“Lo único que puedo hacer por ella es llorar”, dijo sollozando la abogada que denunció desaparición de periodista Kalinina Ortega

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Gerxy Dávila, manifestó que abrigaba la esperanza de que los restos óseos localizados en la casa de la periodista no fuesen de la comunicadora de cuyo paradero se dejó de conocer en el año 2016.

VEA / Ildegar Gil

“Me siento muy mal. Y me siento muy mal porque ella no merecía eso. Lo único que puedo hacer es llorar por ella”, declaró telefónicamente para Diario VEA la abogada Gerxy Dávila, este jueves 10 de marzo en horas de la noche, al ser consultada por lo conocido momentos previos: la confirmación de que los restos óseos localizados el 26 de febrero en la residencia de la periodista Kalinina Ortega, corresponden a la comunicadora social, reportada como desaparecida el 11 de octubre de 2016, siendo la propia Dávila quien ese día formalizó la denuncia sobre el paradero incierto ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

Entre sollozos, y de manera breve, recalcó los afectos que dice tener por quien cataloga como su tutora (así la calificó en su vista a este diario el 3 de marzo) cuando finalizaba los estudios universitarios. “Tengo impotencia. Tengo impotencia. Saber que alguien se haya metido con ella de esa manera. Era una persona que no le hacía daño a nadie y que enseñó a mucha gente”, indicó.

Admitió que “a lo mejor equivocadamente yo tenía en mi corazón la esperanza de que no fuera ella”.

Reprochó lo que a su juicio fue el silencio del “ente oficial que tiene que dar la información precisa”, para agregar: “Me siento mal (…) por la impotencia de la justicia”, coincidiendo con familiares y allegados a la exreportera, quienes en diversas ocasiones manifestaron su inconformidad hacia lo que consideran inacción total oficial en torno al caso.

Recordó, como lo hizo en la sede de este diario, que el 11 de octubre de 2016, día en que formalizó ante el CICPC la desaparición de Ortega, los sinsabores que padeció luego de estar nueve (9) horas esperando ser atendida. “Me amenazaron que me pondrían presa cuando denuncié su desaparición. No puede ser que uno vaya a pedir ayuda y lo amenacen con meterlo preso por preocuparse por un amigo. Ella no necesita ser mi hermana o mi mamá para yo velar por ella”, expresó finalmente.

Gerxy Dávila entabló amistad con Kalinina Ortega desde el año 2007, cuando ambas -como habitantes de la parroquia San Bernardino-, Caracas, iniciaron un trabajo comunitario que junto a otras personas configuró el Gabinete de Convivencia Ciudadana que tenía como sede la Casa Anauco Arriba, ubicada en la misma urbanización.

Ella y un hermano de nombre Randy, fueron entrevistados en la División contra Homicidios del CICPC desde las 8:00 de la noche del 26 de febrero hasta las 2:00 de la tarde del siguiente día. Antes que ambos, también fueron recibidos por los detectives del cuerpo la abogada de la familia Ortega, Ninoska Silva, y Efraín, un zapatero que está a cargo del cuidado de la casa, propietario de un perro que habría dado con los huesos en el patio de la residencia.

La última vez que las dos (2) mujeres tuvieron un diálogo directo fue el 31 de agosto de 2016, cuando telefónicamente, Ortega le hizo ver la necesidad que tenía de compartir con ella un «problema muy grande» que le afectaba.

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