¡Más allá de Hollywood! Los datos nada bonitos que debes conocer de Estados Unidos

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La autora es Jefa de Redacción de Diario VEA; premios Nacional de Periodismo Simón Bolívar (2021) y Aníbal Nazoa (2021). Foto Internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Durante décadas la industria de Hollywood, los medios de comunicación, el establishment, han vendido la tesis de que Estados Unidos es el país donde los sueños se hacen realidad y han hecho que millones de personas piensen en anhelar «el sueño americano», pero lo que nunca dicen o poco divulgan son las desigualdades, niveles de pobreza y preocupante ola de violencia que se vive en esa nación, un imperio que además tiene siglos pisoteando a países, provocando guerras y destrucción en el mundo, y en las últimas décadas extorsionando y presionando con medidas coercitivas unilaterales.

La crisis que se vive en EEUU es imposible de ocultar, al punto de que Human Rights Watch, que suele simpatizar con regímenes de derecha, destaca en el Informe 2024 que «el racismo, el sentimiento antiinmigrante y las amenazas a la democracia, continuaron siendo problemas apremiantes de derechos humanos en Estados Unidos en 2023. La tasa de pobreza nacional aumentó drásticamente tras la decisión de poner fin a un crédito tributario por hijos durante el período de la pandemia. La desigualdad económica también aumentó y la brecha de riqueza racial se mantuvo alta. La tasa de encarcelamiento también aumentó, aunque la de EEUU ya es una de las más altas del mundo, con una representación enormemente excesiva de personas negras en prisiones y cárceles».

Desigualdad latente

Ese mismo documento hace referencia a que «la tasa de Medición Suplementaria de la Pobreza de EEUU, que incorpora la influencia de la asistencia gubernamental y las diferencias geográficas en el costo de vida aumentó dramáticamente, saltando de 7,8 % en 2021 a 12,4 % en 2022. La desigualdad de ingresos es muy alta en comparación con otros países ricos: 10 % de los que más ganan acapara casi la mitad de todos los ingresos y 50 por ciento inferior obtiene solo 13 por ciento».

Agrega el documento, que «después de considerar los impuestos y las transferencias gubernamentales el índice GINI, una medida estadística de la desigualdad de ingresos, apunta que para Estados Unidos ha aumentado 3,2 % desde 2021. La desigualdad de riqueza está muy marcada: 50 % más pobre de la población de EEUU posee solo 1,5 % de la riqueza privada del país».

Brecha racial

De acuerdo con Human Rights Watch en 2023 la brecha de riqueza racial continuó siendo muy marcada: «por cada dólar de riqueza de las familias blancas las familias negras tenían apenas 24 centavos y las hispanas 23 centavos, una brecha que ha cambiado muy poco los últimos 50 añosNumerosos estudios han demostrado que es necesaria una intervención económica drástica que incluya diferentes reparaciones para abordar esta brecha, así como las continuas disparidades raciales en el acceso a salud, nutrición, educación, empleo y vivienda, adecuadas, entre otras cosas».

Aumento de la pobreza

En septiembre de 2023, la Oficina del Censo de Estados Unidos (Census), indicaba en su página web que la tasa de medición suplementaria de la pobreza (SPM por sus siglas en inglés) en 2022 fue de 12.4 %, lo cual representa un aumento de 4.6 puntos porcentuales en comparación con la de 2021. Esto significa que 37.9 millones de personas viven en condición de pobreza.

Agrega la web que «la tasa de pobreza infantil según la SPM aumentó más del doble, de 5.2 % en 2021 a 12.4 % en 2022. Las tasas de la SPM también aumentaron para las personas de 18 a 64 años, así como para las personas de 65 años o más».

Destaca, además, que entre 2021 y 2022 la inflación subió 7.8 %; este es el mayor aumento anual en el ajuste del costo de vida desde 1981. En el informe de este año, la Oficina del Censo usó por primera vez el índice encadenado de precios al consumidor para ajustar por la inflación las estimaciones de los ingresos de los años anteriores.

Pobreza en Nueva York

En la «Gran Manzana», esa ciudad a la que millones sueñan visitar y una de las que más promociona el cine yanqui, la pobreza también aumentó.

Más de la mitad de los residentes de la ciudad de Nueva York vive en la pobreza o tiene bajos ingresos, según un informe de la organización sin fines de lucro Robin Hood y el Centro sobre Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia, refería el 24 de febrero de este 2024 el portal The Hill. El medio agregaba que la cantidad de personas en los cinco condados que viven en la pobreza aumentó de 1,5 millones a 2 millones entre 2021 y 2022, según informe anual Poverty Tracker.  

