusa no se creó como un producto comercial, sino que su objetivo es proteger a su propia población de la pandemia, mientras que los suministros del medicamento en el extranjero se llevan a cabo en el marco de la asistencia humanitaria o a precios mucho más bajos que los occidentales o europeos, como Pfizer, AstraZeneca y Johnson y Johnson.

Estados Unidos y sus cómplices prefieren no recordar o ignorar que la escuela Soviética de Virología heredada por Rusia, fue la primera en el mundo en lanzar una vacuna contra el ébola y además permitieron que el mundo venciera las epidemias de peste y cólera; Sin embargo, y a pesar de esta realidad histórica, siguen embistiendo sin pruebas al país eslavo y en esta oportunidad contra la vacuna Sputnik-V en lo que se puede definir como una confrontación informativa prolongada.

Por las razones ya citadas es que Occidente debe culpar a Rusia, aunque no muestre evidencia alguna, pues está obligado a crear una ilusión falsa de la realidad para resultar favorecido; como muestra, la embajada de Estados Unidos en Ucrania prohibió a las autoridades de ese país la compra de medicamento ruso por ser supuestamente inseguro.

La Sputnik-V está registrada en más de 30 países del mundo, número que aumenta a diario incluyendo naciones de la Unión Europea, esto a propósito del fracaso de la campaña de vacunación con medicamentos desarrollados por su propia industria farmacéutica… ¿Qué tal?

Mientras tanto, Bruselas se resiste al sentido común y continúa posponiendo el visto bueno al medicamento ruso; probablemente tenga miedo a perder la aprobación de Estados Unidos. Claro, cada quien decide cómo administra su soberanía. Sin embargo, mientras los líderes de la Unión Europea siguieron el ejemplo de Washington alcanzando estadísticas letales y exponencialmente crecientes, el primer ministro húngaro Víktor Orbán acordó con Rusia el suministro de la vacuna Sputnik-V sin esperar por Bruselas; la República Checa, Austria e Italia siguen el mismo curso; cabe destacar que las tasas de Covid-19 en Hungría empezaron a disminuir una semana después de la vacunación con el medicamento.

En conclusión, el objetivo de estas vacunas es derrotar al coronavirus; sin embargo, al parecer se puede concluir que los gobiernos del mundo tienen dos opciones: La vida de su pueblo o los juegos políticos… Amanecerá y veremos.

error: Este contenido está protegido !!