Alberto Vargas

@albertovargas30

Es necesario comprender que la burguesía entiende por libertad de prensa la libertad de los ricos de editar periódicos, el control de la gran prensa (entiéndase, medios de comunicación social, en general) por los capitalistas, que han llevado a la perversidad a los medios de comunicación.

Es decir, esa prensa reaccionaria se ocupa de distraer la atención del pueblo sobre los problemas realmente serios, profundos y fundamentales de la vida. Y en este sentido debemos encarar de una manera distinta una tarea para cuya solución existen todas las premisas materiales donde falta solamente la conciencia de su necesidad y la disposición para resolverla.

Nos referimos a la tarea de transformar la prensa de órgano exclusivo de información de banalidades, en un órgano serio para la educación económica y la lucha del pueblo.

La prensa tendrá que ubicar en primer plano los problemas del trabajo en su enfoque inmediato y práctico. Debe convertirse en el órgano de los consejos comunales, en el sentido de hacer pública precisamente toda la información que los empresarios capitalistas procuran ocultarles a los trabajadores.

Hay que revelar a todas luces la organización interna de las industrias que constituyen para el capitalista algo que debe ser protegido de los ojos ajenos, pues es esta la pretensión y tras la manipulación de la información que busca a toda costa, se erige como el soberano único y todopoderoso. Oculto no solo de la crítica o de la intromisión, sino también de las miradas indiscretas o censurables.

Toda vez que la burguesía, que es la propietaria de los medios de producción, dispone a su conveniencia también de los instrumentos del trabajo, que deben ser de la clase trabajadora; sin embargo, la amplia mayoría de esos obreros, pasan la vida sumida en la más fútil miseria, como objetos del capitalismo.

Marx enseña que no se debe concebir la naturaleza y la sociedad como una aglomeración fortuita de fenómenos aislados, exentos de relaciones mutuas.

Por el contrario, debemos tener presente que todos los fenómenos de la naturaleza y la sociedad guardan relación entre sí, y, por tanto, se condicionan mutuamente.

Combatamos la malicia informativa del criminal poder mediático.

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