El número de niños, en esta ciudad, que comenzaron a vivir en la pobreza, se disparó ese año según muestra el informe, pasando de 15 a 25 por ciento, muy por encima de la tasa nacional de 16,3. Los neoyorquinos latinos eran los que tenían más probabilidades de vivir en la pobreza en la ciudad y experimentaban pobreza al doble que los neoyorquinos blancos, según muestra el informe. De los neoyorquinos que viven en la pobreza 26 por ciento se identificó como latino, 24 como negro, 23 como asiático y 13 como blanco, mencionaba el portal.

Miles mueren a causa de las drogas

Desde hace varias décadas se repite una de las verdades más grandes, el imperio yanqui es el país donde más droga se consume; se pudiese decir de otra manera: EEUU es el mayor drogadicto del mundo. Los videos de jóvenes muriendo en las calles por sobredosis, especialmente de fentanilo, deambulando como zombis, abundan en las redes digitales.

En enero de 2023 el portal mexicano El Economista, citando datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, informaba que más de 109.000 estadounidenses murieron por sobredosis de droga en los 12 meses finalizados en enero de 2023, lo que supone un ligero aumento de 0.7 % respecto a las 107,764 sobredosis en el período de 12 meses que finalizó en enero de 2022.

En diciembre de 2023 France24 al abordar las muertes por consumo de droga en EEUU, informaba: «Una persona muere cada cinco minutos por sobredosis en Estados Unidos, la mayoría por consumo de drogas sintéticas ilícitas (…), cerca de 300 personas mueren al día y más de 110.000 al año, según Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)».

El 27 de diciembre de 2023 el medio La Política Online titulaba: «Teléfono para Biden: El fentanilo mató en 2023 a 1.500 personas por día y es la droga que provoca más muertes por sobredosis«. El medio decía en su texto, «de acuerdo con el Centro Nacional de Estadísticas sobre Abuso de Drogas, las sobredosis de fentanilo son parte de la crisis de consumo de opioides, que provocó la industria farmacéutica estadounidense por un apetito de ganancias astronómicas alrededor de 1999. Como consecuencia, entre 2000 y 2023 han muerto más de un millón de estadounidenses por sobredosis».

La empresa American Addiction Centers, una cadena de tratamiento de adicciones con fines de lucro, con sede en Brentwood, Tennessee, EEUU, reseñaba en su portal en enero de este 2024, que según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH) «19.7 millones de adultos estadounidenses (de 12 años o más) lucharon contra un trastorno por uso de sustancias en 2017. Casi 74 % de los adultos que padecían un trastorno por consumo de sustancias en 2017, luchó con un trastorno por consumo de alcohol». Agrega el organismo: «aproximadamente 38 % de los adultos en 2017 luchó contra un trastorno por consumo de drogas ilícitas. Ese mismo año 1 de cada 8 adultos luchó simultáneamente con trastornos por consumo de alcohol y drogas».

Más armas que habitantes

A finales de 2023, diversos medios internacionales citando un informe de la Oficina del Censo (Census Bureau) que indicaba que Estados Unidos entraría en el año 2024 con 335.893.238 habitantes, un incremento de 0,53 % sobre la población un año antes. El número de habitantes es superado por la cantidad de armas que se encuentran en manos de civiles, que se ubica en 393 millones de acuerdo con el centro de investigación Giffords en su página web.

Giffords, organización que asegura en su perfil que busca poner fin a la violencia armada en Estados Unidos, dirigida por la excongresista Gabrielle Giffords, indica que en esa nación 43.000 habitantes mueren por violencia armada cada año: Un promedio de más de 116 por día».

En 2023 las armas de fuego provocaron más de 42.000 muertes en suelo yanqui, según datos recopilados por el Gun Violence Archive (GVA), organización que monitorea los incidentes de violencia armada a partir de fuentes policiales, periodísticas, gubernamentales y comerciales, citaba el 27 de diciembre del pasado año Sputnik. La estadística refiere que 23.760 de esas muertes califican como suicidios, mientras que las restantes, 18.507, como a causa de disparos involuntarios, asesinatos o usos defensivos. GVA registró 650 tiroteos masivos40 asesinatos en masa, 1.161 casos de uso defensivo y 1.543 tiroteos no intencionales, agregaba el medio.

Según la organización Giffords, EEUU tiene «las leyes sobre armas más débiles y la mayor cantidad de armas (393 millones) de cualquier nación comparable». Agrega que el imperio yanqui «representa solo 4 % de la población mundial, pero 35 % de los suicidios con armas de fuego en el mundo«. También dicen que los habitantes tienen 25 veces más probabilidades de morir en un homicidio con arma de fuego que las personas de otros países de altos ingresos».

