Alfredo Carquez Saavedra

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Marzo ha sido un mes prolífico para las traiciones. Que lo dice la historia con ejemplos emblemáticos. Marco Junio Bruto conspiró en contra de su padre adoptivo, Cayo Julio César, hasta verlo morir asesinado, bajo engaño, y por acción propia y la de sus cómplices armados con puñales.

También en marzo cayó este año la Semana Santa. Y además de recordar los últimos días de existencia del Cristo rebelde, en acciones y discursos, siempre inconforme frente el poder representado por sacerdotes, líderes de sectas y una nobleza sometida a los intereses del imperio con sede en Roma, también se hace inevitable pensar en la figura de Judas Iscariote.

Y al reflexionar sobre lo curioso que se sucedió al cierre del lapso dado por el Consejo Nacional Electoral a candidatos y partidos interesados en participar en los comicios previstos para el 28 de julio, resulta casi inevitable especular lo siguiente: ¿Será que el espíritu del tercer del mes del calendario Gregoriano anduvo por ahí lanzando dardos a quienes tuvieran la disposición de recibirlos sin mayor resistencia? Porque no está de más decir que hay quienes están más predispuestos que otros a sacarle la alfombra al fulano que tienen al lado cuando este pueda representar, con certeza o no, un peligro inminente.

No he enloquecido ni soy víctima de alguna de las teorías de conspiración que se pescan en el ciberespacio  y de las que tantos seguidores hay entre los militantes más duros del Partido Republicano estadounidense. No, pero es que eso que le hizo el candidato de UNT a la señora MCM no es propio de un caballero. Y es que el nuevamente candidato de los discursos electorales con formato de programa televisivo de variedades, dejó a la Dama Antañona vestida y alborotada para, entre gallos y medianoche, inscribirse su opción ante el CNE, casi que de incógnito, como un ladrón de corazones del voto  escuálido.

Creo que si alguna vez a este señor se le sentara en un tribunal disciplinario opositor, él podría apelar al efecto Idus de Marzo. Pues si bien ni a Marco Junio Bruto ni a Judas Iscariote, la historia, y menos aun, el mundo de la propaganda imperial holywoodense, han ayudado mucho a mejorar su imagen, el aspirante a mudarse de Maracaibo a Caracas  cuenta hoy día con mayores recursos: dinero del extranjero y redes sociales, por ejemplo.

Él se dirá a si mismo…“si puse la torta en el pasado en innumerables ocasiones, si prometí y no cumplí, si mentí, si negocié, si me desdije, y aun así volví a ganar la gobernación, quien quita que con todos mis recursos esta vez le ponga la mano a la Presidencia. Y en Miraflores,  donde  he visto una fuente con un pez, demostraré que las ballenas si engañan con sus cantos, que si se puede injertar un peral con un olmo y que si me matan me muero…Uy no, eso ultimo no. ¡Bicho! Esa es la mala  vibra de la gente de María. Fuera Satanas”.

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