Néstor Rivero Pérez

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El prócer José Laurencio Silva, quien combatió junto al Libertador en Venezuela, Nueva Granada, Ecuador y Perú, vino al mundo en el Tinaco (Cojedes) el 7 de septiembre de 1791,

 

Primeros escarceos

Silva, quien tras regresar del Perú a Venezuela a finales de 1826, dentro del séquito de oficiales que acompañó al Libertador Simón Bolívar en tiempos en que este último lograba sofocar las corrientes separatistas de la Cosiata que encabezaba desde Valencia y Caracas el General José Antonio Páez, se había iniciado como militar en 1810, formando parte como subteniente de milicias del batallón N.º 10 del Tinaco “Ese mismo año, bajo las órdenes del brigadier Francisco Rodríguez del Toro, participa en la Campaña de Coro. Terminada esta, Silva queda de guarnición, entre Baragua y Siquisique” [Bibliofep]

 

Delación, presidio y escape

Silva se sumó en 1813 a la Campaña Admirable bajo conducción del Libertador. Al caer la II República en 1814 Silva viaja a pie por las franjas selváticas de Carabobo, Guárico y Cojedes. Víctima de la delación de un allegado a su familia, será hecho prisionero cerca del Tinaco, evadiéndose luego de la cárcel y marcha al campamento de José Antonio Páez en el Yagual, acompañándole en Mucuritas en 1817. En 1818 se le ve con Bolívar en Calabozo; y en 1819, en las Queseras del Medio.

En Junín

El 6 de agosto de 1824 por instrucciones del Libertador, Silva al frente de varias decenas de jinetes se adelanta a la caballería republicana para acometer la caballería realista. Los patriotas debían descender por un estrecho que, en los Andes peruanos desemboca en la planicie de Junín, a una altura de 4000 MSNM. Sin espacio para maniobrar en un área pantanosa, Silva rompe el regio cuadro español y abre campo al resto de la caballería patriota que vence ese día 6 de agosto de 1824.

54 heridas

En su cuerpo quedaron marcas del denuedo ante el enemigo. Al respecto el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre llegó a decir “Envidio las heridas de Silva”. En el curso de la Gesta Emancipadora el héroe cojedeño recibió 54 heridas. En la misma planicie de Ayacucho recibirá de manos de Sucre el ascenso a general. Acompañó a Bolívar hasta su último minuto en San Pedro Alejandrino. Silva murió en 1873.

Sobrino de Bolívar

Admirado por el valor, disciplina y lealtad que en todo momento le manifestó José Laurencio Silva, el Libertador resuelve en 1826 y en los términos del mayorazgo que ejercía como único pariente varón de los Bolívar y Palacios -tal como era lo usual en aquella época-, conceder  a Silva, la mano de su sobrina Felicia Palacios Tinoco, quien era la hija del extinto hermano del Libertador, Juan Vicente Bolívar. Y en tal sentido informa de su decisión a su hermana María Antonia Bolívar y Palacios, quien venía administrando los bienes del Padre de la Patria, durante los años en que este permaneció en el sur del continente. Silva, cuyos galones de general de brigada los obtuvo el 9 de diciembre de 1824 en el mismo campo de Ayacucho, donde recibió tres lanzazos, en momentos en que despejaba los accesos a posiciones enemigas, estando entre los primeros que acometían.

Con los godos contra Zamora

Sin embargo, a J L Silva se le verá en su vejez acompañar, en 1859, al ejército conservador enfrentando entre Barinas y Portuguesa a las fuerzas que postulaban los ideales de la federación, levantamiento de campesinos, artesanos y letrados liberales acaudillados por Ezequiel Zamora.

Este, en medio de un combate recordó a los generales conservadores sus pasadas glorias bolivarianas, y el demérito que representaba servir a la oligarquía. A poco de estas operaciones Silva “renuncia al cargo militar que desempeñaba. Trabaja en algunos empleos de tipo administrativo hasta que se retira, definitivamente, a la vida privada y se residencia en Valencia” [Íbidem].

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