Promueve las guerras

La bandera de Estados Unidos es conocida por sus colores blanco, azul y rojo, sus 13 franjas horizontales y 50 estrellas. De acuerdo con el portal del gobierno gringo, el primer color representa la «pureza e inocencia», el segundo, llamado “Old Glory Blue”: vigilancia, perseverancia y justicia, y el tercero “Old Glory Red”, valor y coraje. Este último más bien debería significar la sangre de las millones de personas asesinadas por el régimen yanqui en el mundo con sus guerras, invasiones, y golpes de Estado, en su afán de tener el control mundial.

En noviembre de 2019 Telesur indicaba en su web, que EEUU, que existe como nación desde 1776, «ha pasado cerca de 93 por ciento de su tiempo de existencia (unos 222 años) librando conflictos bélicos con diferentes países del mundo».

Es imposible olvidar que EEUU fue el primer y único país que lanzó una bomba atómica sobre otro; lo hizo el 6 de agosto de 1945 cuando arrojó la primera bomba contra Hiroshima. Tres días después EEUU lanzó una segunda bomba nuclear, en esa oportunidad contra Nagasaki. No existe cifra exacta de los muertos que causaron; algunos estudios aseguran que las víctimas fatales superaron los 200 mil, a ello hay que sumar que sobrevivientes presentaron mutaciones genéticas debido a la radiación. Para el año en que sucedió aquel brutal ataque, Estados Unidos y Japón llevaban cuatro años enfrentados en la Guerra del Pacífico, uno de los escenarios de la Segunda Guerra Mundial.

En mayo de 2023 un estudio del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown (EEUU) describía las consecuencias de todas las guerras impulsadas por los gobiernos de esta nación en Oriente Medio y Asia, después de los atentados de las Torres Gemelas, ocurridos el 11 de septiembre de 2001. En ese sentido decía en su página 2 que «el número total de muertos en las zonas de guerra posteriores al 11 de septiembre en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, y Yemen, podrían ser al menos entre 4,5 y 4,7 millones y contando, aunque la cifra de mortalidad sigue siendo desconocida».

Agrega el informe que algunas de estas personas murieron en los combates, pero muchas más,
especialmente niños, han muerto por los efectos reverberantes de la guerra, como la propagación
de enfermedades, estas últimas muertes indirectas –estimadas entre 3,6 y 3,8 millones– y los problemas de salud relacionados».

En la página 35 el documento expone que las guerras impulsadas por EEUU en estas regiones después de 2001 han causado el desplazamiento de más de 38 millones de personas.

Lo anterior y otros hechos confirman que EEUU es un país guerrerista. En el caso de América Latina y el Caribe, desde 1846 hasta 2019, la bota imperial ha promovido 44 intervenciones mediante el empleo de su Agencia Central de Inteligencia (CIA), otros servicios especiales y sus fuerzas armadas, como documentaba en abril de hace cinco años el portal cubano Granma.

Sanciones: El método de extorsión y asfixia

Las sanciones y el bloqueo no es un método que Estados Unidos aplique recientemente para presionar y asfixiar países que no se plieguen a sus intereses económicos, estratégicos, y, porqué no decirlo, a sus caprichos. Esta práctica la viene ejerciendo desde hace varias décadas. Por ejemplo, en 1950, con su entrada a la Guerra de Corea (entre Corea del Norte y Corea del Sur) los yanquis introdujeron las primeras sanciones económicas contra Norcorea.

En la investigación titulada «El régimen de no proliferación nuclear y las sanciones de la ONU contra Corea del Norte», escrito por María Cecilia Añaños Meza, reflejado en formato PDF por la Revista de la Universidad de México, la autora  recuerda que en diciembre de 1950 Estados Unidos impuso sanciones económicas contra Corea del Norte, en virtud de la Ley de Comercio con el Enemigo. «Están vigentes partes del embargo comercial de 1950, el embargo comercial y financiero general que solo permite la exportación a Norcorea de alimentos, medicinas y bienes de carácter humanitario, con el previo otorgamiento de licencias, y sanciones cibernéticas e individuales con listado».

Sin embargo, el bloqueo económico y humanitario más duradero y más criminal lo mantiene EEUU contra Cuba, nación que desde enero de 1959 cuando triunfó la Revolución Cubana jamás se ha doblegado al imperialismo, un «atrevimiento» que no le perdona la bota yanqui.

