Alfredo Carquez Saavedra

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El Reino de España está en crisis. La pandemia no le da tregua, tampoco la corrupción y menos el ascenso del fascismo, franquismo o nazismo, como quiera usted llamar a los amigos y simpatizantes de Santiago Abascal y Leopoldo López.

El problema de la democracia monárquica y chucuta de la Madre Patria pudiera ser revisado retrocediendo un poco la mirada, para ver en sus orígenes elementos acerca de los cuales pocos quieren hablar.

Por ejemplo, Juan Carlos de Borbón, el vergonzosamente fugado -pero multimillonario, parrandero y jugador- rey emérito, heredó la corona gracias a la decisión discrecional de Francisco Franco, un tipo que se decía ser “Caudillo de España por la Gracia de Dios”.

Es decir, el Borbón amante de las cuentas secretas en paraísos fiscales, de las comisiones y experto en burlar al fisco de su propio país, recibió el trono gracias a los oficios de un intermediario, quien durante décadas hizo creer a sus coterráneos que se comunicaba directamente con el Todopoderoso del cielo de la extrema derecha.

Y yendo un tanto más al pasado vemos que el tal Generalísimo -héroe de VOX, el Partido Popular, y Ciudadanos- a su vez fue ungido en el poder gracias a las bombas, balas, tanques, aviones y hombres proporcionados por Benito Mussolini y Adolfo Hitler y a la complicidad pasiva de los gobiernos inglés y francés de la época. Luego, su permanencia como dictador ibérico se debió a la alianza anticomunista establecida con todas las administraciones estadounidenses que lo sostuvieron hasta que murió en su cama. Esto sin reparo alguno por su poca cristiana conducta de atentar contra los derechos humanos.

Recordando este escabroso pasado español, entendemos como es que especialmente en Madrid, la élite política, económica y social acoge cual paloma herida a un buitre como Leopoldo López. Los medios de comunicación, bastante mediocres y mal informados, le dan prensa para que mienta descaradamente sobre Venezuela, con la misma naturalidad con la que ocultan el verdadero rostro franquista-nazi-fascista de Abascal al día siguiente de la violencia provocada por él en Vallecas.

Esa escena de Abascal en Vallecas me hizo recordar los días previos a “La Salida”, frustrado intento de desestabilización financiado desde el exterior y promovido a lo interno por López y María Corina Machado, llamado a la violencia que, en 2014, sumó 43 muertes y casi 500 heridos.

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