VEA / Carlos Batatin

Quienes fueron víctimas de las decisiones tomadas por Alimentos Polar en el año 2016, no bajan la guardia en el reclamo a favor de la reivindicación de sus derechos. Con periodicidad organizan jornadas en las que reclaman a las autoridades, ejercer la presión necesaria para que la compañía de Lorenzo Mendoza acate la decisión que a su favor emanó la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en noviembre del año 2021.

No obstante, y mientras transcurre el tiempo, las vicisitudes son su peor acompañante. Factores como la edad, la salud y la ausencia de recursos económicos agobian su existir.

Diario Vea conversó con algunos de ellos durante la más reciente concentración. Ocurrió el 21 de julio, cuando fueron recibidos por el ministro del Poder Popular para el Trabajo, Francisco Torrealba y cuando ¡por primera vez! como señalaron, delegados de la firma comercial responden a una convocatoria oficial.

A continuación sus testimonios.

Siete años de espera

Héctor Ríos, tiene 53 años de edad y está residenciado en la ciudad de Los Teques,  “y tenemos siete (7) años a la espera de que la Polar nos cancele lo que por derecho y ley nos corresponde luego habernos despedido sin ningún justificativo en el año 2016”.

Relata que muchos compañeros de trabajo, afectados por esa misma situación, han muerto esperando a que se haga justicia. Por ejemplo, unos de ellos falleció por no tener el dinero para cumplir con un  tratamiento contra el cáncer”.

Argumenta que por la edad que tiene actualmente se le hace difícil conseguir otro empleo. “Lo he intentado varias veces pero siempre me han dicho que por los años que tengo no hay disponibilidad”.

Al respecto indica Ríos que le entregó 19 años de su vida a la empresa. Nunca tuve una falta injustificada, llegué siempre en mi respectivo horario y cumplía cabalmente las tareas asignadas”.

De suspensión a despido masivo

Darwin Carmona, tiene 40 años de edad, y comenzó a trabajar en esa empresa pocos días después de cumplir los 21 años. “Entré a trabajar en el año 2004, justo en el momento cuando se estaba conformando  un sindicato a favor de los trabajadores”.

Narra que durante ese periodo “nunca llegué a faltar en mi turno ni nunca tuve una falta injustificada. Sin embargo, en el año 2016, a través de una suspensión irrita e ilegal Cervecería Polar suspende a más de 10 mil trabajadores a escala nacional”.

En ese sentido, acotó que de ese total de trabajadores suspendidos o botados ilegalmente “solo quedan activos 568, o sea  una masacre laboral que no se puede negar ni ocultar. En  Caracas, por ejemplo,  en pie de lucha quedan  278 compañeros y fallecieron siete (7) de ellos adscrito a Los Cortijos y Territorio Comercial.

Durante la entrevista para Diario VEA narra que solamente en Caracas resultaron desincorporados mil 260 trabajadores. “El 21 de abril de 2016, fuimos despedidos ilegalmente bajo la excusa de que la empresa no tenía materia prima para seguir produciendo”.

En esa ocasión, según con su exposición, estaba vigente la inmovilidad laboral. “La Polar no respetó el basamento legal ni jurídico que nos amparaba. No respetó la Constitución Nacional, la Ley Orgánica del Trabajo y le pasó por encima a las consideraciones emitidas por el Tribunal Supremo de Justicia. Ese año pasamos de una simple suspensión a un despido masivo. Es decir, se convirtió en un Estado dentro del Estado porque su directiva impone sus condiciones  e irrespeta cualquier decisión que se tome a nuestro favor”.

En su opinión, “ha sido tan injusta e inhumana la directiva de la empresa que uno de nuestros compañeros, con más de 14 años de servicio, fue a la Fundación Polar a solicitar ayuda económica para pagar el costo de una quimioterapia y lo remitieron con un informe a la división de recursos humanos. Allí le dijeron la única forma en que te podemos ayudar es que usted firme la negociación o carta de renuncia e inmediatamente le concedemos sus prestaciones”.

En su caso personal, detalló, tuvo que cambiar a sus hijos de colegio “porque ya no me alcanzaban los recursos para cancelar las mensualidades. Esa situación ha causado en ellos tristeza y algo de decepción porque tampoco podemos costearle todos los útiles escolares y sin hablar de zapatos o de uniformes nuevos”.

Pese a lo descrito por el entrevistado él tiene mucha fe que se hará justicia. “Nos mantendremos en pie de luchar hasta lograr la victoria”.