En abril de 1960 el entonces subsecretario de Estado adjunto para los Asuntos Interamericanos, Lester Dewitrt Mallory, dio un abreboca de lo que su gobierno estaba preparando para Cuba si no se subordinaba a sus intereses. «No existe una oposición política efectiva en Cuba, por tanto el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministro para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno», expresó. Sus palabras han quedado plasmadas en los diferentes portales informativos y de investigación a lo largo de los años.

Dos meses después de estas declaraciones EEUU atacó el principal producto de exportación de la isla: El azúcar. El 3 de enero de 1961, EEUU rompía relaciones diplomáticas con Cuba. El 3 de febrero de 1962, mediante la Orden Ejecutiva Presidencial 3447, firmada por el entonces presidente John F. Kennedy, es declarado oficialmente el bloqueo. En julio de 1963 se puso veto a cualquier transacción con La Habana y se congelaron los valores de Cuba dentro de EEUU. En mayo de 1964 el Departamento de Comercio norteamericano implanta prohibición total de embarques de alimentos y medicinas a Cuba, aunque en la práctica ya no se efectuaba.

Seis décadas después, el genocidio que comete EEUU contra Cuba sigue. El bloqueo no ha cesado sino que se intensificó con la llegada de Donald Trump al poder (2017-2021), «políticas» que se mantienen desde entonces con Joe Biden al frente de la Casa Blanca.

Entre el 1° de marzo de 2022 y el 28 febrero de 2023, «los daños y perjuicios del bloqueo se estiman, de manera conservadora, en 4.867 millones de dólares. Esto representa un daño superior a los 405 millones de dólares mensuales, y más de 13 millones diarios. De no existir el bloqueo el PIB de Cuba hubiese podido haber crecido 9 % en 2022. A precios corrientes, los efectos acumulados en más de 60 años superan los 159.000 millones de dólares. Si el cálculo se hace a partir del valor del oro, alcanza un billón 337.000 millones de dólares», de acuerdo con cifras que expuso ante la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, el 2 de noviembre de 2023, el ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, intervención que puede ser leída completa en la web del Ministerio de Economía y Planificación de Cuba.

En las décadas siguientes, Estados Unidos aplicaría sanciones contra Irán, Irak, Yugoslavia, Birmania. A partir de 2000 la imposición de Medidas Coercitivas Unilaterales pasó a convertirse en una herramienta clave de política exterior por parte del imperialismo yanqui y de sus países aliados en la Unión Europea (UE).

De acuerdo con el Observatorio Venezolano Antibloqueol, desde el año 2000 EEUU ha emitido más de 26 mil sanciones. «Hasta febrero de 2024, 28.157 MCU pesan sobre 30 países, impuestas por EEUU, la Unión Europea y otros Estados.  96 % de estas medidas (26.970) se concentran en nueve países, y el restante, 4 %, se distribuye entre 21 naciones. Rusia encabeza la lista con 68 % del total. Le siguen Irán, con 9 %, y Siria con 5 %. Venezuela es el quinto país con más sanciones (930), impuestas en tan solo nueve años», describe la fuente en su página web, donde también se agrega que «entre 2016 y 2019, bajo la Administración de Donald Trump, Estados Unidos sancionó a más de 1.000 entidades y personas por año. A partir de 2022, con el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania, la administración Biden y la Unión Europea han elevado de forma exponencial las medidas coercitivas unilaterales y sanciones contra la economía rusa».

De acuerdo con el Observatorio Venezolano Antibloqueo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, se ha convertido en la principal agencia sancionadora del mundo, habiendo aplicado 9.924 medidas coercitivas unilaterales (35 %) contra treinta países. Rusia es el principal blanco de la OFAC con 46 % de las sanciones, seguida por Irán con 21 %, mientras que 28 países concentra 33 % del total de medidas.

En el caso de Venezuela las sanciones ilegales y arbitrarias ocasionaron, entre 2015 y 2022, pérdidas en la economía nacional, en el sector público y privado, en términos de caída del Producto Interno Bruto fue de 642 mil millones de dólares, así lo describía el presidente Nicolás Maduro el 15 de enero de 2024 durante la presentación de su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional (AN).

«Este es el valor de la producción no realizada: Productos que no se realizaron, ventas que no se hicieron, servicios que no se prestaron y salarios que se deprimieron por el bombardeo y el genocidio económico, por el impacto de las sanciones sobre la economía del país», expresó.

La industria petrolera fue el blanco principal de los ataques imperiales; de esta forma cortaron el ingreso de los recursos a la patria bolivariana producto de la venta del petróleo. De hecho el país perdió 99 % de sus ingresos, como constató y ha denunciado en varias oportunidades la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre medidas coercitivas unilaterales y derechos humanos, Alena Douhan.

