Quinto y último viacrucis de un pasajero en Caracas con la tarifa de 12 bolívares (Las Adjuntas-Plaza Venezuela)

VEA / Yonaski Moreno

Usuarios y usuarias han perdido el interés en defender el costo del pasaje. Con resignación y hasta con fastidio depositan en manos de los colectores el monto que exigen como pago por el servicio: 20 bolívares. La arbitrariedad se repite cada mañana en el Terminal Urbano Macarao –ubicado en la parroquia caraqueña del mismo nombre– desde donde parten unidades de transporte de la Unión Conductores de Antímano con dirección hacia Plaza Venezuela. Esto es lo que sucede en la ruta Las Adjuntas-Plaza Venezuela, nuestra quinta y última entrega del seriado: Viacrucis de un pasajero en Caracas con la tarifa de 12 bolívares.

En las anteriores entregas narramos (viacrucis I, viacrucis II, viacrucis III y viacrucis IV) como quienes abordan camionetas en los trayectos avenida Fuerzas Armadas y La Rinconada; Chacaíto y Catia; Plaza Miranda y Puente Baloa; y 23 de Enero, deben pagar 15 bolívares de pasaje y no 12 como establece la Gaceta Oficial N° 42.842 de fecha 19 de marzo 2024. También se constató cómo los conductores y colectores violan el artículo 2 de la norma al no exonerar a personas adultas mayores del costo del pasaje.

Aunque la referida Gaceta establece que el pasaje urbano tiene un costo mínimo de 12 y máximo de 13 bolívares los transportistas que cubren la ruta Las Adjuntas-Plaza Venezuela han establecido para ambos recorridos una tarifa de 20 bolívares al considerar que se trata de “rutas exprés”.

En recorrido realizado por Diario VEA se pudo constatar, nuevamente, que el pasaje es cobrado antes de que la usuaria o el usuario aborde la unidad. Si algún pasajero tiene la «osadía» de entregar 15 bolívares el colector lo frena «de una» con un “faltan cinco”. Sin derecho a protestar el usuario procede a cancelar la diferencia y continuar su ascenso a la unidad. Otros preguntaron antes de sacar el dinero del bolsillo “¿cuánto es?” recibiendo un grito de “son 20 bolos”. Con caras de disgusto, fastidio y algunas otras completamente indiferentes recibieron esa respuesta. No hubo quejas.

Las adultas y los adultos mayores tampoco se salvan del aumento impuesto por los transportistas, aunque la citada Gaceta refiere que están exonerados de pagar. Uno pagó solo la mitad de la tarifa siendo frenado por el colector. «Está incompleto» le dijo. El usuario añadió en voz baja y mediadora «chamo, no tengo más, por favor», recibiendo un movimiento de cabeza afirmativo como respuesta y finalmente abordando la unidad.

Mientras el equipo de Diario VEA observaba la situación hubo un factor que sí logró aflorar la molestia de los usuarios. Una vez ocupados los asientos de las unidades de transporte algunos choferes permanecen en el terminal esperando que algunas personas se suban y decidan irse de pie. «Aparte de que cobran carísimo se queda aquí una eternidad», señaló uno de los usuarios. Sus palabras generaron una reacción en cadena «lambucio», «vámonos», «¿cuánto más vas a esperar?» y algunos improperios fueron dirigidos al conductor.