Coacción y  guerra psicológica

José Santiago, es trabajador de Productos EFE y este 28 de julio cumple 60 años de edad, y argumenta que el 1 de enero del 2020, “bajo coacción y  guerra psicológica nos hicieron firmar la renuncia alegando una supuesta quiebra por falta de materia prima”.

“Para ese momento la directiva esgrimió que no estaba en condiciones de seguir operando por falta de los insumos fundamentales para seguir produciendo. También aseguraba que había que hacer una inversión muy costosa para recuperar el sistema de refrigeración. Sin embargo, nosotros demostramos que ambos supuestos no se correspondían a la realizada de la compañía”, contó Santiago.

En esa oportunidad, él era delegado de prevención y junto a otros compañeros formalizaron la denuncia por gozar de un amparo constitucional y del respaldo del ministro de Trabajo.

Tras haber sido despedido cuenta que su  vida se le ha complicado porque padece de diabetes tipo II y de glaucoma primario de ángulo abierto “y se me hace casi  imposible comprar los medicamentos”.

A lo anterior se le suma, expresa Santiago, que “ni si quiera a 20 trabajadores que estábamos próximos a ser jubilados por la Asociación Civil para Beneficios Laborales (Socibela), adscrita a la Polar,  nos dieron la oportunidad de entrar en ese proceso aun cuando contábamos con los requerimientos para gozar de ese privilegio”.

 25 años ininterrumpidos

Eduardo Bustillo, indica que de sus 52 años de vida estuvo trabajando en Productos EFE, filial de Empresas Polar, 25 de manera ininterrumpida en Chacao y “me siento como una víctima más de la masacre laboral emprendida por Lorenzo Mendoza”.

Bustillo vivió en carne propia lo mismo que narró  el señor José Santiago. Sin embargo, explica que al principio se les dijo que  la suspensión solo era  por solo 15 días mientras llegaba la materia prima. “La suspensión se fue alargando cada vez mas hasta que decidieron cerrar la santamaría en forma definitiva”.

En Productos EFE fueron despedido unos 700 trabajadores  y “hasta el presente quedamos siete (7)  que no hemos aceptado las condiciones impuestas por la empresa  y nos mantenemos en pie de lucha exigiendo nuestros derechos”.

También argumenta que la Polar se convirtió en un Estado dentro del Estado, “porque aunque hemos ganado muchas batallas, entre ellas, en  los tribunales e  inspectoría del trabajo la empresa está negada a aceptar los términos y no cumple con los dictámenes de la ley”.

En cuanto a su vida familiar revela Bustillo, que también me he visto muy afectado, sobre todo en el aspecto de salud. Tenía un seguro para cubrir las necesidades médicas de mi madre y ahora tengo que sacar desde donde no tengo. Igualmente la educación de mis hijos se vio afectada”.

Finalmente advierte que la directiva  del Grupo Polar juega al cansancio moral y psicológico de muchos de sus compañeros para que desistan de la lucha por sus justos derechos. No obstante, “los trabajadores estamos bien claro de quién es el enemigo y estamos dispuesto a llegar a dónde tengamos que llegar porque no permitiremos que nuestro caso quede impune”.

Presión para producir más

Elías Zambrano, el pasado 5 de abril cumplió 24 años en la mencionada empresa productores de bebidas y alimentos. “Y desde el 2016 quedé cesante por la presunta ausencia de materia prima”.

Relató que todos los alegatos de esa empresa son falsos “porque al carecer de los principales insumos simplemente con cerrar y apagar la planta es suficiente. La directiva saca de la nomina a 500 trabajadores  y deja activos a 500, pero a esos 500 les dicen y obligan a que tienen que producir el doble para poder llegar al total que se hacía  cuando habían mil”.  

Zambrano trabajaba en una planta en el  estado Carabobo. Es el mayor de 18 hermanos y tenía asegurados a sus padres con un seguro que cancelaba junto con Empresas Polar. “Estoy  certificado de que sufro de seis (6) hernias por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Insapsel), lo cual me  impide ejercer cualquier profesión para ganarme el sustento diario”.

Aclara que a pesar de presentar la mencionada enfermedad él se encontraba trabajando de manera habitual y  “sacaba mi producción sin ningún problema. Salí de vacaciones y al reintegrarme resulta que estaba suspendido por escasez de materia prima. Esa suspensión se ha prolongado a lo largo de siete (7) años.

Igualmente narra para Diario VEA que su grupo estaba conformado por 400 trabajadores en idéntica situación. De esos 400 solo quedamos 16, muchos por las presiones económicas, medicas o de otra índole se vieron forzados a firmar y aceptar las condiciones de la empresa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!