Néstor Rivero Pérez

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El 29 de abril de 1875 nació en Jesi (Italia) Rafael Sabatini, prolífico autor de novelas de aventuras y entre cuyos libros resaltan El capitán Blood, El cisne negro, El halcón del mar y Scaramouche.

 

Libros de aventura

En la misma tradición iniciada a finales del siglo XIX por Emilio Salgari con su saga sobre Los piratas de la Malasia y La venganza de Sandokan, o La reina de los caribes y El león de Damasco, entre otras, la obra de Sabatini recoge la acción en tiempos en que la espada era el arna preferida de combatientes y duelistas. Y muchos personajes de su producción expresan figuras que actuaron en una época dada, como se observa en El favorito, típico individuo que medra en las cortes como obsecuente servidor del monarca y tras aburrir a este por abusar de la confianza, ha de dar paso a un nuevo “favorito”. En todo caso la figura que protagoniza las obras de Sabatini, en la mayoría de los casos transmiten el propósito de justicia y de rebeldía frente al poder que oprime, sea el del almirante de un barco pirata en altamar, o el condenado a las galeras por un tribunal londinense. Varias de sus obras, llevadas al cine en el curso del siglo XX, hicieron las delicias de niños y adolescentes que desde los asientos de una sala de cine en cualquier lugar del mundo, contemplaban sus películas. Tanto el padre como la madre de Sabatini eran cantantes de ópera, y ello quizás influyó en la vocación de Sabatini como lector de temas históricos y luego cultivar el género de la acción ambientada en siglos pasados. El principal personaje surgido de la pluma de Rafael Sabatini fue el expósito André-Louis Moreau, joven ilustrado quien tras discutir con el padrino que le dio crianza, inicia una vida de errancia, terminando en una carpa de teatro ambulante como intérprete de Scaramouche, el personaje creado y caracterizado en la Francia del siglo XVII por el actor italiano Silverio Fiorilli, quien alcanzó gran renombre en la Europa de su época.

 

Antecedentes del personaje

Plauto, comediógrafo que vino al mundo en tiempos del cónsul romano Cornelio Scipión  Asina, y cuyos perfiles literarios fueron recreados en obras de William Shakespeare y  Moliere, se había inspirado a su vez en los griegos Menandro y Antífanes para producir distintas piezas en la Roma que todavía se sometía a instituciones republicanas. Entre las obras más conocidas de Plauto destacan Anfitrión, Aulularia, que inspiró en Moliere su obra El avaro y El soldado fanfarrón, donde aparece Pirgopolínice, falso héroe de guerra lleno de vanidad que presume hazañas en que nunca estuvo o jamás sucedieron. Elementos centrales de dicho personaje serían retomados en la Europa del Renacimiento y la Ilustración.

 

El Scaramuche de Fiorilli

Rasgos de picaresca de El soldado fanfarrón, obra de Moliere con parlamentos que contienen improvisación, parodia y cierta denuncia a figuras de su época, serán actualizados por Tiberio Fiorilli (1607-1694), actor y comediante italiano, quien personificó sobre las tablas a un personaje con antifaz y traje de negro, Scaramouche, mostrando ingenio y suma gracia en la improvisación de parlamentos según la circunstancia, e incitando cada noche en el público, con los lances de la ocasión, desde la extrema hilaridad, hasta el suspenso por alguna escena de un duelo a espada con otro personaje, sobre el escenario. Justamente, del vocablo italiano Scaramouche deriva la palabra “escaramuza”. Y las presentaciones de Fiorilli fueron aplaudidas por Moliere, el rey Luis XIV de Francia y el cardenal Mazarini, quienes le brindaron su amistad. La tradición recoge que a sus dos años, cuando el delfín y futuro Luis XIV de Francia lloraba desde su cuna, era calmado con las piruetas y expresiones de Fiorilli encarnando a Scaramouche, lo que le dio gran prestigio y concitó el interés del público en torno al personaje.

 

Scaramouche en la novela

Y será esta tradición, la de quien hace reír y a la vez muestra rasgos del drama de una época, la que en 1922 ha de recoger el escritor italiano Rafael Sabatini en su libro más publicitado, Scaramouche. Dicha novela, a la que Sabatini ambientó en los comienzos de la Revolución Francesa -un siglo después de desaparecido Fiorilli, Sabatini honra a este último,  reivindicando con Scaramouche los rasgos de displicencia y graciosa irreverencia que distinguían a Fiorilli, y hasta su condición de “fugado” de su natal Nápoles, de donde salió por estar posiblemente envuelto en una trama política. En la novela de Sabatini, Scaramouche escapa de su región natal en Francia, con una compañía de teatro andante, asumiendo para sí el célebre personaje. También adquirirá gran destreza con la espada, heredando una escuela de esgrima e innovando en las técnicas del duelo con dicha arma blanca. Rafael Sabatini fallecerá en 1950. Había nacido, según su viuda, “con el don de la risa”.

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