«El Relator Especial observa con preocupación que las sanciones sectoriales a las industrias petrolera, aurífera y minera, el bloqueo económico de Venezuela y la congelación de los activos del Banco Central, han exacerbado la situación económica y humanitaria preexistente, al impedir la obtención de ingresos y el uso de recursos para desarrollar y mantener la infraestructura y para los programas de apoyo social, lo que tiene un efecto devastador en toda la población de Venezuela, especialmente la que se encuentra en situación de extrema pobreza, los más vulnerables, las mujeres, los niños, los trabajadores médicos, las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas o que ponen en peligro la vida, y la población indígena», denunciaba el 12 de febrero de 2021 al presentar su evaluación preliminar, tras concluir una visita a Venezuela que había iniciado el 30 de enero de ese año.

«La ausencia de recursos y la reticencia de los socios, bancos y empresas de reparto extranjeras, a tratar con los socios venezolanos se traduce en la imposibilidad de comprar los equipos médicos y tecnológicos necesarios, los reactivos y las piezas de repuesto para la reparación y el mantenimiento de los sistemas de electricidad, gas, agua, transporte público, teléfono y comunicaciones, escuelas, hospitales, viviendas y otras instituciones públicas, lo que menoscaba el disfrute de muchos derechos humanos, incluido el derecho a una vida digna”, señalaba en ese entonces.

El bloqueo que mantiene el régimen de Estados Unidos contra Venezuela impacta negativamente en la calidad de vida de la población venezolana y también afecta a otros países de la región con los que la patria bolivariana contribuía a través de mecanismos como PetroCaribe. Además generó una migración inducida de venezolanos y venezolanas por el mundo.

Las sanciones y Medidas Coercitivas Unilaterales son violatorias del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, pero EEUU, que se cree dueño del mundo, viola las normas y las sigue aplicando. La maldad del imperio es tal, que reconoce los daños que estas medidas causan.

El régimen estadounidense también es ladrón, así lo ha comprobado y constatado Venezuela, pues le secuestró Citgo, filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en suelo yanqui, una empresa que cuesta más de 12 mil millones de dólares y que le pertenece a los venezolanos y a las venezolanas.

Citgo se encuentra secuestrada desde 2019 por el régimen estadounidense, en complicidad con el prófugo de la justicia Juan Guaidó y su banda.

EEUU y la derecha planean descuartizar Citgo. Así lo denunciaba el 26 de febrero de 2024, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, al participar en la movilización por los 20 años de uno de los discursos antiimperialistas del Comandante Eterno Hugo Chávez. «Alerta, secuestraron Citgo. Nos niegan el derecho a la defensa en los tribunales gringos. Se repartieron el botín el Guaidó, Leopoldo López, Capriles, Machado, Ledezma. Se repartieron el botín de miles de millones de dólares. Se robaron más de 5 mil millones de dólares físico, líquido, cash».

Otros males del país del norte

Datos negativos, acciones malignas e historias retorcidas sobre EEUU abundan, pero seguir relatándolas nos llevaría miles y miles de caracteres, y si se llegase a publicar serían tomos y tomos de libros. Por ahora sumaremos una más: Ese país «tiene una de las tasas de encarcelamiento más altas del mundo, con aproximadamente 2 millones de personas recluidas en cárceles, prisiones y centros de detención de inmigrantes, estatales y federales, en un día cualquiera y millones más en libertad condicional», de acuerdo con datos que reflejaba Human Rights Watch este año.

A ello también hay que sumar la violencia policial, de acuerdo con el informe, «La mayoría de los departamentos de policía de Estados Unidos se niegan a proporcionar datos sobre su uso de la fuerza, lo que hizo necesaria la recopilación y el análisis de datos de organizaciones no gubernamentales. Hasta el 28 de septiembre la policía había matado a más de 800 personas en 2023, cifra similar a la de años anteriores. Per cápita la policía mata tres veces a más personas negras que blancas», agrega Human Rights Watch en su documento.

A la luz de los datos que se han presentado en este extenso trabajo, podemos decir que EEUU es un violador de derechos humanos, asesino, ladrón, extorsionador, golpista, manipulador y sobre todo mentiroso; un régimen que se creen perfecto y dueño de la verdad absoluta, y usa el cine, sus grandes medios de comunicación, el teatro y organizaciones como la Usaid, la NED, para venderse como los «buenos», como «el sueño americano», cuando realmente, y parafraseando al Comandante Eterno Hugo Chávez, «huelen a azufre».

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